RENACER OCULTO

 

Fue a través de la muerte que entramos en el templo. Desnudos, sin joyas, sin títulos ni posesiones, recorrimos la Logia en viajes misteriosos que grabaron en nosotros las marcas indelebles de la libertad.

 

La muerte es la puerta mística del templo. Aquí no se entra con pasiones ni con preconceptos; no se ve la luz a través de los prejuicios, como no se ve la vía láctea cuando hay luna. Solo en la más profunda oscuridad podemos ver el tenue resplandor que ilumina al hombre.

 

Misticismo es, entonces, noche oscura, razón que desprecia la penumbra, luciérnaga que alumbra el misterio inexpugnable de esta conciencia florecida en un cosmos de materia.

 

Q.·.H.·. L. A. M.

M.·.M.·.

Resp.·. Log.·. Nieves del Ruiz Nº 14

Septiembre de 2000

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