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Este sueño se hizo
realidad el 16 de Septiembre del año 1.964, en un humilde rancho que
solo tenía dos habitaciones (dos aulas de clases), ubicado en un
barrio que para aquel tiempo se llamaba Chupa Chupa. Posteriormente
comienza a funcionar con los cuatro primeros grados de Educación
Primaria distribuidos de la siguiente manera:
- 1er
grado: la Profesora Julia Rivas de Briceño.
- 2do
grado: la Profesora Teresa de González.
- 3ero
y 4o grado: el Profesor Rafael Rubio.
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Rancho de Chupa Chupa donde nació
Fe y Alegría en Barinas.
Octubre 1964. |
Como el ranchito resultaba pequeño,
las dos Profesoras se instalan en él y el Profesor Rafael Rubio va a
dictar sus clases debajo de un frondoso árbol de mango a la
intemperie, sin sillas, mesas, pupitres, sólo contaba con piedras y
bloques, más esto no fue obstáculo puesto que la necesidad de educar
a nuestro niños y jóvenes, y el gran espíritu misionero que
transmitía la Hna. Isabel Linares, Religiosa de la Presentación de
la Virgen María de Granada, era mayor que los contratiempos
existentes. |
Se inician las clases, los
alumnos con sus caritas llenas de alegría e interés se
asomaban por las ranuras de las tablas en forma de ventana y
las puertas de latas de zinc por las que llamaban a los que
pasaban ¡Vengan a la escuela! que tenemos clases. Para el
inicio de esta Institución fue fundamental la participación
de las demás Religiosas de la Presentación del Colegio
Nuestra Señora del Pilar; con su ayuda hicieron posible no
sólo la realización de un centro educativo en condiciones
mínimas sino también la atención humano - espiritual de los
habitantes del lugar, preparándolos intensamente en la
Catequesis.
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La Hermana Isabel Linares, dirigió la Institución hasta mediados
del año 1.965, haciéndose cargo de la misma la Hna. Natividad
Ruíz. Quién comienza a construir la primera y segunda parte de
los salones en el sitio que hoy ocupa el Colegio contando con la
colaboración del Padre Astiz, el entusiasmo y dedicación de las
Hermanas y la vocación de servicio de los tres maestros que allí
laboraban, aunado con el esfuerzo y ayuda de las familias:
Valero, Arana, León, Bolívar, Guzmán, Jerez, Politi, la sra.
Mirabal y otros representantes. Ésta última colaboró a tiempo
completo haciendo hasta de bedel desinteresadamente, aportando
de esta forma un granito de arena por la educación de sus hijos
y por el bien de la comunidad.
Se realizaba un
trabajo conjunto entre profesores, alumnos y representantes. Los
niños y niñas semejaban caminos de hormigas trasportando
material para la construcción de sus salones, que tenían una
capacidad para 60 alumnos y nadie protestaba, se trabajaba con
mucho amor y entusiasmo. |
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