Niños en peligro
Señores del Ayuntamiento: Soy una ciudadana de Pamplona que, al igual que mucha gente de mí alrededor, sea cual sea su condición política, siento un gran desengaño, desilusión e impotencia generada por unos representantes que, una vez más, nos demuestran lo poco que se preocupan por su pueblo.
Tal vez no sepan todavía de qué quiero hablarles. Es del traslado de todos nuestros hijos al antiguo Colegio de Teresianas, colegio precioso, pero no útil, razón por la que las monjas tuvieron que abandonarlo.
Sé que algunos de ustedes tienen hijos y yo les pregunto: ¿Qué quieren para ellos? Imagino que lo que cualquier padre y madre merecedor de serlo, lo mejor para ellos. Nosotros también queremos lo mejor para nuestros hijos: una escuela en condiciones, sin humedades, con clases donde puedan moverse, bien iluminadas y ventiladas, pasillos amplios, un comedor con espacio para todos los alumnos... y, sobre todo, una escuela con clases que den al exterior, y que en caso de incendio todos nuestros hijos puedan ser evacuados vivos. En el antiguo Colegio de las Teresianas no tenemos esto.
Me parece injusto, muy injusto, que además de verse nuestros hijos perjudicados portamos temas en este barrio -como tráfico de drogas en la puerta de nuestras casas, falta de dotaciones deportivas, carencia de parques infantiles-, tengan que pagar ellos también el alto precio de no poder ir a la escuela del barrio, ya que sus matriculaciones van a ser limitadas, y los que tengan la suerte de matricularse gozarán de unas condiciones penosas y de una inseguridad permanente. Después de tanta lucha por parte de otros padres con ustedes por el mismo tema, no pretendo que esta carta les parta el corazón, pero sí me veo en la obligación de recordarles a todos que es mucho el dinero público que está en juego, que a todos nos parece bien la construcción de una Biblioteca General, pero que ésta no sea a costa de una escuela en condiciones legales, ya que el cambio nos haría vivir con el miedo de que si hay un incendio, nuestros hijos pudiesen morir achicharrados, en una escuela que no cumple las normas de seguridad contra incendios exigidas por el Estado español.
Deseo recordarles ustedes, y a todos los ciudadanos, un suceso que perdura en nuestra memoria: la tragedia de Bisecas. Se autorizó la apertura del camping Las Nieves sin cumplir las normativas exigidas. Como resultado, 87 personas perdieron la vida. ¡Que horror! ¿De quién fue la culpa? Nunca ocurre nada hasta que pasa. Señores del Ayuntamiento y ciudadanos que apoyan este proyecto, ¿están dispuestos a cargar sobre sus conciencias que ocurriera una desgracia en Teresianas?
Creo que nadie tiene derecho a jugar con la vida de nadie, y menos con la vida de los niños. Todos los niños que habitan en Pamplona tienen los mismos derechos. ¿Por qué no luchar unidos si todos coincidimos en que queremos lo mejor para ellos?
MARÍA JESÚS BURGUETE, Diario de Noticias, 30 de octubre de 2003, Diario de Navarra, 5 de noviembre de 2003