Los Misioneros Oblatos en España y en el mundo

La evengelizacion en un mundo secularizado

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Los Oblatos de María Inmculada en España, viven una realidad de secularizacion. Pero así y todo el imperativo a seguir evangelizando es si cabe más apremiante aun.

 

 

 

 

A qué somos llamados

Somos llamados a evangelizar un mundo que se vuelve cada día mas secularizado. Dos palabras importantes: evangelizar y secularizado, que son para nosotros como el leif motif de nuestra fundación.

Vivimos, no es ningun descubrimiento en un mundo secularizdo. sobre todo en occidente y en los países industrializados. Ha cambiado radicalmente. Lo ha reconocido el Concilio y lo ha calificado de "verdadera metamorfosis social y cultural". GS 4

Afecta a todos los ordene: económico, psicológico y social; político y religioso. Ha provocado una crisis profunda de los valores tradicionales y sigue siendo fuente de muchas preocupaciones y angustias

Hemos entrado al mismo nivel de un mundo nuevo, un mundo que ha extendido su señorio en casi toda la naturaleza y no cesa de ampliarlo, un mundo que guarda sus distancias, que quiere ser cada vez más autónomo con relación a lo religioso y lo sagrado.

Esto se puede observar en la vida familiar: el matrimonio, la transmisión de la vida, la vocación de la esposa ya no se perciben como realidades sagradas, sino como un ámbito en que se ejercita la libertad, el dominio del ser humano, la libre elección motivada por razones económicas, y sicológicas.... la autoridad de los padres en otro tiempo expresión de la voluntad de Dios, es hoy desacralizada e impugnada.

Se ve tambien en la vida profesional y social: el trabajo obedece a imperativos de rentabilidad y de planificación. El significado religioso es cada vez menos percibido... pasa lo mismo con las relaciones humanas, la vida cultural y los ratos de ocio, el mundo escolar. Se analiza todo, un análisis que se requiere que sea científico. Los signos religiosos son cada vez más raros y discretos, las bendiciones del ritual para las diferentes circunstancias de la vida están pasadas de moda y el mismo sacerdote como sacerdote, se siente perdido en esta sociedad. Se le admite, si acepta pasar desapercibido, si cae en el anonimato entre la muchedumbre, Pero molesta su presencia, si es abiertamente el hombre de Dios, el hombre de lo sagrado.

 

El concilio después de haber constatado el hecho de la secularización, plantea la cuestión de su legitimidad y hace al mismo tiempo una distincion que hay que tener siempre presente.

Por una parte, reconoce como "absolutamente legítima" y cconforme a la voluntad del Creador una "autonomía de la realidad terrena" que significa que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco;

Por otra parte, rechaza en nombre de la fe, una autonomía de lo temmporal que significara que la realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador. GS 36


Este mundo desacralizado y laicizado es el nuestro, el mundo de nuestros países, de nuestras familias. Un mundo que promete la felicidad y que al lado del progreso y de logros sorprendentes, genera un sinfín de nuevos pobres y de desdichados: hombres y mujeres que ya no le ven sentido a la vida, que sienten angustia y tienen miedo, que se entregan a la violencia, al alcohol, a las drogas, y que se sienten malqueridos, limitados y rechazados en este universo que llega a hacerse inhumano al querer prescindir de Dios.

Desde hace unos años a esta parte se nota por asi decirlo una reacción. Se manifiesta un poco por todas partes y de muchas maneras un nuevo despertar religioso, una busqueda de sentido, sentido del universo, sentido del hombre y de su historia: INTERES POR LAS RELIGIONES, orientales; Interés en el mundo de los jovenes por encontrar y descubrir nuevos valores: la solidaridad, la lucha activa por la paz... etc. Se pensaba que Dios había muerto; se constata no obstante que no muere tan fácilmente en el corazón de los hombres.

Este despertar sin embargo, a pesar de su importancia no puede hacer olvidar la corriente de fondo que configura el mundo actual y que lo hace cada día más un mundo secularizado. Además el pluralismo religioso en el que se expresa no facilita necesariamente la evangelización