ðHwww.oocities.org/espanol/planydirest/pla/plan48.htmwww.oocities.org/espanol/planydirest/pla/plan48.htmdelayedxý„ÔJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ€xÒ1OKtext/htmlÓ+cÒ1ÿÿÿÿb‰.HSun, 12 Jan 2003 04:11:28 GMT Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *ý„ÔJÒ1 Internet y la ventaja competitiva

Internet y la ventaja competitiva


Una vez explicada la estructura de negocios de la Web, ¿cómo formular una estrategia que dé una ventaja competitiva? Porter explica cómo.

La presión sobre la rentabilidad lleva a intentar alcanzar una ventaja competitiva sostenible, a través de un menor costo y/o precios premium. Hay dos caminos posibles: eficacia operativa (hacer lo mismo, pero mejor) o posicionamiento estratégico (hacerlo diferente y brindar un valor único). Internet influye en ambos: dificulta las ventajas operativas, pero abre nuevas oportunidades para un posicionamiento estratégico distintivo.

EFICACIA OPERATIVA. Internet es la más poderosa herramienta disponible para mejorarla. Al facilitar el intercambio de información en tiempo real, induce mejoras en toda la cadena de valor. Por ser una plataforma abierta con estándares normales, las empresas pueden aprovechar sus beneficios con una inversión menor. Pero este solo hecho no proporciona una ventaja competitiva, que se logra cuando una empresa mantiene niveles de eficacia operativa más altos que el resto, lo cual es enormemente difícil. Una vez que una compañía establece una nueva "mejor práctica", sus rivales la copian de inmediato. Esto conduce a una convergencia competitiva: muchos hacen lo mismo de igual forma, y los clientes terminan decidiendo por precio.

POSICIONAMIENTO ESTRATEGICO. Su importancia aumenta debido a las dificultades existentes para mantener ventajas operativas. Irónicamente, quienes definen la competencia en Internet lo hacen en términos de eficacia operativa. Creyendo que no existen ventajas sostenibles, buscan agilidad para adelantarse. Esto se convierte en una profecía autocumplida. Sin dirección estratégica distintiva, la velocidad y la flexibilidad no llevan a ninguna parte. Una estrategia es cuestión de disciplina. Requiere concentrarse en la rentabilidad, la capacidad para definir una propuesta de valor única, y la disposición a aceptar difíciles trade-offs al decidir qué cosas no se harán. Aun en crisis, una compañía debe mantener el rumbo mientras mejora y amplía su posicionamiento distintivo. La estrategia no se limita a buscar mejores prácticas. Incluye la configuración de una cadena de valor altamente integrada, adaptada a las necesidades: la serie de actividades requeridas para producir y entregar un producto o servicio que permita ofrecer un valor único.

La ausencia de estrategia

Numerosos pioneros de Internet, puros o tradicionales, compitieron violando preceptos estratégicos. En vez de concentrarse en las ganancias, intentaron maximizar ingresos y participación de mercado mediante incentivos y publicidad. En lugar de ofrecer real valor y fijar un precio atractivo, buscaron ingresos indirectos. No hicieron elecciones; ofrecieron todo tipo de productos. No crearon una cadena de valor a medida; imitaron a sus rivales.

Sin conservar el control sobre los activos propietarios y los canales de marketing, se embarcaron en una ola de asociaciones, distorsionando su identidad. Socavaron la estructura de sus industrias, apresuraron la convergencia competitiva y acotaron las posibilidades de obtener una ventaja competitiva. Iniciaron una competencia destructiva, de suma cero, confundiendo generación de rentabilidad con adquisición de clientes.

Incluso compañías bien conducidas descarrilaron en Internet, por copiar las ofertas de las "punto com". La decisión de Merrill Lynch de imitar ofertas online de bajo costo arriesgó su mayor ventaja: la habilidad de sus agentes. En cuanto a reforzar una estrategia distintiva y personalizar actividades, es cierto que Internet provee una plataforma tecnológica mejor que las generaciones previas de TI. Los sistemas ERP (Planificación de Recursos de la Empresa) vinculaban actividades, pero obligaban al cliente a adaptar sus metodologías al software. La arquitectura de Internet, y otras mejoras, convirtieron a la TI en un instrumento mucho más poderoso para la estrategia. Al proporcionar una plataforma común a lo largo de toda la cadena de valor, su arquitectura y estándares también permiten construir sistemas verdaderamente integrados, y adaptados a las necesidades. Para ganar esas ventajas, las empresas deben abandonar los paquetes de aplicaciones genéricas "listas para usar", y adaptar la tecnología de Internet a sus propias estrategias.

Internet como complemento

Se sostiene que Internet es "caníbal" que reemplazará las formas convencionales de hacer negocios y acabará con todas las ventajas tradicionales. Es una exageración. Por ejemplo: la entrega de música online puede reducir la necesidad de activos para la fabricación de CDs, pero en la mayoría de las industrias esos trade-offs son modestos. Internet sólo reemplazará ciertos elementos de la cadena de valor. En la industria de la música se mantendrán ciertas actividades tradicionales, como encontrar y promover nuevos artistas, producir y grabar.

Con la extensión de las ventas online, los canales preexistentes, antes escépticos, comenzaron a adoptar Internet. Lejos de devorarlos, la Web les brinda oportunidades. Sus aplicaciones suelen abordar actividades no decisivas para la competencia (informar a clientes, procesar transacciones). Los activos críticos (personal capacitado, tecnología de producto propietaria, sistemas logísticos eficientes) permanecen intactos, y a veces son fuertes y preservan las ventajas competitivas. En muchos casos, más que "canibalizar" actividades, Internet las complementa. El 90 por ciento de los clientes online de Walgreens, la exitosa cadena de farmacias de los Estados Unidos, prefiere retirar en un local físico los medicamentos que ordena en la Web.

Algunas firmas comprobaron que el catálogo impreso es una buena herramienta para promover pedidos online, además de un medio para informar a los compradores. En ciertas industrias, el uso de Internet implica apenas un ligero desplazamiento de las prácticas establecidas. La introducción de aplicaciones de la Web suele generar, primero, mayor demanda de actividades físicas en otra parte de la cadena de valor (los pedidos directos aumentan la importancia del depósito y envío de productos). Segundo, puede tener consecuencias sistémicas y requerir nuevas actividades físicas (las bolsas de trabajo online redujeron el costo de hacer contacto con aspirantes, pero inundaron de currículums electrónicos a los empleadores, obligándolos a elegir entre un mayor número de candidatos inadecuados). Tercero, las aplicaciones tienen ciertos límites, ya que:

La correspondencia entre actividades, piedra angular del posicionamiento estratégico, se ve fortalecida por Internet. Cuando los gerentes aprecien el potencial de la Web como complemento, organizarán de forma muy diferente sus esfuerzos online. En lugar de concentrar la tecnología de Internet en unidades independientes, debería quedar bajo la responsabilidad de las unidades principales, en todos los sectores de la compañía. Con el apoyo del personal de TI y de asesores externos, las empresas podrían usar estratégicamente la tecnología para mejorar el servicio, aumentar la eficiencia y aprovechar las fortalezas.

Por lo general, Internet no es un medio de ruptura para las industrias y compañías establecidas, y mantiene o refuerza las principales fuentes de la ventaja competitiva. Cuando todas las compañías adopten la tecnología de la Web, ésta se verá neutralizada como fuente de ventaja. Las ventajas competitivas surgirán de las fortalezas tradicionales: productos únicos, contenido propietario, actividades distintivas, conocimiento superior sobre los productos, buen servicio personal y fuertes relaciones. Internet puede reforzarlas a través de vínculos, pero es improbable que las suplante. Las estrategias triunfadoras, en muchas industrias, serán las que integren a Internet con los métodos y las ventajas competitivas tradicionales. La mayoría de los compradores valorará esa combinación de servicios, y, desde el lado de la oferta, la producción y las compras serán más eficaces. Los insumos personalizados se comprarán directamente. Los productos o servicios indiferenciados podrán adquirirse en mercados digitales, pero también se necesitarán expertos en compras, fuerza de ventas del proveedor y locales de abastecimiento.

Integrarse será más fácil para las empresas tradicionales que para las "punto com". Pero no alcanza con injertar Internet en los antiguos métodos. Las compañías establecidas tendrán más éxito cuando usen la tecnología de la Web para reconfigurar actividades tradicionales, y encuentren nuevas combinaciones de ambas. Las "punto com" tendrán que buscar sus propias estrategias distintivas; dejar de competir sólo por precio, y focalizarse en la selección y el diseño de productos, servicios, imagen y otras áreas donde diferenciarse. La próxima etapa de la evolución de Internet involucrará un cambio en la forma de pensar. De hacer "negocios electrónicos" a hacer negocios, y de "estrategia electrónica" a estrategia. Sólo cuando Internet se integre a toda la estrategia, esta poderosa nueva tecnología se convertirá en una fuerza igualmente poderosa para obtener ventajas competitivas.

Left.gif (1221 bytes)