EN EL PRINCIPIO ERA EL VERBO

La teoría de la evolución nos enseña que somos producto de un largo proceso evolutivo que hace millones de años partió de los organismos más elementales. Según la misma teoría, la última característica que obtuvieron los seres vivos fue la conciencia, y esta no es más que otra manifestación de la materia orgánica; eso es lo que nos hace pensar que la conciencia es dependiente del cuerpo de la misma forma que el agua acepta pasivamente la forma del recipiente.

Con base en la idea de que la vida interior es una consecuencia de estados corporales, los hombres se han dedicado a buscar el placer de los sentidos y han olvidado las satisfacciones de la voluntad. La idea de igualdad entre los hombres se ha convertido en sello de estupidez y animalidad; la libertad se interpreta como egoísmo; y el sentimiento de fraternidad se ha vuelto un buen pretexto para merecer los favores de los hermanos.

La sociedad ha dejado atrás el tiempo en el que los hombres construían su propio universo. En esa época, eran la voluntad, el deseo y la conciencia, los motores de la vida de los hombres. Fue así como se construyeron tantos templos en honor de la virtud. Esos hombres sabían, sí, que el agua acepta el contorno del vaso que la contiene; Pero utilizaban parte de su tiempo en observar que en la naturaleza el agua también puede obligar a la roca a que sea su receptáculo.

 

Q.·. H.·. L. A. M.

M.·.M.·.

Resp.·.Log.·. Nieves del Ruiz Nš 14

Febrero 2001 e.·.v.

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