TORMENTA MÍSTICA

(cuento corto)

El materialista y el teólogo se protegían de la lluvia en el pórtico del Templo. Las nubes, enfurecidas por el viento, salpicaban la atmósfera con destellos luminosos; la tierra exhalaba un misterioso hedor a medida que el agua penetraba por sus poros, entre la hierba.

 

Ajenos a tal vehemecia de la naturaleza, los filósofos discutían acerca de la conciencia humana. -Es una sustancia pensante, una esencia espiritual- decía el teólogo. -Es una ilusión, un engaño del cerebro- contestaba el materialista. Y mientras arreciaba la tormenta crecía la discusión, como si las ideas de los hombres fueran el agua y el aceite.

 

Cesaron los relámpagos; el aire frío dejó de revolcar las nubes y la tierra blanda se bebió las últimas gotas de lluvia que caían sobre la grama. Los hombres estaban en silencio después de que el último relámpago, con voz de trueno, les gritara que la conciencia es materia iluminada. Por fin, se miraron a los ojos en un profundo gesto de inefable comprensión. Sobre el horizonte había aparecido el arco iris.

Q.·. H.·. L. A. M.

M.·.M.·.

Resp.·. Log.·. Nieves del ruiz Nº 14

Agosto de 2000

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