LO QUE DIJO EL MAESTRO

Preguntaba el discípulo al maestro si primero fue Dios o el Hombre. Según las ideas de su tiempo, el humano había evolucionado desde especies animales más simples y, al final, cuando fue capaz de pensar, inventó un dios a su imagen y semejanza -eso decía el dogma de una ciencia que basaba el conocimiento en el estudio de lo concreto-.

Antes de responder, el maestro reflexionó sobre tan engañosa pregunta. ¿Cómo aceptar que Dios es creación a imagen y semejanza del hombre, cuando los atributos divinos son la perfección de cualidades humanas imperfectas? si Dios es la totalidad de lo que en el hombre es solo perfectible, el hombre no puede ser su creador. Entonces respondió que, necesariamente, el Hombre fue creado a Imagen y Semejanza de Dios.

Años después, cuando el discípulo se convirtió en Maestro, enseñaba a sus alumnos que lo importante no es quién creó a quién -los humanos nunca podrán saber para qué creó Dios al Hombre según su imagen; pero sí pueden saber cual es la imagen según la cual pudieron los hombres crear a Dios-; lo que realmente importa -decía nuevo el maestro- es la idea de prefección que nos eleva por encima de la miserable esclavitud biológica.

 

 

 

Q.·. H.·. L. A. M.

M.·.M.·.

Resp Log Nieves del ruiz Nº 14

Enero 2001 e.·.v.·.

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