LOS GRANDES DEL MAGALLANES
Tomado de la siguiente dirección
http://www25.brinkster.com/latigo/default.html
Faltan muchos magallaneros en este reportaje, pero
muy buenos los que nombran aquí
Creamos esta sección como
un homenaje a aquellas figuras inolvidables del Magallanes, las
cuales dieron lo mejor de sí por la divisa y nos deleitaron en cada
una de sus épocas con delirios y primores de jugadas, con momentos
que pasaron a la historia y con aptitudes ejemplares que hoy en día
se reflejan en el amor y el fanatismo de nuestra gente hacia el
deporte nacional de Venezuela: el Béisbol Profesional.
Son muchas las figuras que
han pasado por la camiseta del Magallanes, desde el orientales hasta
los Navegantes, quisimos nombrar algunas que nos parecieron
relevantes y a través del tiempo iremos agregando nombres a esta
lista.
Asi mismo se podrán hacer
la siguiente reflexion: Que clase de importados aquellos!, ¿Se
acuerdan del poder negro?
Que tiempos aquellos, recordar es
vivir!
Espero que disfruten de
las reseñas que a continuación describimos:
Vidal
López
El "muchachote" de Barlovento como era
llamado cariñosamente en los terrenos beisboleros fue uno de los
jugadores que contribuyó a fijar el mástil sobre el cual la nave
magallanera comenzaría a viajar por los mares de la victoria. Nació
en Río Chico en 1918 y a los nueve años se fue a Caracas con su
familia, allí jugó en el Valdespino infantil de Blanco Chataing aún
cuando su porte lo hacía parecer de una categoría superior, lo cual
lo hizo ascender de categoría pocos meses después porque estaba
sobrado de lote. Allí jugaría para el Central BBC. Y para 1936 se
encontraba defendiendo los colores del Juan Bimba en primera
división en una escalada meteórica que avalaba a las claras de su
calidad como pelotero. Era el clásico pitcher, cuarto bate y novio
de la madrina con destacadas actuaciones desde el montículo y con el
madero no era segundo de nadie. De allí pasó al Vargas donde
continuó dando que hacer con cada presentación.
Posteriormente vendría una pasantía por Puerto Rico
donde la gente del Caguas aprovechó una suspensión que pesaba sobre
Vidal para llevárselo a la liga borícua donde repartió leña a
diestra y siniestra además de lanzar candela desde la lomita. El
nombre de Venezuela quedaba bien parado en el béisbol del Caribe.
López recuerda haber enfrentado en borinquen al legendario Satchel
Paige, toda una eminencia del morrito; sin embargó Vidal se las
arregló para sonarle sus truenos, varias de las veces que lo
enfrentó.
Más tarde vendría su paso
por el béisbol cubano de la mano de Joseíto Rodríguez quién lo llevó
junto a Carlos Terremoto Ascanio para jugar en el Cienfuegos donde
ambos destacaron como buenos bateadores, además López estuvo 1-2 con
Martín Dihigo como los mejores lanzadores del torneo. De regresó a
Venezuela firmó con el Magallanes en 1940 y mantuvo su alto nivel
tanto con el bate como lanzando. De allí regresaría a la isla del
encanto, esta vez para defender a los Cangrejeros de Santurce donde
llegó a conectar hasta 14 jonrones e hizo batería con Trucutú Gibson..
El 7 de
julio de 1941 lanzó impecablemente para dejar sin hits ni carreras
al Santa Marta en una victoria magallanera de 2-0.
Vidal solo permitió que tres corredores se le embasaran dos por
boleto y otro por error del tercera base, abanicó a cuarteto de
bateadores en ruta a uno de los sueños de cada lanzador de béisbol.
De los veintisiete outs 6 fueron en rollings al montículo y otro
salió en elevado al receptor. El pitcher derrotado fue el
puertorriqueño Tite Figueroa.
El 10 de agosto de
1941 vendría la otra joya de pitcheo de Vidal López, esta vez ante
los sabios del Vargas a quién Magallanes venció 4-0. Sólo cuatro
batazos salieron del cuadro y fueron capturados así: dos por Buzo
Nelson en el left, uno por José Pérez Colmenares en el right-center
y el otro por Pedro Elías Uzcátegui en el centro.
Está vez mejoró su actuación del anterior no hit-no
run puesto que solo concedió un pasaje gratis, pero debió lidiar con
otros dos corredores en las bases a lo largo del partido debido a
marfiladas de su cuadro interior, nuevamente poncho a cuatro
rivales. El lanzador derrotado resultó Daniel Canónico con relevo de
Valentín Arévalo.
En 1942 regresó a jugar con Magallanes para apoteosis
de los aficionados magallaneros. Ese año batearía una vez más sobre
.300 y volvería a lanzar inmejorablemente.
A partir de 1943 Vidal comenzó a vivir su época
dorada en el béisbol. Fue a tener a la liga mexicana donde participó
con el Monterrey a las órdenes de Lázaro Salazar. Allá estuvo por
cuatro temporadas en las que dejó junto a Alejandro Carrasquel un
grato sabor del béisbol venezolano. Su primera temporada en tierras
aztecas dejó un promedio ofensivo de .360, con 16 cuadrangulares,
mientras que desde la caja de lanzar se adjudicaba 17 victorias, con
el título de mejor lanzador por efectividad. Para el año siguiente
volvió a sonar por sobre los 300, ganó otros 15 juegos y despachó 19
bambinazos. Estuvo entre los tres mejores lanzadores detrás de
Agapito Mayor (20) y Martín Dihigo (16). Empató el liderato de
cuadrangulares con Salvador Hernández.
Los siguientes dos años López continuó bateando sobre
los 300, en el primero ganó 10 partidos y conectó 12 vuelacercas. Y
el segundo fue determinante en su futuro como lanzador. En un juego
contra Veracruz, Vidal jugaba en el left field cuando en el séptimo
episodio las bases se llenaron y a Lázaro Salazar no le quedó otra
alternativa que llamar a López a pesar de que este le había dicho
que no se sentía bien del brazo. Venía en turno la tanda fuerte del
Veracruz: Talúa Dandridge, Ramón Bragaña y Roy Partlow. Pero Salazar
no quería que el juego se le fuera de las manos, entonces el
muchachote de Barlovento abanicó a Dandridge y a Bragaña, para
finalmente conjurar la amenaza dominando a Partlow con manso rodado
al montículo. La algarabía no se hizo esperar pero la expresión de
dolor en el rostro del mirandino hizo temer por el estado de su
brazo. Lázaro Salazar le recomendó ir a operarse a los Estados
Unidos, el prefirió ir a tratarse a su país y allí quedaron sus
mejores días como lanzador.
Por eso sus últimas temporadas con el Magallanes solo
destacó a la ofensiva. Su mejor campaña con el Magallanes ocurrió en
la justa 1949-1950 precisamente el año cuando la nave conquistaba su
primer campeonato en la liga venezolana de béisbol profesional.
Entonces jugó en 49 encuentros, visitó a la caja de bateo en141
oportunidades, anotó 24 carreras, destapó 50 imparables, 14 dobles,
9 jonrones, 43 corredores enviados al hogar, recibió 57 pasajes
gratis, abanicó la brisa 16 veces, para redondear un promedio
ofensivo de .355.
Luís
"Camaleón" García
Nació en Carúpano el 11 de
septiembre de 1929. Debutó con Magallanes en la justa 1949-1950 raíz
del recordado bolazo que recibió Humberto Pipita Leal en juego
contra Cervecería Caracas.
Sus mejores campañas en el exterior ocurrieron en
1952 cuando jugó para el Aberdeen de la liga Northern; allí jugó en
la esquina caliente a lo largo de 126 desafíos, en los que consumió
469 turnos al bate, marcó 101 anotaciones, despachó 135 imparables,
21 dobles, 9 triples, 15 jonrones, trajo 97 compañeros al plato,
estafó 15 almohadillas y su promedio fue de .288.
Su otra gran campaña la experimentó
jugando para el Veracruz de la liga mexicana en 1964, allí participó
en 131 juegos, tomó 499 viajes al plato, remolcó 108 carreras y
anotó otras 81, sonó 149 obuses, 15 dobles, 29 cuadrangulares, su
promedio con el madero fue .299.
En la liga venezolana
de béisbol profesional su mejor temporada fue la de 1953-1954 cuando
jugando en la antesala Magallanera participó en 78 confrontaciones,
en las que visitó la caja de bateo 307 veces, se engomó en 54
ocasiones, destapó 93 inatrapables, 17 dobletes, 2 triples, 11 vuela
cercas, impulsó a 50 corredores hasta la goma, robó 3 bases y su
promedio ofensivo fue .303.
Entre sus actuaciones más recordadas con pasión y
alegría está la jornada del 10 de enero de 1965 cuando un Magallanes
eliminado en su año de regreso a la liga venezolana, debió
enfrentarse al poderoso equipo dominicano de Licey en el cuarto
compromiso de esa novena por lares venezolanos en aquellos juegos
interligas de la época.
Los qisqueyanos llegaron al cierre del siempre
taquicárdico noveno inning ganado 7-5. Entonces desde el buque se
armó un motín contra Bob Humphreys, el pitcher de Licey. El timonel
Alfonso Carrasquel movió sus piezas, trajo a batear a Pelayo Chacón
por Luís Peñalver y respondió con sencillo, luego del out de Mike
White, Dave Ricketts la metió de biangular y nuevamente flamearon
las velas del navío que pareció más imponente aún cuando Gary Kolb
negoció boleto para dejarle las bases llenas a Camaleón quién se
fajó como los buenos para desaparecer la pelota por la banda
izquierda y dejar en el terreno a los bravos dominicanos en un
dramático triunfo que sirvió para paliar en parte las amarguras de
aquella temporada.
Ramón Monzant
Nació un 4 de enero de
1933. Jugó en las grandes ligas entre 1954 y 1958 con los Gigantes
de Nueva York que luego pasaron a San Francisco. Su mejor campaña en
la gran carpa, fue la de 1958 cuando tuvo balance de 8 ganados y 11
derrotas, efectividad de 4.72, en 150,2 innings lanzados.
El 24 de abril de 1956 lanzó un juego de un hit
contra Filadelfia. Sin embargo el considera que su mejor juego en
las mayores fue un blanqueo ante los Cachorros de Chicago con tres
ponches a Ernie Banks.
En nuestro béisbol brilló con toda su
intensidad en la temporada 1953-1954, actuó en 34 juegos, inició 26
y completó 14, obtuvo 14 victorias por 6 sinsabores, se mantuvo en
el montículo por 181 innings, aceptó 159 inatrapables, permitió 58
carreras limpias, poncho a 132 rivales, regaló 69 boletos, todo lo
que le reportó una efectividad de 2.87
Estadística de por vida en la LVBP
JG
JP
IP
K
BB
ERA
63 44 968 651 363 277
Clem
Labine.
Jugó en la gran carpa
ente 1950 y 1962 con los Dodgers de Brooklyn, Tigres de Detroit,
Piratas de Pittsburgh y Mets de Nueva York. Contribuyó en la
conquista de 4 banderines para los Dodgers. Retiró a stan Musial 49
veces seguidas. Fue líder en salvados de la liga Nacional en 1956 y
1957. Dos de sus mejores momentos en la gran carpa fueron: su
victoria 10-0 ante los Gigantes en el segundo juego del play off de
1951, y un blanqueo 1-0 de 10 innings ante los Yankees en la serie
mundial de 1956. En 1955 sus tres hits fueron jonrones ese mismo año
tuvo una magnífica actuación como lanzador: ganó 13 juegos, perdió
5, participó en 60 partidos, tuvo 11 salvados, se mantuvo en el
montículo por espacio de 141 innings, recibió 121 hits, 12 jonrones,
concedió 55 boletos, abanicó a 67 rivales, y su efectividad fue de
23.24.
Con el Magallanes en la liga venezolana actuó en la
justa 1950-1951, participó en 24 encuentros, comenzó 16, completó
12, ganó 13, perdió 4, salvó 2, a lo largo de 141,1 innings, recibió
121 imparables, aceptó 41 carreras limpias, ponchó a 85, regaló 48
bases por bolas, su efectividad fue 2.61. De aquellas 13 victorias 8
fueron ante el acérrimo rival de Cervecería Caracas, solo perdió en
par de ocasiones ante ellos. De esos logros ante los lupulosos
destaca un blanqueo 4-0 el 17 de enero de 1951 con ayuda de jonrón y
jugada defensiva de Jim Pendleton. Por eso era que los caraquístas
lo llamaban "la vaina".
Chucho Ramos.
Nació el 12 de abril de 1918.
Formó parte de los héroes del '41 en la serie mundial de béisbol
aficionado efectuada en Cuba. Conectó doblete impulsor de dos
carreras en el juego crucial ante los cubiches. Jugó en las grandes
ligas en 1944 con los Rojos de Cincinnati. Aquí en Venezuela estuvo
con el Magallanes entre 1941 y 1956.
Su mejor temporada fue
la 1949-1950. Jugó en 46 confrontaciones, consumió 152 turnos al
bate, marcó 24 carreras, soltó 52 imparables, 8 dobles, 1 triple, 3
vuela cercas, se trajo a 29 compañeros hasta el plato, recibió 16
salvoconductos, se poncho 4 veces, se robó una base y su promedio
ofensivo se estacionó en .342.
Tommy
Helms.
Jugó en las mayores entre
1964 y 1977 con los Rojos de Cincinnati, Astros de Houston, Piratas
de Pittsburgh y Medias Rojas de Boston. Fue manager de los Rojos en
1988. Novato del año de la liga nacional en 1966 actuando en tercera
base. Formó parte del equipo de estrellas de la nacional en 1967 y
1968. Logró el guante de oro en 1970 y 1971. Uno de los mejores
camareros de los sesenta. Lideró la liga nacional en porcentaje de
fildeo y en dobleplays en tres oportunidades respectivamente.
Conectó el primer cuadrangular de un jugador de Cincinatti en
Riverfront Stadium. Fue a Houston con Lee May en noviembre de 1971 y
los Rojos recibieron a Joe Morgan, Jack Billingham y Cesar Jerónimo
a cambio. Su mejor actuación en la gran carpa aconteció en 1973
vistiendo la camiseta de los Astros participó en 146 encuentros,
tomó 543 turnos al bate, marcó 44 carreras, despachó 156
inatrapables, 28 dobletes, 2 triples, 4 cuadrangulares, remolcó a 61
corredores hasta la goma, recibió 32 boletos, conoció el acíbar del
ponche en 21 ocasiones, su promedio ofensivo fue .287.
En las menores uno de sus desempeños más relevante
fue en la campaña de 1964 jugando para el conjunto de San Diego de
la liga de la costa del Pacífico: vio acción en 142 partidos, con
543 visitas a la caja de bateo, anotó 57 carreras, sonó 168
incogibles, 25 dobles, 9 triples, 7 jonrones, impulsó 69 carreras,
hurtó 11 bases, su promedio se estacionó en .309. Su otra gran
temporada en las menores fue en 1962 con el Macon de la liga del
Atlántico Sur donde bateó para .340, con 195 petardos, 38 dobles,
102 anotadas y 50 remolcadas.
Sus dos temporadas en Venezuela con el Magallanes
(1964-1965 y 1965-1966) fueron muy parejas. Sin embargo la segunda
de ellas fue ligeramente superior: Estuvo en 35 desafíos, consumió
145 viajes a la goma, se engomó en 19 ocasiones, conectó 53
imparables, 5 biangulares, 2 para la calle, 17 traídas al plato, 10
bases por bolas, 7 ponches, 3 robos de base, su promedio con el
madero fue .366.
Números en las
Grandes Ligas
Tommie Agee.
Nació en Magnolia, Alabama
un 9 de agosto de 1942 y falleció el 22 de enero de 2001 en New York,
New York. Llegó a grandes ligas en 1963 con los Indios de Cleveland,
luego pasó a los Medias Blancas de Chicago en 1965, en 1968 se mudó
a los Mets de Nueva York para vivir su mejor época en la gran carpa
y terminó su paseo por las mayores en 1973 compartiendo la temporada
ente Houston y San Luís. Su mejor temporada en las mayores fue la de
1966 cuando jugando para Chicago bateó para .273, con 172 imparables
en 629 viajes al plato, anotó 98 carreras, empujó otras 86, birló 44
bases, y sacó 22 cuadrangulares, además de conseguir 27 dobles y 8
triples. También su campaña de 1969 fue destacada además que para el
significó la gran satisfacción de conquistar una serie mundial, ese
año despachó 26 jonrones, remolcó 76 compañeros hasta la goma, su
promedio fue de .271, con 153 inatrapables en 565 visitas al plato,
marcó 97 carreras. 1970 significó otra magnifica actuación para Agee
al agenciar promedio de .286, con 75 remolques, 107 anotadas, 182
incogíbles en 636 turnos al bate, soltó 24 vuela cercas, 30 dobles,
7 triples y robos de base.
Su mejor temporada en las menores ocurrió en 1964 con
el Portland de la liga de la costa del Pacífico, allí bateó para
.272, con 140 petardos en 514 oportunidades de bateo, empujó 62
carreras, anotó 84, con 22 dobles, 7 triples y 20 jonrones.La
campaña que tuvo justo antes de venir a Venezuela fue la de 1965
cuando jugó para el Indianapolis de la liga de la costa del Pacífico
solo bateó para .226 con 8 jonrones, 33 empujadas, 39 anotadas, con
83 hits en 367 turnos oficiales, además de 15 estafas.
Con el Magallanes jugó
los 60 juegos de la 1965-1966, consumió 248 viajes a la goma, anotó
45 carreras, sonó 77 cohetes, 13 dobles, 3 triples, 12 jonrones, 35
impulsadas, recibió 22 boletos, sorbió 50 ponches, robó 7 bases y su
promedio al bate fue de .310.
"El Poder Negro"
Willie "El brujo" Horton:
A la hora de enumerar las
glorias del pasado Navegante, se hace imposible para los
Magallaneros no incluir en sus recuerdos al 'Brujo' Willie Horton,
quien se uniformó con la camiseta marina en las temporadas
1978-79 y 1979-80.
Horton era un excelente pelotero de liga mayor ya en
los finales de su carrera iniciada en 1963 como jardinero izquierdo
de los Tigres de Detroit, equipo en el que militó hasta 1977, cuando
inicia un periplo por otros equipos que lo llevó primero a los
Rancheros de Texas (77), luego a tres equipos distintos en la
temporada 1978 (Cleveland, Oakland y Toronto) en calidad de bateador
designado para finalizar sus últimas tres temporadas 1979,1980 y
1981 con los Marineros de Seattle.
Magallanes que venía de
quedar último en la temporada en la 1977-78, contrató a Horton para
el rol de bateador designado para añadir mas poder al conjunto, pero
a pesar de contar con peloteros como Mitchel Page, Dave Coleman y
Oswaldo Olivares entre otros y de un manager de experiencia como
Octavio 'Cookie' Rojas, el equipo no conseguía la ruta ganadora
ocasionando así la dimisión de Rojas.
En aquel momento la Directiva del club,
otorgó las riendas del Magallanes al veterano Horton, para que este
se hiciera cargo de la conducción del equipo, iniciando una
recuperación asombrosa que hizó posible que el equipo pasara de un
viaje del último al primer puesto al obtener una seguidilla de 12
triunfos bajo la dirección del 'Brujo'.
Muchos fanáticos y comentaristas del beisbol
objetaban la manera de dirigir de Horton, cosas como los dobles
robos, tocar con el cuarto bate, poner a un novato como Rafael
Cariel de emergente por el propio Horton, y otras muchas 'locuras'
eran habituales en el repertorio del nuevo Manager. Lo inexplicable
para todos era que no importaba lo que hiciera, todo siempre, o casi
siempre, le salía bien, de allí el sobrenombre de 'Brujo'.
Inspirado por su magia, Magallanes logró ganar el
título frente a las Aguilas del Zulia en cinco partidos, y de allí a
ganar la Serie del Caribe en Puerto Rico. Para su segunda temporada
con el club, las cosas no resultaron tan favorables para Horton
quién antes de concluir la campaña cedió el cargo a Luis Aparicio,
para que el equipo finalizará último con un desastroso 22-48 a 24
juegos de la punta.
Sus números es Venezuela le recuerdan mas por su
labor de conductor, pero sus numerosos logros en las Grandes Ligas
lo incluyen como uno de los grandes de todos los tiempos con un .273
de por vida en 2.028 juegos con 325 jonrones, 1.163 carreras
empujadas y un record aun vigente de
12 carreras empujadas en un juego frente a los Indios de Cleveland
en 1972.
En Julio de 2000, fue inmortalizado por los Tigres de Detroit al
retirar la camiseta #23 y develaron una estatua en su honor en el
Comerica Park de Detroit.
Mitchell Page "El Tranvía"
Cuando los Navegantes del
Magallanes jugaron su primer partido de la temporada 76-77, el
entoces manager Don Leppert colocó como cuarto bate a un fuerte
inicialista y toletero zurdo que con el tiempo se convertiría en una
de las grandes figuras que han vestido la camiseta turca.
Se trataba de Mitchell Otis Page, uno de los últimos
exponentes del inolvidable "poder negro" y quién llegó a Venezuela
por primera vez para esa campaña, campeonato en el cual fue uno de
los responsables directos del título alcanzado por el equipo, al
conformar junto a Dave Parker una de las explosivas y poderosas
parejas ofensivas en la historia del club.
De escasas habilidades defensivas, pero dueño de un
bate explosivo y excelente velocidad, el para entonces prospecto de
los Piratas de Pittsburgh, venía de conectar 22 jonrones con .94 de
promedio con el Charleston AAA, además de empujar 83 carreras. Estos
llamativos números hablaban por si solos de su calidad al bate y
fueron ampliamente corroborados al comandar la liga venezolana en
jonrones con 14, empujadas con 57, y bases alcanzadas con 140,
ademas de obtener un promedio al bate de .310, 48 anotadas, y 9
bases robadas.
Despues de esa primera
aparición en Venezuela, Page hizó el grado a Grandes Ligas y allí
dió muestras de su capacidad con el bate al convertirse en uno de
los mas destacados novatos de la Americana en el 77.
El nativo de Los Angeles (CA)
habia sido cambiado a los Atleticos de Oakland en donde conectó 22
vuelacercas, con 75 empujadas, .310 de promedio y 42 almohadillas
estafadas.
Estos números le hicieron merecer la
distinción de Novato del Año según la prestigiosa publicación The
Sporting News. Sin embargo no pudo alcanzar el premio oficial del
mejor recluta del año, al recaer este sobre un joven bateador
ambidextro que se abría camino con los Orioles de Baltimore, y que
la historia registraría como Eddie Murray.
Page regresa de nuevo con el Magallanes para la
campaña 77-78, pero sería en la 78-79, cuando vive su momento mas
deslumbrante con el uniforme marino. A pesar de que sus números en
la campaña regular no eran deslumbrantes, su actuación fué
determinante en la serie final y la Serie del Caribe, donde los
fanáticos navegantes disfrutaron la mejor exhibición del 'Tranvía'
Page.
Después de contribuir a que su equipo ganara la serie
final a las Aguilas en cinco juegos, con 6 carreras fletadas
productos de 6 hits entre ellos 2 jonrones, el poderoso bateador
escogería el Parque Hiram Bithorn de San Juan, Puerto Rico, como
escenaria para su memorable despedida con el Magallanes y su
afición.
En este estadio
Magallanes logra conquistar la justa caribeña con un importante
aporte de Page al batear para .417 de promedio, 11 empujadas y 10
imparables entre los que se encontraron cinco extrabases (2 dobles,
1 Triple, 2 Jonrones), en donde uno de esos cuadrangulares fué un
laberíntico jonron de tres carreras frente al estelar relevista
mexicano Enrique Romo, con el cual rompió un empate a seis en el
inning nueve, para sellar el historico triunfo Navegante en el
clásico del 79.
Sus números en Venezuela son un aval suficiente para
que su nombre fuese mencionado como una de las mayores glorias
Navegantes de todos los tiempos. Sin embargo, tras ese impresionante
cuadrangular, Mitchell Page selló las memorias de todos los
Magallaneros.
Numeros en Venezuela:
Año
JJ
Vb
Ca
H
H2
H3
HR
Ci
Br
Ave
76-77
63
245
48
76
14
4
14
57
9
.310
77-78
30
138
31
41
10
2
7
29
7
.297
79-80
42
167
23
48
9
0
3
22
6
.287
Total
135
550
102
165
33
9
24
118
22
.300
Dave Parker "La Cobra"
Uno de los mayores
símbolos del Magallanes, y quizás el pelotero más recordado a la
hora de evocar los grandes momentos en la historia de la divisa,
Parker dejó una enorme huella a su paso por Venezuela. Desde el
momento de anunciarse su venida al país como refuerzo de los turcos,
el destino parecía tenerle reservado un lugar muy importante en
nuestra pelota profesional.
Ya con el Magallanes Parker cumplió a cabalidad con
lo que sus credenciales señalaban, y además de
batear .329 y ser lider de la liga en
triples (6), jonrones (8) e impulsadas (50), junto con
Don Baylor
condujo al equipo
hasta la final , instancia en la que Magallanes cayó ante los Tigres
de Aragua en 6 partidos.
Posteriormente regresaría
en la campaña 76-77, y para ese momento "La Cobra", como era
conocido en el mundo del beisbol, se perfilaba como uno de los
mejores jugadores de las Grandes Ligas y venía de experimentar sus
dos primeras temporadas bateando sobre los .300.
Con estos pergaminos el gigantesco toletero no sólo
deleitó a los Magallaneros, sino a toda la fanaticada dada su
espectacular forma de jugar a la pelota, conviertiendose en líder y
capitán indiscutible del barco, al tiempo que se ganaba a batazos la
idolatría de la fanaticada turca.
En
medio de una actuación sensacional, obtuvo el título de bateo con el
más lato promedio alcanzado por pelotero alguno en la liga (.414)
llevando a sus compañeros con su carisma y espiritu ganador a una
nueva final.
Pero antes de eso ya
habían sido muchas las muestras de su valía y de lo que era capaz de
hacer en los momentos importantes, como el histórico jonrón de 3
carreras que le conectara a Gilberto Marcano para dejar en el
terreno a las Aguilas del Zulia 10 a 9 en el cuarto juego de la
semifinal.
Pero no era solamente con
el bate que era capaz de marcar diferencias, su impeclable defensiva
y certero brazo desde los jardines, o su agresividad para correr las
bases donde desplazaba su enorme corpulencia a gran velocidad para
alcanzar siempre una base mas. Para no dejar dudas, en la serie
decisiva frente a los Tiburones de La Guaira pegó cuadrangular e
impulsó la tres rayitas con que Magallanes venció a los escualos 3-1
en el primero de la final, indicando así el camino hacía lo que a la
postre sería el quinto título marino y la consagración definitiva de
Parker, quién bateó en la final para .414 con 2 jonrones, y 8
empujadas, como uno de los mejores jugadores importados que ha
jugado en Venezuela.
Tomando la campaña 76-77
cmo punto de partida, también en el beisbol mayor, Parker enseñaría
lo que podía hacer al ganar por dos años consecutivos el título de
bateo de la Nacional (77 y 78) con promedios de .338 y .334,
colocandose de manera definitiva en la élite del meior beisbol del
mundo, convirtiendose en el primer pelotero en devengar un salario
superior a un millón de dólares por temporada en la Gran Carpa.
Parker se reportó al Magallanes nuevamente al final
de la temporada 82-83, pero no pudo hacer mucho por la causa del
equipo y en apenas 12 juegos dejó un bajo promedio de .224; a pesar
de ello su imagen jamás será olvidada por los magallaneros a quienes
hizó levantar de sus asientos con su sola presencia y su integridad
y espectacularidad en el campo de juego.
Numeros
en Venezuela:
Año
JJ
Vb
Ca
H
H2
H3
HR
Ci
Br
Ave
74-75 55 225 30 74 10 6 8 50 5 .329
76-77 38 157 38 65 10 5 3 32 6 .414
82-83 12 45 6 6 11 2 0 0 1 .244
Total
105
427
74
150
22
11
11
88
12
.351
Clarence Gaston
Nació en San Antonio,
Texas, USA el 17 de Marzo de 1944. En 1968 jugó brevemente con el
Richmond de la liga Internacional y luego con el Shreveport de la
liga de Texas, ambos equipos del sistema de granjas de los Bravos de
Atlanta, con el segundo de ellos participó en 96 juegos, viajó al
cajón de bateadores en 340 oportunidades, rodeó las bases hasta
pisar el plato en anotación 49 veces, soltó 95 inatrapables, alcanzó
136 bases con sus estacazos, 15 de sus conexiones fueron dobles, 4
fueron triples, 6 se llevaron la cerca decretando cuadrangulares,
trajo 57 compañeros hasta el plato, se estafó 12 almohadillas y todo
eso lo redondeó con un promedio de bateo de .279.
Gaston había debutado en la liga venezolana en 1967,
cuando fue contratado por los copetudos colorados larenses. Entonces
venía de sus dos mejores actuaciones en las ligas menores del
béisbol organizado estadounidense. En 1966 había destrozado la liga
New York-Pennsylvania a batazo limpio jugando para el Batavia, allí
apareció en 114 juegos, consumió 433 turnos al plato, recorrió 84
veces las bases hasta registrar carrera en la goma, despachó 143
incogibles, alcanzó 255 bases con sus batazos (líder), 18 veces sus
tequichazos lo llevaron hasta la segunda base, otras cinco esas
conexiones le sirvieron para estacionarse en la tercera almohadilla,
largó 28 pelotas de circuito completo (líder), se trajo hasta el
hogar 104 compañeros encontrados en el camino (líder), consiguió 8
bases en intento de robo, todo lo cual fue coronado con un promedio
al bate de .330. Y en aquel 1967 había continuado su tórrido bateo
en el Austin de la liga de Texas. Entonces jugó en 136 encuentros,
consumió 505 visitas al plato, anotó 72 carreras, conectó 154
imparables, con sus batazos recorrió 220 bases, en 24 ocasiones sus
conexiones fueron dobles, los triples fueron cosechados en media
docena, puso la bola en órbita de jonrón 10 veces, remolcó 70
corredores hasta el plato, llegó a robarse 6 almohadillas, y su
promedio de bateo fue de .305. Todo esto le valió un "cafecito" en
el equipo grande de los Bravos y además la contratación para venir a
jugar con los Cardenales en la 67-68.
No se sabe si fue que no se adaptaba a Barquisimeto,
si sentía nostalgia, o si la liga le quedaba grande. El hecho es que
Gaston solo jugó en 31 desafíos para el equipo de Lara, tomó 122
turnos al bate, anotó 10 carreras, bateó 31 incogibles, de los
cuales 4 fueron dobles, solo pudo empujar 3 carreras, tomó 4
boletos, 24 ponches, se robó 4 bases, bateando apenas para .254.
Todo esto llevó a la directiva cardenalicia a buscarle un sustituto.
Entonces se mandó aquella temporada monstruosa
(68-69), en la que tuvo oportunidad de batear conexiones de todos
los calibres, muchos de ellos ante los propios Cardenales de Lara.
Jugó la totalidad de los 60 partidos de su equipo, 230 veces fue a
las inmediaciones del plato para batear, anotó 36 carreras, hizó
llorar la bola haciéndola caer en terrenos de nadie en 88 ocasiones,
14 de sus trancazos fueron dobles, en una sola oportunidad un
estacazo le permitío llegar hasta la tercera base con triple, 11
veces sus batazos trascendieron las cercas de los jardines para
llenar de júbilo a la fanaticada azul, se trajo hasta el plato a 64
compañeros, robó 4 bases, y alcanzó la astrónomica cifra de .383 de
promedio al bate.
Esa campaña 68-69 fue tan grandiosa para Gaston que
abundaron los encuentros donde el jardinero tejano decidió o ayudó a
decidir con su bate y con su guante varias victorias para inflamar
de viento las velas del barco.
Una muestra de ello es aquel fin de semana " a lo Gaston" cuando el
jardinero tejano se encargó de inspirar al Magallanes para vencer en
menos de veinticuatro horas a Leones y Tiburones respectivamente en
sendos extrainnings. El Sábado 07 de Diciembre ensartó a los
melenudos con un dramático cuadrangular en el episodio décimo
tercero ante Bob Lee para dejarlos en el terreno. El Domingo 08 de
Diciembre Arponeó a los Tiburones con imparable al centro que
remolcó a Dámaso Blanco y a Pat Kelly para dejar sobre el terreno al
adversario en un estadio repleto de suspenso.
El próximo paso de
Clarence Gaston fue su primera experiencia larga en grandes ligas,
la cual vió hecha realidad con el conjunto de los Padres de San
Diego. Allí, durante la temporada de 1969 tuvo acción en el campo
durante 129 encuentros, se apareció oficialmente por la caja de
bateadores en 391 oportunidades, llegó hasta el plato en 20
ocasiones, envió 90 conexiones a terrenos de nadie, alcanzo 121
bases con sus batazos, 11 veces consiguió dobletes, en 7
oportunidades corrió hasta la tercera base con sus estacazos,
despachó 2 cuadrangulares, arrastró hasta la goma a 28 compañeros,
se estafó 4 bases y terminó bateando para .230.
No fue una actuación muy llamativa, sin embargo,
tomando en cuenta que era su temporada de estreno, se siguió
aguardando por cosas mejores de él.
En octubre de 1969 Clarence Gaston regresaba a
Venezuela a cumplir campaña nuevamente con Magallanes, el equipo que
le había dado la oportunidad de reivindicarse. En la 69-70, el
jardinero de Texas vuelve por sus fueros, pero cuando está
nuevamente en el apogeo de su actuación beisbolística, debe regresar
a Estados Unidos debido a una lesión en la rodilla, por lo cual es
suplantado con Gregory Sims. A pesar de esto, Gaston deja los
numeros para ganar la corona de bateo por segundo año consecutivo
convirtiéndose en uno de los pocos que lo ha logrado en esta liga.
En síntesis en esta temporada cortada por la lesión su actuación es
la siguiente: apareció en 43 juegos, consumió 161 viajes al plato,
anotó 26 carreras, soltó 58 imparables, de los cuales 8 fueron
dobles, 3 triples, sacó 7 jonrones, remolcó 28 compañeros hasta el
plato, se robó 6 bases, para redondear un elevado promedio de .360.
Entonces todo quedó listo para su consagración en las
grandes ligas con los Padres de San Diego. No hizo desesperar más ni
a los aficionados de la ciudad fronteriza con México, ni mucho menos
a la gerencia que lo trajo desde la organización de Atlanta.
Entonces hizo explosión como en sus mejores años magallaneros
(guardando las distancias), al actuar en 146 juegos, tomando 584
oportunidades al bate, hincando los pies sobre el plato 92 veces,
restallando 186 maderazos a terrenos de nadie, alcanzando 317 bases
con sus batazos, mandando 26 tablas dobles, apurando 9 triples
cuando sus leñazos eran intrincados, despachando 29 bambinazos
laberínticos, remolcando hasta el plato a 93 compañeros, robando 4
bases y rematando con un promedio de .318 todo lo cual le valió
además una meritoria selección para participar con la liga nacional
en el juego de estrellas de aquel 1970.
Después de este gran año regresaría tres veces más
con Magallanes. En la 70-71 volvió pero debió regresar al norte a
mediados del torneo, habiendo jugado en 35 desafíos en los cuales
promedió para .260 con 3 vuelacercas ( uno de ellos con las bases
llenas el quinto día de noviembre para poner a ganar a su equipo 6-1
ante los Tigres de Aragua) y 27 carreras enviadas al plato, con lo
cual dejó un importante aporte a la llegada del barco hasta la bahía
del play off. Para la 71-72 se aparece en la segunda mitad del
torneo y solo participa en 25 encuentros en los cuales batea para
.299, con 16 empujadas y un jonrón, pero esta vez las cosas no
salieron del todo bien porque Magallanes quedó fuera de la
clasificación en un partido de desempate.
De seguidas se abrió un paréntesis hasta 1975 cuando
regresó a la cubierta del buque para jugar los 60 juegos de la
temporada, remolcó 32 compañeros para la goma y despachó 5 batazos
allende las cercas, para colaborar nuevamente en una clasificación
magallanera.
Sus actuaciones como pelotero en la liga venezolana
terminaron cuando vino a reforzar a los Tiburones de La Guaira en la
76-77, entonces jugó en 56 partidos, promediando .262 al bate, con 4
cuadrangulares y 39 empujadas. Pero su actuación en la final de
aquella justa ante el Magallanes fue soberbia bateando para .600 y
tres jonrones, convirtiendose en el principal obstáculo que encontró
el equipo eléctrico para dominar a La Guaira en aquella ocasión.
Posteriormente fue tomado como refuerzo para la Serie del Caribe y
junto a Dave Parker y Mitchell Page conformó un poder negro de
postín que en los días precedentes a la competencia izaban las
esperanzas del conjunto azul en lo más alto de su mástil, allí
Gaston batearía para .300 con un doble y 4 remolcadas.
En la gran carpa sólo tendría dos campañas más con
actuación aceptable, estas fueron la de 1971 cuando estuvo en 141
juegos, bateó para .228, con 17 jonrones y 61 carreras empujadas. Y
la de 1973 al participar en 133 juegos en los que alcanzó un
promedio de .250, despachando 16 cuadrangulares y remolcando 57
compañeros al hogar. Continuaría con los Padres de San Diego hasta
1974 cuando regresa a los Bravos de Atlanta para estar allí hasta
1978. Entonces es negociado a los Piratas de Pittsburgh. De aquí
pasa a la liga Interamericana y finaliza su carrera como jugador
activo en la liga mexicana de verano con el conjunto de León.
Luego vendrían sus experiencias como técnico de bateo
y manager con los Azulejos de Toronto a finales de los ochenta y
comienzos de los noventa cuando saboreó la gloria al llevar a los
pajaros azules por dos veces hasta la conquista de la serie mundial.
Después saldría del cargo, para regresar otra vez como instructor de
bateo del mismo equipo.
Dámaso Blanco
Dámaso llegó a este
planeta por el mirandino pueblo de Curiepe un 11 de diciembre de
1941. Desde muy temprano en la mañana de su existencia se trasladó
con su familia hacia la zona de Petare, otra localidad del estado
Miranda que se encuentra ubicada en la zona metropolitana de
Caracas. Allí fue donde tuvo sus primeras conversaciones con el
béisbol, desde la espontánea caimanera hasta su participación con la
novena de Intendencia Naval. Dámaso trabajaba a medio tiempo en la
Intendencia Naval y como venía haciendo grandes progresos a través
de todas las categorías beisbolísticas fue contactado por el señor
José Manuel Tovar para proponerle jugar en el equipo de la
Intendencia. Desde ese momento el señor Tovar se convirtió en una
especie de mentor para Blanco, y siempre tenía alguna sugerencia
edificante. Fue a través de su actuación con este conjunto que
Dámaso fue seleccionado para jugar en los campeonatos nacionales con
el Distrito Federal y de aquí para participar con la selección
venezolana en los Juegos Panamericanos de Chicago en 1959. De esa
competencia vamos a hacer referencia a dos enfrentamientos en los
que Dámaso Blanco aportó su grano de arena al logro de la victoria
del equipo de Venezuela en los terrenos del Comiskey Park y el
Wrigley Field
El 4 de septiembre
de 1959 comenzaba el play off decisivo del cual emergería el ganador
de la medalla áurea de aquel torneo. A Venezuela le tocó enfrentar a
los siempre peligrosos cubanos en el primer juego. El manager José
Antonio Casanova envió al zurdo José Pérez con la encomienda de
cerrarles el paso a los antillanos. En la tribuna contraria abrió
Alfredo Street a quien los venezolanos atacaron rápidamente en la
apertura del juego. Rubén Millán comenzó el asedio tramitando cuatro
malas, de seguidas Dámaso Blanco soltó sencillo y Raúl Landaeta
continuó la ofensiva con otro imparable que remolcó la primera
anotación y por error del catcher también se engomó Dámaso. En el
cierre del segundo episodio los cubanos dejaron sonar sus majaguas y
mediante petardos de Urbano González, Jorge Torres y Street
nivelaron la pizarra a dos rayitas.
Venezuela se fue adelante nuevamente en el tercero.
Allí Dámaso alcanzó la inicial por cuatro malas, luego se embalaría
hasta la antesala con inatrapable de William Troconis, y entró en
carrera aprovechando un elevado al centro de Eduardo Amaya. La
representación cubiche dejó bien claro de inmediato que no iba a ser
sencillo quitarle aquel juego, cerrando el cuarto capítulo volvieron
a igualar las acciones a través de doble de Antonio Crespo y dos
elevados lo suficientemente alejados para permitirle al corredor
llegar al plato con la carrera que ponía las cosas 3-3.
Los muchachos venezolanos no se amilanaron e hicieron que
efectivamente no hubiese quinto malo cuando armaron un ataque de
imparables sucesivos salidos de las estacas de Troconis, Amaya y
Flores. De esa manera la representación nativa se iba adelante por
dos anotaciones que además decretaron la salida de Street de la
trinchera contraria. Allí entró a lanzar R. Pérez que fue recibido
por Landaeta con elevado que sirvió para remolcar la tercera carrera
del inning que resultó decisiva en la definición de aquel encuentro
entre cubanos y venezolanos que echaba chispas de intensidad
competitiva por todos lados.
En el cierre del quinto la gente del son y el
cha-cha-cha le puso un ritmo imponente a sus bates para acercarse
con un par de anotaciones producto de biangular de Mario González,
sencillo de Urbano González más un lanzamiento desviado de la
defensa venezolana.
Ese marcador de 6-5 prevaleció hasta el final cuando el relevista
venezolano Manuel Pérez Bolaños ponchó al toletero Alberto Castillo
para colgar el out veintisiete que decretaba la victoria de
Venezuela, que así comenzaba con buen pie la fase culminante del
béisbol de los Panamericanos.
Luego de los Panamericanos Blanco firmó para jugar béisbol
organizado con los Gigantes de San Francisco a través de los
escuchas Alex Pompez y Chick Genovese, mientras que para el béisbol
profesional venezolano hacía otro tanto con la novena del Pampero.
La primera experiencia de Dámaso Blanco en las ligas
menores del béisbol profesional estadounidense ocurrió en 1961 en la
liga Sophomore con el equipo El Paso. Allí se desempeñaría en la
antesala y el campocorto a lo largo de 130 encuentros, en los que
consumió 495 turnos al bate, entró en carrera en 92 oportunidades,
despachó 138 inatrapables, de ellos 16 fueron dobles, 9 triples, en
par de ocasiones se fue para la calle, trajo hasta el plato a 70
compañeros, robó 37 almohadillas, y completó un promedio ofensivo de
.279 que hablaba muy bien de alguien que se iniciaba en el béisbol
organizado.
Su campaña más destacada en las ligas menores fue en
1963, en la liga California con la novena de Fresno. Allí
alternándose en la antesala y las paradas cortas fue líder en los
siguientes departamentos: 140 Juegos jugados, 566 visitas al plato,
127 carreras anotadas y 187 petardos, también conectó 21
biangulares, 6 triples, 5 jonrones, e impulsó hasta la goma a 52
corredores, robó 37 bases, para al final mostrar un reluciente .330
de promedio ofensivo.
La de 1969 resultó una campaña bastante brillante, ese año regresó
para su segunda campaña al hilo con el Amarillo en la liga de Texas,
desempeñándose en la antesala o en las paradas cortas en 135 juegos,
caminó hasta el cajón de bateo 553 veces, anotó 90 carreras, conectó
164 inatrapables (en cada una de estas categorías resultó lider de
la liga), 24 dobletes, 3 triples, fletó 46 carreras al plato, robó
18 cojines, y su promedio siguió ascendiendo hasta .297.
Para 1972 volvió al Phoenix pero solo participó en 26
encuentros, bateando para .258, con 17 inatrapables en 66 visitas al
plato, solo tuvo tiempo de anotar 9 carreras y empujar otras 6,
cuando fue llamado al equipo grande de San Francisco para jugar en
39 partidos, con 20 turnos legales, anotó 5 carreras, despachó 7
imparables, 1 doble, 2 remolques, 2 robos, su promedio estuvo en
.350.
1974 fue el año de la despedida de Dámaso Blanco como
jugador activo en el béisbol organizado estadounidense. Entonces
inició actividades otra vez con San Francisco, pero esta vez fue
bajado con más premura al Phoenix. Con este equipo se desempeñó como
paracorto en 70 desafíos, en los que agotó 211 visitas al cajón de
bateo, entró en carrera en 33 ocasiones, tronó 54 obuses, 5 dobles,
1 bambinazo, envió a 29 corredores hasta la goma, birló 5 bases y su
promedio con el bate fue de .256. Aquí en Venezuela su mejor
temporada la tuvo con el Magallanes en la justa 1970-1971. Donde vio
acción en 58 partidos, en los que consumió 222 viajes al plato,
anotó 30 carreras, conecto 65 imparables, 8 dobles, 2 triples,
remolcó 19 rayitas, consiguió 12 bases por bolas, abanicó la brisa
16 veces, estafó 3 bases y su promedio con el madero fue .293.
Aquí en Venezuela hablar del Sr.
Dámaso Blanco es hablar de una verdadera pared en la tercera base
del Magallanes.
Edgardo Alfonso
Nació en Santa Teresa, Edo.
Miranda y viene de una familia de peloteros, su hermano Edgar
también estuvo en el béisbol profesional venezolano con los Leones
del Caracas y en las menores se desempeñó con los Angelinos de
California y los Orioles de Baltimore.
Edgardo Alfonzo es considerado
como el nuevo Almirante de la tropa magallanero y llevó a los turcos
ha ser considerado como el mejor equipo de los noventa, gracias al
fabuloso y oportuno desempeño de su bate. Con una edad inferior a
los treinta años ha sido considerado como un nómada del infield
debido a que ha jugado todas las posiciones del cuadro. Ahora cuando
se ha establecido como una estrella en las Grandes Ligas esperemos
poderlo ver jugar en nuestro circuito profesional. Alfonzo siempre
ha destacado en su juego por su oportuna ofensiva y su magistral
guante, aunque no se caracteriza por ser un pelotero de poder, en
las últimas dos campañas en Grandes Ligas ha conectado más de veinte cuadrangulares.
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