Pedanía del municipio de Barruelo de Santullán (Palencia), contiene esta pequeña iglesia románica que en un viaje se me atravesó en el camino y a la que hice algunas fotos, malas, más todavía.

                      Fue construida en 1.175 por el Maestro Michaelis y está dedicada a los santos Cornelio y Cipriano. Tiene planta rectangular y un ábside dividido, por unos contrafuertes, en una parte curva y dos rectas y de un poco más de altura.  Adosada a la portada Sur se construyó en época posterior como un 'recibidor' que al fin y a la postre ha protegido una preciosa portada con relieves y, creo acordarme, colores. (de la que no tengo foto). Su interior está cubierto de frescos, copia de los originales que ahora se encuentran en el Metropolitan Museum de New York, otro ejemplo más de los desfalcos que se han producido y se seguirán produciendo en el patrimonio cultural de la península.

 

      En este pequeño esquema indico el número de canecillos de la iglesia, no he dibujado el 'recibidor', en total 58, repartidos como se ve.

       A la derecha se observa al Maestro Michaelis, un relieve que está dentro de la iglesia

 

 

 

 

 

                                                                  Portada:          

 

        Ocho canecillos que en realidad si sujetan las piedras del tejaroz, pues están colocados en las intersecciones, estas piedras llevan esculpidas un número variable, de tres a cinco, ruedas con ocho radios. El sistema de los cuatros elementos (agua, tierra, aire y fuego) y de los cuatro temperamentos se corresponden a escala macrocósmica con los cuatro puntos cardinales y los cuatro vientos. San Isidoro de Sevilla (560-636 d. C.)  asigna a cada uno de los vientos principales dos vientos accesorios. Aunque aquí solo sean un adorno.

 

        1               2               3                 4                 5                6               7               8

                Son siete personajes sentados, con la calidad de mis fotos no se puede dilucidar mucho más, de ellos tres tienen falda y todos apoyan las manos en el regazo, parecería que están en alguna seria ceremonia. El cuarto por la izquierda es una liebre. Cuando recorres aquella zona de Palencia se observa la presencia de la imagen de las liebres en más de un lugar, bares, tiendas, escudos nobiliarios, etc...; debe ser una zona de gran tradición en liebres, entonces no puede extrañar verlas en los canecillos de las iglesias, de todas formas no podemos olvidar su simbolismo medieval, por su gran capacidad de reproducirse acabó significando la lujuria.

 

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                                                    Fachada Sur                

       

              Son 14 los canecillos que ocupan la fachada sur; en este caso las piedras del alero están talladas en forma de pirámides cuadrangulares con, en total, diez líneas a modo de radios, tres arriba y abajo y dos laterales.

              Las fotos por causa humana, yo, son fatales, a pesar de ello las cuelgo aquí en espera de tener otras mejores y con el fin de hacerse una idea global de la iconografía exterior de la iglesia.

               

           1                   2                 3                4                  5                    6                    7           

                 El número 1, parece un lobo, está en el esquinazo observando toda la panorámica, y ya sabemos que era uno de los grados iniciáticos de los canteros. El 2, como muchos otros de esta iglesia, es un personaje sentado, como en una ceremonia, este lleva una espada entre las manos. 3: en la misma postura, sujetando un libro. El siguiente, 4, bebe de un gran tonel que sujeta sobre sus rodillas, también sentado, participa de la misma ceremonia que los demás. El 5, por defecto de la foto parece tener un niño en las rodillas, pero en verdad muestra las palmas de las manos que tiene en el regazo. El 6, no sé lo que es, pareciera un animal, o un hombre de espaldas, quizás un exhibicionista (?). El 7, es otro espectador, éste tiene las manos una sobre otra.

                 Me llama la atención, que al igual que en otras iglesias de la zona (por Ej. en Villanueva de la Torre) las cabezas están truncadas, el cantero las remató así, aunque como se ve en las fotos tuviera piedra suficiente para haberlas podido redondear. Esto que comento también lo podemos observar fuera de la zona Ej.: San Bartolomé de Ucero.

                

 

         8                  9                 10                 11                 12                 13               14

                     El 8 y el 9 parecen meros adornos, al igual que el 11. El 12, el 13 y el 14 son otros tres personajes sentados y con las manos en el regazo.

 

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                                                        Ábside                    

 

                 Son 21 canecillos los que soportan el alero del ábside. Las piedras del ábside no tienen ningún adorno, son redondeados hacia el exterior y nada más. 

                 El cantero que esculpió los canecillos del ábside y de la fachada norte es distinto del que esculpió la fachada sur y la portada. Este último es más académico, vemos a los personajes sentados más proporcionados, con las cabezas truncadas, como ya hemos dicho, más estudiados, y con más detalle en las vestiduras, etc...; mientras que el cantero del ábside es menos técnico en el grabado de la piedra, redondea las cabezas, que son desproporcionadamente grandes, y sobretodo mucho más rico simbólicamente. No sé si alguno de ellos sería el Maestro Michaelis, constructor de la iglesia, o si el trabajo correspondería a otros canteros.

  

 

    Estos tres, 1, 2 y 3, corresponden a  la parte del ábside más cercana a la fachada sur, y aunque pertenecen al ábside están sobre un estrecho paño recto (como se ve en la foto grande).  

     El primero es un 'adorno' claramente tripartito o trinitario, con todo el simbolismo del número tres. El segundo es otro bebedor, aunque en este caso lleva el suministro a la espalda. El tercero es otra liebre-lujuria.

 

       Los tres siguientes forman un grupo muy definido, al pertenecer a distinto cantero, no participaran en la función que se describe en la fachada sur y la portada, que parece algo mucho más serio. Son dos músicos y una saltimbanqui. Recordaré que en aquellos tiempos los equilibristas y demás artistas callejeros solían actuar desnudos, para mayor solaz y muchas veces para provocar la burla de los espectadores.

       El primer músico, cuarto, toca una especie de flauta muy ancha, creo entrever que es de dos tubos, aunque no estoy seguro. El otro, quinto, toca una vihuela, especie de violín antiguo.

        Viendo a la contorsionista, sexto, 'in situ' y apreciando todos los volúmenes, se pueden distinguir claramente los genitales de la mujer.

 

 

 

            El séptimo canecillo del ábside, creo que muy complejo simbólicamente: El primer canecillo del ábside comienza esta serie de canecillos tripartitos, ahora en el séptimo el tercer tramo, entonces cuadrado, empieza a formar una espiral, que culminará en el octavo canecillo. La espiral es un antiguo signo, usado muy frecuentemente por los celtas, simbolizando el tiempo, la rueda, el eterno retorno, y sobretodo el centro. La espiral y el punto se asimilan al centro pues ella lleva a él. En lo cristiano dios. En lo esotérico el círculo es signo de la eternidad y el punto la concentración del tiempo en el instante; la combinación del círculo y el punto nos da el símbolo solar .

            El noveno es una figura, en la foto completa creo ver que es una mujer desnuda.

            El décimo con forma de proa de barco (?), un amigo me dijo una vez que todos estos canecillos con triángulos eran genitales femeninos y me acabo de acordar al ver que éste forma dos cavidades, no sé si cala de arriba a abajo la totalidad del canecillo.

             Y ahora ¿que vemos? ¿un símbolo fálico?, el undécimo

             Y el decimosegundo es otro de los canecillos-tres, este lleva un orificio en el centro; puedo hablar aquí de la matriz alquímica, de la unión de lo femenino y lo masculino para formar el andrógino y a partir de él, el huevo alquímico.

              Todo esto se me acaba de ocurrir al ver toda la serie del ábside. Y hablando de lo mismo, ¿no será la mujer desnuda, la tierra?. Rayos y centellas..., sería una buena explicación.

               Hermes dice: "el dragón no muere sino cuando lo matan conjuntamente su hermano y su hermana. Uno de los dos no es suficiente, tienen que hacerlo ambos, a saber, el sol y la luna (...). El dragón es el mercurio vivo del que se extraen los seres provistos de cuerpo, alma y espíritu."

 

 

        Ahora el decimotercero, buen número para el cabrón. El decimocuarto tiene forma de quilla. El decimoquinto es un personaje vestido, el único con ropa creado por el 'segundo' cantero; lleva una especie de corbata en el cuello, ¿o es una soga?; y lleva una especie de capucha en la cabeza. El decimosexto es otra espiral.

 

 

 

 

     El decimoséptimo seguramente se perdió. 

     El decimoctavo es un hombre desnudo, que entre sus manos llevaba, en épocas menos puritanas, su atributo masculino.  

     El decimonoveno es una mujer, también desnuda y muy delgada, se le marcan las costillas en el tórax.

 

 

 

 

 

        El veinteavo es el tercero de los canecillos que estoy nombrando como tripartitos. 

        El veintiuno es un exhibicionista que también perdió lo que enseñaba con tanto afán.

        Y el veintidós es el segundo de los lisos o perdidos.  

        Estos tres últimos son los que están en el alero de la parte plana del ábside, ya por la parte norte de la iglesia.

 

 

 

                                                    Fachada Norte            

 

                 Todos los canecillos de la fachada Norte son lisos, sin más interés.

 

 

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