Gustavo Cerati en el Jockey Plaza


Miércoles 30 de Mayo del 2003. 9:15 PM. Las luces principales encendidas tan solo minutos atrás se apagan, dejando que la penumbra cómplice camufle parcialmente a los músicos acompañantes del artista estelar de la noche. Casi de inmediato se escuchan los primeros acordes de Amo quedarme así, lo cual era señal inequívoca del inicio del show. Los más impuntuales terminaban de ocupar sus ubicaciones entre el público, cuando los primeros sonidos de guitarra, esa guitarra inconfundible, acompaña el ingreso de Gustavo Cerati al escenario. Ovación total. Como tratando de no perder concentración, se entrega por completo al primer tema de la noche. Luego vendría el enérgico No te creo, después del cual Gustavo soltaría el esperado ¡Buenas noches, Lima!. Aplausos a raudales. ¡Hey!... y suena Artefacto, tema que contó con la combinación luminosa más espectacular de la noche. No hay cosas imposibles... salvo esta canción y un par de cosas más. Y suelta uno de los temas más esperados de la jornada, en medio de la rotunda participación del público. Buenísimo volver a encontrarnos dice ahora, luego de los cual suena la sensacional Tu cicatriz en mi. Quedaba en evidencia que el Siempre es hoy sería el punto central de la noche. Tras una pausa, cigarrillo en mano, dice Este tema va dedicado para la pelirroja del traje entallado del fondo a mi derecha... A ver que me decís al final del show. La gente celebra Camuflaje...

Había dejado la guitarra, pero decide retomarla con un tema inesperadamente eléctrico: Engaña. Era la primera gran joya de la noche. Y ahí nomás vino una electrónica versión de El rito. El ¡Sodaaa! ¡Sodaaa! se hizo inevitable. Esta la pueden cantar en japonés... idioma que conocen, lamentablemente, en alusión a nuestro tristemente célebre ex-presidente. Karaoke no hace más que confirmar que la mayoría de la gente conocía a Cerati más de lo que muchos suponían. Seguidamente vino Vivo, tema que puso la piel de gallina a más de uno. Simplemente sensacional...

Nosotros venimos del Sur... al igual que ustedes, lo cual tiene sus ventajas, sentenció antes de presentar la joya de nombre Sudestada. Y ahí nomás vino el mejor tema Soda de la noche, solicitada a rabiar por un fanático de Dynamo: Secuencia inicial. Impecable y espectacular. Les confieso que Nací para esto. Y suena otro de los esperados temas... Acto seguido vendría otro igual de esperado: Altar. Sonando mucho mejor en vivo, fue la oportunidad de ver al joven compatriota Pedro Mo compartiendo escenario con el buen Gus, quien cumplió con apadrinar al novel rapero. Este último fue quien dio pie a lo del Pisco: ¿De dónde es el Pisco?, preguntó. ¡¡¡De Perú!!!, respondió la gente. A lo que Cerati agregó Todo el mundo lo sabe... solo que algunos se hacen los boludos, en obvia alusión a la metida de pata de la gente de Maná, que en Chile dijo que el Pisco es chileno. Y la gente celebró la esperada reinvindicación a rabiar. Fue entonces que dijo ¿Adónde los llevo?... Como era de esperarse, Te llevo para que me lleves se dejó escuchar, ante la algarabía del público que, definitivamete, se mostraba como un gran conocedor del músico como solista. Ya sé adónde los llevo... al pasado. Y ahí nomás vino una calmada versión de Danza rota. Júbilo total. La tocamos hace muuucho, ahí dónde ahora hay pastores... en el Amauta. La gente celebra el recordatorio con un sonoro ¡Ceraaati! ¡Ceraaati!. Luego vendría Casa, con una extensa introducción electrónica, debido a que se esperaba solucionar el problema con un cable de la consola de Gustavo. No paremos de bailar, soltó en medio del tema más electrónico de la noche. Fue entonces cuando aprovecho para interpretar la electrónica versión de Sobredosis de TV, con lo cual trataba de satisfacer a los más nostálgicos, consiguiéndolo en gran parte. De pronto el temido ¡Gracias Lima! se dejó escuchar mientras los músicos casi huían del escenario. ¡Nooo!, respondió la gente sin dudar...

Casi al unísino, de pronto, el ¡Nooo, Gustavo no se vaaa! se escuchó fuerte en el Jockey Plaza. Y Cerati tenía que volver. Guitarra en mano, soltó un inicialmente acústico Puente, con la participación más notoria del respetable. Gracias por venir soltamos todos a capella guiados por él, dentro de una inesperada pausa en el tema. Ahí nomás vino esa joya reciente de nombre Especie, que nos invitaba a disfutar de esa genial guitarra dominada por el gran Gus, quien luego de presentar a sus actuales compañeros de ruta, y de decir que Tenemos que vernos más seguido, cerraba el show de dos horas de duración con Colores santos, tema que incluyó un espectacular solo guitarrero de este genio, maestro de maestros, que terminó por dejar satisfechos a los casi 7000 asistentes a esta noche de reencuentro. Un reencuentro que, esperemos, no sea el último en mucho tiempo. ¡Grande Cerati!.


Crónica redactada el 02 de mayo del 2003, para el Site Primavera Stereo, de Lima-Perú. Escrita por Erwin F. Zarria León.