¿Debe Ecuador intervenir en el conflicto colombiano?
 

Guillermo Navarro Jiménez

 

Luego de la intervención del General Oswaldo Jarrín, ex Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Ecuador, en la conferencia que dictará en la FLACSO el 18 e septiembre del 2003, el Dr. Francisco Huerta Montalvo, sobre la base de una velada crítica a quienes nos oponemos a la intervención del Ecuador en el conflicto colombiano, auscultó la opinión del General sobre nuestra actitud, pregunta aparentemente inocente si no reparamos que el Dr. Huerta Montalvo labora como asesor de su primo el doctor Felipe Mantilla, actual  Ministro de Gobierno del gobierno de Lucio Gutiérrez. Reconocido el actual rol del Dr. Huerta, era evidente que buscaba una justificación para la posición de Lucio Gutiérrez, quien, en un primer momento, pretendió convertirse en mediador directo del conflicto colombiano, propuesta rechazada abiertamente por Uribe; para, en un segundo, en abierta defensa de la posición del gobierno de Uribe[1], apoyar la intervención de las Naciones Unidas, en los términos de la: “Declaración del Grupo de Río sobre la situación en Colombia”[2], posición asumida por Gutiérrez a pesar del rechazo que tal propuesta había sido ya expresada por las FARC-EP[3], y la posición contraria del Representante de las Naciones Unidas en Colombia el norteamericano James LeMoyne[4], para quien la negociación debe realizarse y ser resuelta entre colombianos.

 

La aparentemente inocente pregunta, también tenía por objetivo obtener una justificación para futuras intervenciones del Ecuador en el conflicto colombiano, como la prevista participación del presidente  Lucio Gutiérrez en Naciones Unidas, reunión en la cual reiterará el punto de vista del gobierno colombiano[5], como lo había hecho antes en la reunión del Grupo de Río en el Cuzco[6].

 

Desde otra perspectiva analítica, no deja de extrañar la solicita posición en procura de la intervención en el conflicto colombiano que manifiestan: el Presidente Gutiérrez, funcionarios de mayor rango del actual gobierno, diversos personajes de la política y de los medios de comunicación, bajo los más diferentes argumentos, entre los cuales resaltan  la defensa de la soberanía y la necesidad de cerrar la frontera ante una supuesta potencial amenaza por parte de las FARC-EP y del ELN, argumentos que se demuestran inconsistentes a la luz de las siguientes reflexiones:

 

  1. El conflicto colombiano data de más de 3 décadas, tiempo durante el cual esas fuerzas oscuras que hoy dejan escuchar su voz en apoyo a una intervención del Ecuador en el conflicto colombiano, nunca emitieron comentario alguno al respecto;
  2. Las FARC-EP y el ELN, nunca afectaron a la soberanía del Ecuador, como lo demuestra que en todo el prolongado lapso que registra el conflicto colombiano, no haya existido ningún incidente de las fuerzas revolucionarias con el ejército ecuatoriano;
  3. El grueso de las tropas ecuatorianas siempre se localizaron en la frontera sur, a pesar de lo cual no se produjeron intrusiones armadas ni de las FARC_EP ni del ELN;
  4. El principal proveedor de armas no es el Ecuador y peor sus fuerzas armadas, son los países productores de armamento, traficantes de la muerte de siempre. Baste comparar el número de efectivos de las FARC-EP y del ELN respecto al número de armas que se han determinados como perdidas de los arsenales del Ecuador, para concluir que el tratar de convertir al ejército ecuatoriano en el mayor proveedor de armas es ridícula y no constituye otra cosa que una burda manipulación para tratar de justificar la intervención del Ecuador en el conflicto colombiano.

 

Adicionalmente a lo antes expresado, la búsqueda de una justificación para las acciones del gobierno de Lucio Gutiérrez por parte de Huerta Montalvo, trata igualmente de encubrir una verdad, a la fecha irrebatible, la inexistencia de otras opciones diferentes a la militar. Efectivamente, quienes siguen atentamente y conocen en profundidad el proceso colombiano saben que Uribe ha optado por esa salida, como se puede fácilmente apreciar de la lectura de su “Política de Defensa y Seguridad Democrática”, el aumento reciente de la ayuda el incremento de la ayuda de los Estados Unidos a cerca de 2 mil 200 millones de dólares, al realizar una nueva aportación por 393,21 millones de dólares, el cual en: “gran parte  será destinado a la compra de helicópteros y a adiestramientos de tropas terrestres, según lo establece el documento que formaliza la nueva asistencia”[7],  del promocionado incremento del número de operaciones que habría realizado el ejército colombiano, o de los informes de resultados de esas acciones[8], resultados que, por cierto, se ven contradichos por los frecuentes reclamos del Presidente Uribe al alto mando por los magros resultados conseguidos.

 

En consecuencia, lo grave de la posición de quienes propician la intervención en el conflicto colombiano es que, consciente o inconscientemente, por moda o ignorancia, apoyan la participan del Ecuador en un proyecto militar, sea directamente o en un ejército multinacional, para la cual se desarrollan una serie de acciones, como es el caso de las recientes Operaciones UNITAS que se realizaron en aguas territoriales ecuatorianas o el AGUILA III a realizarse en el Argentina, con la participación de  1.200 hombres de EE.UU., Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia, con unas 80 aeronaves y otros vehículos de transporte, a los que se sumaran, en calidad de observadores, miembros de las fuerzas armadas del Ecuador y Perú.

 

Finalmente, vale descubrir un ejercicio de manipulación de la opinión pública que igualmente pretende justificar los esfuerzos del gobierno de Lucio Gutiérrez para que se acepte la participación del Ecuador en el conflicto colombiano: la promoción de la reunión de la ONU con las FARC-EP en Brasil, como si se tratase de una reunión en la que se discutiría la mediación de la ONU en Colombia, y como si ello fuese una muestra de la concreción, de la materialización del planteamiento que efectuara Gutiérrez en ese sentido en la reunión del Cuzco. Ni uno ni otro es verdad, y no lo es, puesto que la reunión solicitada por el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, en carta abierta dirigida el 17 de julio del 2003, a Koffi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas : “, tendrá por objetivos: 

 

  1. Obtener: igual tratamiento, espacio y garantías para explicar su propuesta de Nuevo Gobierno para la Paz, plasmada en la Plataforma Política y hacer conocer en directo, de viva voz los argumentos políticos indispensables para que usted y la organización mundial que representa en uso de su buen juicio pueda analizar y concluir con certeza si realmente conviene darle el respaldo al señor Uribe Vélez, o si por el contrario esa no es la contribución al conflicto interno de Colombia”;
  2. Insistir en que: “A nosotros en las FARC-EP, por nuestra inquebrantable convicción política de buscar la paz con justicia social para nuestro pueblo por medio de una salida política negociada de las causas y las consecuencias del conflicto político, económico, social y armado, nos interesa exponer ante usted y su organización nuestras opiniones y propuestas de solución conducentes a evitar innecesarias muertes de más compatriotas por la prolongación del conflicto interno”.

 

Todo ello en el entendido de que: Dado que los colombianos no estamos en confrontación política ni militar con los países vecinos, de la región, ni del mundo, también la solución de sus diferencias debe hacerse sin la intervención de potencias extranjeras, a fin de evitar tragedias humanas de impredecibles consecuencias como la provocada recientemente por la guerra de invasión de los Estados Unidos, Gran Bretaña y España contra el pueblo indefenso de Irak”

 

En conclusión, quienes nos oponemos a la  intervención del Ecuador en el conflicto colombiano, lo hacemos conscientes de que su solución es privativo de los colombianos, que no es conveniente para el país y de nuestros conciudadanos el participar en una aventura militar,  que sólo atiende los intereses de los Estados Unidos, que de concretarse determinará la profundización de la crisis económica y social que enfrentamos y, lo que es más grave, creará las condiciones más propicias para la ocupación de los territorios amazónicos, propósito abiertamente manifiesto del imperialismo norteamericano.

 

Quito 21 de septiembre del 2003


 

[1] La Presidencia de la República de Colombia, en su comunicado del 8 de febrero del 2003 señalaba: "Necesitamos que el mundo democrático venga a Colombia a ayudarnos a derrotar el terrorismo. Necesitamos que así como se está dando en Naciones Unidas una discusión sobre el caso Irak, el mundo tome la decisión de ayudar a Colombia. Necesitamos la tecnología de los países democráticos, sus recursos técnicos, sus recursos financieros, sus sistemas de transporte, para que le ayuden a nuestra Fuerza Pública y a nuestra Fiscalía a derrotar a los terroristas"

[2] Instar al Secretario General de las Naciones Unidas, Excelentísimo señor Kofi Annan, a que utilice sus buenos oficios para impulsar decididamente un proceso de paz en Colombia exhortando a los movimientos guerrilleros que operan en dicho país a firmar un acuerdo de cese de hostilidades y entrar a un diálogo abierto y transparente que, a través de un cronograma con plazos, discutido y aprobado por las partes, permita llegar a una solución pacífica y definitiva al conflicto colombiano, que cada vez afecta más a los países vecinos de la región” agregando que: “Si este proceso no tiene el éxito deseado, el Grupo de Río, junto al Secretario General de Naciones Unidas y en coordinación con el Gobierno de Colombia, buscará en una nueva consulta otras alternativas de solución”

[3] En carta abierta dirigida por el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, al Presidente Álvaro Uribe Vélez el 20 de agosto del 2002, afirmaban que: “Si la Insurgencia decidiera aceptar un diálogo condicionado, como usted lo propone, el interlocutor de la guerrilla, según el planteamiento suyo, no será ni usted ni el Gobierno que usted preside, sino la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 0rganización ésta con la que conservamos buenas relaciones, como si el conflicto social y armado que padece Colombia por cerca de cuatro décadas, fuera entre la ONU y la Insurgencia colombiana y no entre la Insurgencia y el Estado colombiano, personificado en la casta dirigente liberal-conservadora, siempre dispuesta a impedir los cambios democráticos”

[4] Navarro Guillermo: “Lucio Gutiérrez, instrumento del Imperio”, de 4 de junio del 2003.

[5] Marcelo Cevallos, Secretario de Comunicación Social del Estado, en entrevista mantenida con Jymmi Jairala, el día 19 de septiembre en el Canal 10 de Televisión anunció que Gutiérrez tenía previsto reiterar su pedido para que intervengan las Naciones Unidas.   

[6] Navarro Guillermo: “Lucio Gutiérrez, instrumento del Imperio”, de 4 de junio del 2003.

[7] Véase el despacho de EFE: “EEUU aumenta ayuda al Plan Colombia”, diario La Hora, Quito Ecuador, edición del 24 de septiembre del 2003.

[8] Véase Ministerio de Defensa de Colombia, Viceministerio de Gestión Institucional: “Resultados Fuerza Pública –Violencia y Criminalidad- Terrorismo, actualizado a 4 de septiembre del 2003.