LA RESPUESTA DE UN DETRACTOR
 
Soy un ciudadano que busca mirar la realidad de este país desde todos los sentidos, sin acostumbrar a sesgarla, tal y como lo hizo la ministra Alba Tejada de Rolla, en su artículo publicado en el diario La Prensa, el pasado 17 de julio de 2002.  En la susodicha intervención, un tanto similar a la del Canciller de la República José Miguel Alemán-La Prensa, 12 de junio de 2002-, la ministra de la juventud, la niñez y la familia, busca tergiversar el innegable escenario que vivimos, a costilla de frases repletas de demagogia y de una elocuencia absurda; propia de aquellos que luchan por defender a capa y espada lo indefendible, o de ocultar lo inocultable.
 
Sinceramente me gustaría saber con que decencia la frase “concluyó la era de las promesas falsas, de los discursos que disuelve el viento, porque éste es un gobierno que sí cumple, que posee una arraigada actitud democrática...”, puede presentarse como un hecho tan tajante; discúlpeme señora ministra, tengo en mi poder el famoso documento “Nuestro Compromiso para El Cambio 1999-2004” y el 85% -si es que no más- de las promesas y compromisos allí plasmados, no han pasado del papel que las soporta.  ¿Las enumero?, que va; gastaría mucho más que el espacio que debo ocupar en este diario.
 
Comparar el gobierno de Pérez-Balladares con el de Mireya Moscoso es, sin lugar a duda, lo peor que puede hacer quien quiera defender esta administración.  ¿En qué se diferencian?; sencillamente en una sola cosa, ellos eran del PRD y estos son del Arnulfismo; por lo demás, no se puede aspirar a encontrar profusos contrastes.  El gobierno del ex presidente realizó tantas obras como las que la ministra enumera en su artículo, efectuadas por la actual mandataria.  Querer hacer ver que este es un “gobierno que cumple”, debido a que concretó el alza los aranceles de importación, el fin del “régimen de dependencia en materia de hidrocarburos”, la sede temporal del ALCA, los avances en materia de integración y tratados de libre comercio, la ejecución del proyecto de sistema de riego para el arco seco, la futura construcción del segundo puente sobre el canal, la construcción de puertos de cruceros, y demás proyectos; resultaría como querer calificar de igual forma al pasado gobierno, ya que este concretó la ampliación de la carretera interamericana desde la Chorrera hasta Aguadulce, la ampliación del Puente de las Américas, la construcción de los corredores Norte, Sur, y de la autopista Panamá-Madden; el avance sin precedentes en materia de telecomunicaciones, la modernización de los puertos canaleros, la construcción de puertos de contenedores, la modernización del Ferrocarril Panamá-Colón, la construcción de modernos hospitales públicos, y demás proyectos que se podrían señalar.
 
Señora ministra, lo que nos molesta a “los detractores de doña Mireya”, que igual fuimos “los detractores de Pérez-Balladares”; es que, similar a este último, la señora Moscoso se ha dedicado a “construir obras” que cualquiera puede realizar, sin embargo no se ha atrevido, al igual que su predecesor, a tocar aquellas nefastas hebras que se tejen y que cada día se hacen más fuertes; esos filamentos que en medio de nuestra institucionalidad, dan cabida a la corrupción, misma que en cualquiera de sus cientos de formas, es la principal culpable de nuestro atraso social, económico y humano.  Esta intolerable situación es la que no soportamos, ya que la actual presidenta prometió “el cambio”, pero este jamás ha llegado y no hay la más mínima esperanza de que haga su sorprendente aparición en los 25 meses que nos restan del demagogo mireyismo.
 
Nosotros, “los detractores”, reconocemos las obras de Mireya Moscoso, al igual que las de Pérez-Balladares, y las de Guillermo Endara; no obstante, estas administraciones no han pasado de eso, a todas les ha gustado el patético sistema administrativo que heredamos de los años de la dictadura militar, aquel sistema construido en base a las prioridades y aspiraciones de los gobernantes y no de los gobernados; ese es el modelo que se prometió cambiar, si no lo sabe, cite  la Agenda Institucional de Nuestro Compromiso para El Cambio, la cual ha sido cumplida en un 0%.
 
El actual gobierno puede negociar con la oposición cuantas veces quiera y construir cuantas obras más pueda; eso no cambiará nuestra posición.  “El pueblo conoce bien lo que la presidenta ha hecho pensando en su beneficio social”, cierto señora ministra; sin embargo también “conoce todo lo que prometió y no ha hecho por quedar bien con sus amigos, copartidarios y benefactores”.  ¡Ah!, aclaro; no desacredito a la presidenta por ser mujer, gracias a Dios no soy de esos; no la tolero por una sencilla razón:  ha demostrado la peor incoherencia administrativa de nuestra insipiente democracia.
 
Domingo 28 de julio de 2002