ðHwww.oocities.org/espanol/pmalife/pma11www.oocities.org/espanol/pmalife/pma11.htmllayedx¨UÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈÅlÙ.OKtext/html(¾ÍWÙ.ÿÿÿÿb‰.HMon, 19 May 2003 18:17:49 GMTMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *¨UÕJÙ. Regulación o Autorregulación
REGULACIÓN O AUTORREGULACIÓN
 
En el tapete se mantiene el tema de la regulación en los medio de comunicación social, en lo que se refiere a la materia informativa sobre asuntos que tengan que ver con la violencia.  El proyecto de ley presentado por el legislador  Francisco Ameglio, y que entrará a primer debate este martes 11 de junio; aparte de tratar el tema de la presencia de imágenes violentas en los medios de comunicación, toca el asunto referente a la pornografía, desde el punto de vista de la presencia de fotografías de mujeres semidesnudas en algunos medios escritos.
 
En una televisora nacional, presenciamos la participación del legislador proponente del proyecto, de un representante de la defensoría del pueblo, el señor Ricardo Lombana y de uno de los directivos del diario El Siglo, el señor Ramón Jiménez.  En dicho programa, cada uno expresó su opinión con respecto al importante tema, sin embargo, como espectadores del mismo, nos percatamos de una serie de inconsistencias en el proyecto de ley y en la posición de dos de los panelistas.
 
Por un lado, el directivo del diario El Siglo defendía a capa y espada la publicación de imágenes de hechos sangrientos para crear “conciencia” ciudadana; cosa que me parece ilógica, ya que como ciudadano de este país tengo conciencia de los acontecimientos violentos que se dan y de la realidad desvalorizada que vivimos, y esto sin tener que recurrir a las portadas de los diarios que publican semejantes fotografías.  
 
Por otro lado, el señor Lombana abogaba por la autorregulación, supervisada por un instrumento llamado “Pacto Ético”; aspecto que nos parece inadecuado.  La autorregulación ha demostrado, desde 1999, su ineficiencia y vulnerabilidad; sería como esperanzarse a los preceptos personales de cada uno.  Al final, con o sin pacto ético, cada quien sigue haciendo lo que le parece más conveniente para sí y para su medio.
 
Los pueblos escogemos gobernantes para que nos dirijan en todos los aspectos, manteniendo el orden y el respeto a las garantías ciudadanas y a la libertad, no al libertinaje que promueve la autorregulación, sistema que, contrario a lo que indicó el señor Ricardo Lombana, no es de tendencia mundial.  En la actualidad naciones del primer mundo están desechando ese sistema, como ejemplo, en España se debate la prohibición de cualquier tipo de propagandas que atente contra la moral y que aliente al consumo de bebidas alcohólicas; así mismo, en Alemania, se pretende regular el acceso de los niños a video juegos violentos.  Ambos temas están presentes en los Congresos de estos países europeos.
 
Ahora, viendo el aspecto general del panorama de crisis de valores y de violencia que se vive en nuestro país, no podemos dejar de ser sensatos y consecuentes con la verdad.  El proyecto de ley presentado por el legislador Ameglio, aunque me parece una buena medida, no llena las expectativas de la Nación; al hablar de regulación, hay que ir más allá. No se trata solo de prohibir la publicación de imágenes sangrientas y pornográficas, o de controlar el horario de emisiones de noticias y programas con alto contenido violento; se trata de ponerle freno a todo lo que contribuye a acrecentar el descalabro social que sufre el país.  
 
Se requiere de que nos sentemos a establecer medidas integrales, que ataquen los focos del problema que atenta contra nuestra naturaleza humana; mismos que podemos señalar en resumen: programación violenta e indecente, a cualquier hora del día, ya sea a través de películas, novelas, cómicas violentas, comerciales o cualquier otra forma de emisión televisiva o radial (comentarios inapropiados e indecentes, programas inmorales, música vulgar y violenta; independientemente de su género).  Si seguimos por ahí; podemos señalar la proliferación de video juegos violentos, jugados por niños de cualquier edad; sin contar las publicaciones ofensivas a la moral que se encuentran en vallas de carreteras, puertas de tiendas, revistas, periódicos y demás. Aparte, tenemos la venta y consumo desmedido de bebidas alcohólicas y cigarrillos en abarroterías, kioscos, tiendas, supermercados, minisuper y demás lugares a donde los niños pueden acceder sin problemas.  Estos deben ser vendidos en locales exclusivos para estos “vicios”, como distribuidoras o tiendas al pormenor, donde los menores no puedan entrar.
 
La autorregulación es una herramienta inverosímil a la realidad, necesitamos regulación   -respetando la libertad de expresión, cosa que es posible- si es que queremos abrirle paso al recate de nuestros valores.  Desearía que la propuesta de ley fuese más integral y que tocara los puntos más sensitivos, no obstante, si se aprueba, contará con gran apoyo ciudadano, de eso estemos seguros.
 
Viernes 14 de junio de 2002