RESP.·. LOG.·.
NIEVES DEL RUIZ Nº 2


"BREVES PALABRAS
SOBRE LA FUNDACIÓN
E HISTORIA DE LA LOGIA"

Advertencia de la Resp.·. Log.·. Nieves del Ruiz Nº 14:


La siguiente crónica es transcripción textual de un escrito que aparece en el "Boletín del Cuadro Lógico" de la Resp.·. Log.·. Nieves del Ruiz número 2 para el año 1923 a 1924. En el lenguaje pintoresco característico de la ciudad de esa época, se relatan las dificultades por las que tuvieron que pasar los masones en una sociedad de tradición conservadora cuya población en gran medida dependía del púlpito. Debe ser leída, pues, teniendo en cuenta el contexto sociocultural de la Manizales de principios del Siglo XX.



"En el año de 1920 existía en Manizales un reducido grupo de masones, iniciados en distintas logias nacionales, pero principalmente en la "LIBRES DE CALDAS" de la ciudad de Pereira, la que desgraciadamente tiene hoy abatidas sus columnas. La mayor aspiración, el anhelo constante de esos pocos hermanos, era ver florecer la institución en esta ciudad del Ruiz; que las columnas del Templo reflejaran el rojo de sus granadas en las verdes montañas circunvecinas. Los obstáculos para tan noble empeño eran incontables y los recursos casi insignificantes. Sin embargo, pudo más la voluntad tesonera de esos bravos luchadores de la libertad y al fin, tras dura brega, la Logia se instaló bajo auspicios favorables. Eso fue el 30 de enero de 1921.

Nunca serán bien comprendidos ni suficientemente apreciados el valor, la audacia, el desinterés y la constancia de ese puñado de varones fuertes que en una o en otra forma contribuyeron a la instalación de nuestra Logia. Convertir en valle masónico estos riscos inaccesibles a todo progreso libertario, asiento obligado de todo fanatismo, reducto inexpugnable de toda intransigencia, donde la libertad es planta exótica que languidece aún dentro del más propicio invernadero y donde igualdad y fraternidad son palabras sin sentido, parecía obra de gigantes, superior a las fuerzas escasas del grupo de masones que quería acometerla. Pero nada fue capaz de desanimarlos; sus corazones se mantuvieron firmes, sin trepidar un solo momento y coronaron al fin la cima esplendorosa.

No hay para qué recordar, porque ello vive fresco en la memoria de todos, esa persecución inmisericorde y despiadada que siguió a la fundación del Taller. Una fría racha de espanto y de terror conmovió a esta sociedad cuando tuvo conocimiento de la existencia de la Logia. Ánimo ardoroso y decidido fue menester para resistir la acometida; se emplearon contra nosotros todas las armas, aún las más vedadas, con la intención manifiesta de aislarnos social y pecuniariamente y obligarnos de ese modo a apostatar, si es que no preferíamos abandonar el campo en busca de más amplios y libres horizontes. ¿Cómo olvidar esos días de exaltación y de combate, cuando nos reuníamos en lo apacible de nuestro Templo a llevar adelante nuestros trabajos mientras la tempestad rugía fuera con ruido ensordecedor? Imposible, pues todavía siente nuestro espíritu el dolor de las heridas. Fuimos el tema obligado de conversación durante algunos meses; en calles y plazas, en cantinas y clubs, en costureros y sacristías, en arrabales y prostíbulos, en el confesionario, en los periódicos, en todas partes se hablaba de nosotros para atribuirnos los crímenes más espantables, los delitos más atroces. Se nos pintaba como el monstruo apocalíptico que es preciso destruir a toda costa. Tan absurdos eran los hechos que se nos imputaban, que concluyeron por desacreditar a los mismos que nos los atribuían. Algunos de los hermanos llegaron a flaquear y dejaron de concurrir a las tenidas, ocultando su calidad de masones como un delito vergonzante; la mayoría de los profanos que manifestaron al principio deseos de iniciarse, retrocedieron medrosos. Los que asistían a las tenidas, veían con honda pesadumbre que el número era cada vez menor.

Pero hubo un pequeñísimo grupo que se mantuvo firme, sosteniendo con tenacidad inquebrantable el embate furibundo del oleaje de incomprensión, de fanatismo y de perfidia que quería exterminarlo. Las columnas incipientes del Templo parecían trepidar ante la furia de la ola embravecida. Ni el misterio insondable de ultratumba fue suficiente para detener a la calumnia y la maledicencia. Con infinito dolor, con desconsuelo profundo, oímos profanar desde el púlpito sagrado la memoria de un hermano muerto, aumentándose así el luto de nuestros corazones.

Dos años duró esa persecución inmisericorde, que fue cediendo poco a poco, a medida que sus autores y las gentes todas se convencían de la inutilidad de sus esfuerzos, hasta concluir casi por completo, al menos en sus manifestaciones exteriores. Maltrechos salimos de la brega, pero las dianas de victoria han hecho resonar sus notas armoniosas en nuestros campamentos. La embestida no sirvió sino para templar los corazones de todos los hermanos y para acostumbrar a los timoratos habitantes de esta urbe a la idea de la existencia de la Logia, que hoy miran sin temor, cuando no con simpatía. La lucha fue sangrienta, pero el triunfo es definitivo y resonante; las columnas del Templo masónico se yerguen sobre bases cada día más firmes y profundas.

Si se considera lo poco que lleva de fundada la Logia y lo reducido de los recursos pecuniarios con que cuenta, así como los obstáculos de toda índole que han entorpecido su marcha progresiva y ascendente, la labor realizada puede calificarse de admirable. ¿No sería suficiente acaso haberla librado del naufragio a que parecía condenada al nacer y haberle dado la estabilidad que tiene hoy? Convencidos de que lo importante no es la cantidad sino la calidad de los hermanos, con ese criterio se ha procedido en la selección del personal. Especialísimo cuidado se ha tenido al respecto, sin que hasta el presente haya habido motivo de arrepentimiento. Sin embargo, el número de los miembros activos se ha venido aumentando constantemente con elementos de valía. Hombres de todos los países y las razas, que ocupan los primeros puestos en las sociedades donde viven por razón de su honorabilidad, su riqueza o su alta inteligencia, han tocado las puertas del Taller, y han entrado en él con el contentamiento general de los hermanos. Ojalá que todas las Logias procedieran con igual cuidado en ese sentido. Así se evitaría la Institución muchos motivos de estancamiento o retroceso.

Fiel a los fines primordiales de la Institución, ha puesto la Logia una especial complacencia en ejercitar la caridad. Hermanos transeúntes en desgracia han recibido siempre una oportuna y eficaz ayuda y en donde quiera que se ha visto una necesidad efectiva, trátese de masones o no, allí ha llevado la Logia el contingente de su generosidad. Muy satisfactorio es poder afirmar que hasta el presente no ha llegado a la ciudad ningún masón que pueda decir o pensar: "me vi en desgracia y mis hermanos de Manizales me abandonaron". No, nuestro corazón y nuestro bolsillo han vivido siempre listos para entregarse a los hermanos, sin preguntarles nunca por su nacionalidad, su religión o su política. Bendita institución esa que nos permite encontrar hermanos de corazón hasta en los más apartados rincones del mundo!

Las relaciones exteriores han preocupado al Taller desde el primer momento y en ese sentido se han obtenido muy brillantes resultados. Hoy tiene relaciones de amistad con casi la totalidad de las Logias nacionales y con multitud de las extranjeras y hemos tenido la satisfacción de saber que los hermanos que han salido del país han sido recibidos y atendidos en todos los Talleres que han querido visitar.

No podían detenerse allí las actividades de la Logia, pues no en valde cuenta ella con elementos empujosos y emprendedores. Ansiosa de manifestaciones exteriores de su poder y porque ha creído que mientras no trabaje en un local propio no estará asegurada su estabilidad de manera definitiva, ha querido emprender la tarea de adquirir un Templo debidamente acondicionado. Sin duda que ello presenta inconvenientes que parecen insuperables, pero ya sabemos que nada se resiste a una voluntad firme y decidida, sobre todo cuando se trata de los masones de Manizales. Hace apenas dos meses que se inició el asunto y ya se cuenta con una respetable cantidad de dinero, producto del saco que se creó y que circula en todas las tenidas, asambleas y cámaras y de donaciones voluntarias o préstamos sin plazo y sin interés, debidos a la generosidad de los hermanos. Mucho falta todavía, pues la obra es muy costosa, pero ha principiado bajo buenos auspicios, que auguran éxito seguro. En esa labor tiene hoy la Logia puestas todas sus energías."



Esta historia ha sido tomada del "Boletín del Cuadro Lógico" de la Resp.·. Log.·. Nieves del Ruiz número 2 para el año 1923 a 1924.


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