En la 
                      historia de las 41 series nacionales desarrolladas por la 
                      pelota revolucionaria cubana 
                      sobresalen algunas marcas ofensivas que, al
                      menos por el momento, parecen inalcanzables. 
                      Hay en 
                      especial cuatro hombres cuyos resultados de por vida están
                      tan alejados de sus más cercanos perseguidores que 
                      deberán transcurrir muchas campañas 
                      para ser igualados o superados: 
                      Orestes Kindelán, Omar Linares, Antonio Muñoz y Antonio 
                      Pacheco. 
                      A una 
                      lejanía sideral se ven, por ejemplo, los 487 
                      cuadrangulares y mil 511 carreras 
                      impulsadas acumulados por Kindelán, para altísimos
                      promedios de 23,2 y 72 en las 21 series que jugó.
                      Para dar 
                      una idea de la altura de esas marcas, baste decir que los
                      nueve peloteros que le siguen en ambos indicadores 
                      ya están retirados, y entre los 
                      activos no se vislumbra uno solo con
                      posibilidades matemáticamente objetivas de 
                      alcanzarlas.
                      
                      Entre los jonroneros que se 
                      mantienen jugando, es el pinareño 
                      Daniel Lazo quien registra la mayor 
                      productividad, con 196 vuelacercas y
                      746 carreras empujadas en 12 series, para promedios 
                      de 16,3 y 62 por temporada, 
                      respectivamente.
                      
                      Suponiendo que el fornido jardinero de 
                      Pinar del Río llegara a 
                      desempeñarse en 21 campañas como Kindelán, para igualarlo 
                      tendría que promediar en las nueve 
                      restantes 32,3 bambinazos y 85 
                      impulsadas, cosa a todas luces bastante improbable.
                      Otro que 
                      sonríe desde inconmensurable altura es el fenomenal Omar
                      Linares, quien con su fabuloso promedio ofensivo de 
                      368 en 20 temporadas también se 
                      ubica ampliamente por encima de sus 
                      perseguidores más inmediatos entre los que están en 
                      activo. 
                      Aunque 
                      hasta el término de la serie número 41 no tenían aún las 
                      dos mil veces al bate que se 
                      tomaron como mínimo para el listado de los
                      primeros en el average, los jóvenes Michel Enríquez 
                      y Yasser Gómez, con cinco series 
                      cada uno, y Osmani Urrutia, con nueve, parecen ser 
                      los que pudieran intentar la dificilísima hazaña de 
                      desbancar al "Niño". 
                      El pinero 
                      Michel promedia nada menos que 350, el capitalino Yasser
                      342 y el tunero Urrutia 337, pero tendrían que 
                      batear mucho, muchísimo, en las 
                      venideras contiendas si quieren reinar en el Olimpo
                      de los toleteros cubanos.
                      También 
                      resultan inigualables a corto plazo las ocho mil 377
                      comparecencias al home y las mil 551 bases por 
                      bolas recibidas en 24 series por 
                      Antonio Muñoz.
                      Si quiere 
                      calcular usted, le recordamos que el más "cercano" a él
                      entre los actuales jugadores es el formidable 
                      jardinero capitalino Javier Méndez, 
                      quien ya con 21 temporadas sobre los hombros está
                      separado de Muñoz por casi  900 presentaciones al 
                      plato y cerca de 400 boletos.  
                      El 
                      santiaguero Pacheco, para la mayoría integrante junto a 
                      Linares del dúo más rutilante entre 
                      las superestrellas del béisbol revolucionario
                      cubano, también se echará fresco durante varios 
                      años con su marca de dos mil 356 
                      hits en 22 temporadas.
                      Su 
                      seguidor más próximo entre los activos es Javier, con mil 
                      990, pero para darle alcance 
                      tendría que jugar al menos cuatro 
                      temporadas más y promediar más de 90 imparables, lo que no 
                      es nada probable.