Los intereses de las autoridades universitarias como factor de exclusión en la Educación Superior.


En la misión Sucre se hace realidad, después de cuatro años de gobierno revolucionario, una política de Estado para enfrentar la exclusión de las mayorías del sistema de Educación Superior. Si queremos que esta misión tenga éxito, es necesario conocer y combatir los orígenes de esta discriminación. En este texto argumentamos que la exclusión puede ser entendida como resultado de los intereses de la Gerencia Universitaria.


Clases sociales

Comencemos por introducir una sencilla tipología de clases:
 

  1. Propietario de medios de producción.

    1. Contrata Trabajadores: Capitalista

    2. No contrata Trabajadores: Pequeño Burgués

  2. Asalariado.

    1. Contrata Trabajadores: Gerente
      1. Posee conocimiento especializado: Gerente Experto
      2. No posee conocimiento especializado: Gerente no especializado

    2. No contrata Trabajadores: Trabajador
      1. Posee conocimiento especializado: Trabajador Experto
      2. No posee conocimiento especializado: Trabajador no especializado


¿Para que sirve esta tipología? Para intentar predecir el comportamiento y lealtades de un sector social determinado. Se presume que quien pertenece a una cierta clase social actuará, en general, de acuerdo a los intereses de la misma.

Un ejemplo reciente ilustra el punto: muchos periodistas (trabajadores expertos) contribuyeron a los recientes intentos de derrocar al Presidente Chávez. Ni el más elemental sentido de gratitud pudo impedir que los dueños de los medios (pertenecientes a la clase capitalista) actuaran de acuerdo a sus intereses económicos y despidieran a cientos de profesionales del periodismo, para compensar las pérdidas que les produjo la aventura golpista.

Nótese que de acuerdo a esta tipología un micro-empresario es un pequeño burgués. Esta observación sirve para resaltar que con estas categorías no se pretende hacer distinciones morales, ni mucho menos demonizar a nadie. Simplemente se busca predecir el comportamiento colectivo de diferentes grupos sociales.


Gerentes y Trabajadores

Tanto los Trabajadores como los Gerentes son asalariados. Pero existe una diferencia crucial: los Gerentes tienen a su disposición el poder que resulta de la potestad de contratar y despedir trabajadores. Además de este poder, los Gerentes Expertos poseen un bien escaso: el "conocimiento". Esto les otorga una capacidad de negociación mayor, que se refleja en un mejor control sobre su ingreso, en la posibilidad de exigir, y obtener, mejores salarios.

Así como es en el mejor interés de los capitalistas mantener el control sobre los medios de producción, es en el interés de los Expertos evitar que sus habilidades sean aprendidas por otros y por lo tanto se devalúen. Como ejercicio, invitamos al lector a analizar, en términos del poder de los "expertos", el reciente comportamiento de sindicatos y gerentes de la industria petrolera.

Generalmente los expertos tienden a alinearse más con la clase capitalista que con la clase trabajadora. Recordemos que su condición privilegiada depende en buena parte de su lealtad hacia los dueños de los medios de producción. Esta alineación es más pronunciada en el caso de los Gerentes Expertos, quienes no sólo tienen más que perder, sino que también poseen suficientes bienes y capital social como para aspirar ingresar a la clase capitalista. (La corrupción sirve muchas veces de vehículo para satisfacer esta aspiración.)


Profesores Universitarios

Los profesores universitarios caemos en dos categorías: la de Trabajador Experto o la de Gerente Experto. La gran mayoría somos trabajadores expertos. Como colectivo, tenemos un alto grado de control sobre nuestro ingreso—que normalmente se instrumenta a través del considerable poder político que manejan nuestras organizaciones gremiales. Como individuos, sin embargo, nuestro grado de poder es exigüo.

No es éste el caso de Rectores, Vice-rectores, Decanos, Directores de Escuela y demás Gerentes Universitarios, quienes detentan el poder que conlleva la potestad de distribuir, con casi total discrecionalidad, el presupuesto de las Universidades.

Entrando en el tema central que nos ocupa : ¿es en el interés de la clase gerencial universitaria reducir la exclusión? Ciertamente no. ¿Para qué distribuir y abaratar el bien escaso que sirve de base a sus privilegios? ¿Para que disminuir su capital social al popularizar sus instituciones? ¿Para qué antagonizar a una clase social a la que miran con deferencia, con la que desean codearse, a la que aspiran pertenecer?

Esto explica la posición política que han asumido las autoridades de nuestras universidades. Y explica la reticencia a ir más allá de la retórica de la "equidad" y la "pertinencia", la reticencia a implementar políticas serias para disminuir la exclusión. Más aún, explica la feroz oposición con la cual es enfrentado cualquier intento de abrir la universidad a las mayorías.

(Nótese que se explica también—como una simple coincidencia de intereses—la evidente coordinación entre los golpistas de PDVSA y la gerencia universitaria.)

Si algún lector todavía tiene dudas, reflexione sobre lo siguiente: entre los privilegios más odiosos, tanto a la perspectiva humanista como a la perspectiva liberal, están los privilegios hereditarios. En algunas universidades todavía se mantiene, después de cuatro años de gobierno revolucionario, la política de garantizar el ingreso a los hijos de profesores y empleados, competentes o no. Sobra decir que un cupo universitario no es propiedad de ninguna autoridad universitaria. Es propiedad del pueblo venezolano.

Y el gobierno está obligado a defender la propiedad del pueblo.


Gustavo J. Mata

29 de septiembre de 2003.
 
 
 

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