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El arte de saber curar Frenar los fracasos médicos requiere humanizar la llamada medicina oficial.
Los médicos naturistas recibimos muchos pacientes que nos relatan su particular via crucis a través de la llamada medicina convencional u oficial. Son personas que se han sometido a un sinfín de pruebas de diagnóstico y que han probado muchos tratamientos. En la mayoría de los casos no sólo no han mejorado, sino que están peor, debido en buena parte, a la agresividad de los tratamientos recibidos y a los efectos secundarios de los fármacos administrados durante largo tiempo. Ya casi no se acuerdan de su enfermedad inicial, porque su historial clínico se ha complicado tanto que suelen presentar más de una dolencia. Como consecuencia, están desmoralizados y, lo más grave, han perdido la esperanza. Además esos sentimientos de impotencia, fracaso o resignación pueden llegar a abocarle a la depresión.
La experiencia de muchos naturistas permite afirmar que si muchos de estos casos hubieran sido tratados inicialmente por un buen médico naturista nunca habrían llegado tan lejos. La razón es que la medicina naturista no se limita a prescribir un tratamiento, sino que procura comprender el origen de la enfermedad. Por eso, además de realizar una exploración física del paciente, estudia sus hábitos, aficiones y proyectos, e intenta localizar las somatizaciones, que son dolencias de origen psíquico que se transforman en enfermedades orgánicas o síntomas físicos. Por eso, es frecuente que además del tratamiento, cuyo objetivo es ayudar al organismo a recuperar su propia fuerza curativa, se proponga al paciente algún cambio en sus hábitos y sus relaciones, y, si fuera preciso, psicoterapia de apoyo. Debería darse menos importancia a la especialización y más a la formación de médicos "humanistas", que, además de tener conocimientos técnicos, fueran capaces de penetrar en la faceta humana de sus pacientes y comprender lo que les sucede. Afortunadamente, en los últimos tiempos, la medicina convencional ha iniciado un lento proceso de acercamiento y apertura hacia otras medicinas mucho más humanizadas. Es urgente continuar con él. Cuando antes empecemos a trabajar conjuntamente, antes podremos solucionar los casos de tantos pacientes que han perdido la esperanza de curarse.
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