Fotografía de Alto Contenido en THC
Cosecha Urbana de Marihuana Creciendo bajo la Ventana
COSECHATOR
Acechando la Huerta
Los que gustamos de la afición del autocultivo de marihuana también cultivamos la paciencia mientras vemos crecer la matilla desde que germina. El momento de la cosecha es cuando más se disfruta paseando por el huerto, jardin de entuertos, olisqueando las flores casi maduras. Es algo parecido a esperar la comida y recibir un chorro de aroma que emana de la cazuela. Se cultiva, pues, también la imaginación al tratar de acertar el buqué de cada una de las especies cultivadas, y el pelotazo, cómo no, observando los cristales de resina esparcidos alrededor de los pelillos de las flores. Ante las vicisitudes de la huerta cultivamos también la mente en busca de soluciones y respuestas, ya que es necesario adoptar algo de conocimiento para tener a las peques bien defendidas, mimadas y alimentadas, y dispuestas a dar el mejor gramaje. Aprendemos a admirar la naturaleza sorprendidos por la rápida evolución de la vida vegetal, su sensibilidad y su delicado equilibrio temporada a temporada, y compartimos nuestro conocimiento con otros colegas cultivetas. Este año las plantas han sobrevivido a plagas, olas de calor, hurtos, accidentes e intenciones de exterminio. Pacen al aire mientras se acerca la hora de la poda sin echar de menos a algunas de sus compañeras, ya en el bote. Cualquier día podría venir la policía y acusar al cultivador de maría de cometer delitos contra la salud pública, lo que supondría cuatro años de cárcel si así lo estima "Su Señoría". Los que disfrutamos del autocultivo también cultivamos el valor al asumir este gran riesgo solo por amor, el amor a la planta y a la vida elegida, resignada a un destino de clandestinidad. Y también cultivamos las amistades cuando podemos compartir el aroma y el sabor de la felicidad que emana en cada combustión o vaporización de las flores cañameras de la propia cosecha, respirada, nada que ver con esos regalos que compramos en los comercios, y parecido al regalo que un artista le hace a su musa al entregarle una de sus obras, pues también en la marihuana va el alma del cultiveta, artista del jardín. Se cultiva, pues, también el alma, y la vista, deleitada con la belleza de cada rama. También cultivamos la atmósfera con el oxígeno producido con tan solo algo de esfuerzo, proporcionando así algo más de aliento a la Tierra, que nos acoge y padece. Cultivar marihuana es mucho cultivar. |
Casiopea se asoma al balcón de su piscina, de envidiables vistas marijuanas
Este año los Cultivos de Marihuana en Exterior dieron Buena Cosecha
Preparando el Manicurado
el Exorcismo de H. Anslinger, Prohibicionista
Nueva Religión Toma Fuerza entre las Multitudes!
Fotografia de Alto Contenido en THC
Acerca de Esas Cosas que No Enseñan en el Cole
Ciencia, Historia, Filosofía y Fotografía en Blanco y Negro
Fotografía en Blanco y Negro y en Color