Transcripción de la Conferencia de Prensa de la
Misión Internacional contra la impunidad.

Alexis Ponce y Nora Cortiñas

Salón Rojo del  Palacio Legislativo de Bolivia
Miércoles 29 de Octubre de 2003 

Alexis Ponce

Buenas tardes y muchas gracias por asistir a esta rueda de prensa con la cual la misión internacional contra la impunidad y de solidaridad con Bolivia continúa  su trabajo en  territorio Boliviano, respecto de los hechos acaecidos en el mes de Octubre. Para dar inicio a la información que en nombre de todos los compañeros y compañeras de la Misión he sido delegado para expresar a la opinión pública, debo empezar leyendo lo siguiente:

Este es uno de tantos documentos que evidenció a la misión internacional qué hemos encontrado en Bolivia, qué rostros invisibilizados implica este frío documento, qué dolores y qué tragedias significan este documento de carácter técnico:

“Hospital Juan XXIII certifica que el señor Francisco Apaza de 55 años de edad está internado en este hospital en el servicio de traumatología  en la cama 4 desde el 12 de Octubre con diagnóstico de impacto de arma de fuego a nivel del brazo derecho. Posteriormente la conducta quirúrgica es la amputación del miembro  superior derecho total debido a lesión de tejidos blandos óseos y de vasos sanguíneos. Dr. Jorge Ortiz Miranda. Director del Hospital Juan XXIII.”

Este es uno, apenas uno, de las decenas de certificaciones médicas que encontramos en nuestra Misión en la Ciudad de El Alto. Queremos decirles que más allá de la estadística y más allá de la certificación, nos hemos dado cuenta y constatamos como misión que aquí en la hermana Bolivia se ha cometido algo sin nombre,  se ha cometido una masacre que debe ser reconocida así en la comunidad internacional. 

Queremos indicarles que cumpliendo la agenda preparada por las organizaciones sociales, civiles y de derechos humanos de Bolivia,  nuestra misión se ha dado a la tarea,  desde el primer día de su llegada,  de dirigirse,  conversar, dialogar y escuchar a los grupos humanos, sitios y comunidades que ahora a Bolivia le significan dolor y tragedia impune.

Estuvimos en la Zona de Chasquipama, Ovejuyo, Palca, Uni y nos entrevistamos con las Juntas de Vecinos, los familiares de las víctimas y los heridos damnificados. Estuvimos con los vecinos de la zona sur y con ellos estuvimos en el Valle de las Animas viendo como testigos mudos los cerros que todavía guardan banderitas blancas en señal de esas otras ánimas caídas en el mes de Octubre. Estuvimos en la ciudad de El Alto a la que llamamos "ciudad heroica en Bolivia y América Latina,  nos entrevistamos con los medios de comunicación social populares, radios, medios televisivos que durante esta jornada habían sido objeto de amenazas y de abusos del poder. Estuvimos en la Diócesis del Alto compartiendo 41 testimonios de los dirigentes de la localidad así como los familiares y víctimas de la represión estatal vivida en Bolivia en estas semanas.

Estuvimos en Río Seco, en Villa Ingenio, en los hospitales donde los heridos que yacen allí dicen una sola palabra, la palabra que hemos escuchado desde el primer día que llegamos a Bolivia, que se nos ha grabado en la memoria y la llevamos a nuestros países:  JUSTICIA.

 (Justicia, gritan los familiares y víctimas)

Hemos llegado a Bolivia para cumplir con un deber latinoamericano de expresar la solidaridad a Bolivia, cuya tragedia tenía que llegar a los niveles que llegó para que exista preocupación mundial. Hemos llegado a Bolivia con esta Misión en señal de solidaridad internacional con Bolivia,  en primer lugar con las víctimas y sus familiares, con el Pueblo de Bolivia y sus organizaciones, con todas sus instituciones y entidades que durante estos mismos días siguen clamando JUSTICIA al Estado y a la comunidad internacional.

Llegamos a Bolivia también para expresar nuestro rechazo y repudio a la masacre que se ha cometido, a la violencia estatal dirigida contra sus propios ciudadanos. No se trata de una violencia de sectores ilegales, delincuenciales,  “escuadrones de la muerte”, o grupos fuera de la ley. Se está hablando de una violencia dirigida y orquestada por aquellos organismos que están llamados a cumplir la ley. Paradójicamente es la democracia la que ha producido estas víctimas en el pueblo boliviano.

Hemos llegado para cumplir con un mandato: entregar y transmitir las aspiraciones, reivindicaciones y exigencias de las víctimas y organizaciones de defensa de derechos humanos y civiles a las autoridades con las cuales nos hemos entrevistado, de tal manera que hemos entregado y transmitido a varias de ellas estas preocupaciones que son, precisamente, el afán de justicia, la sanción a todos los responsables, empezando por el ex-presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y terminando en todos los autores materiales de lo vivido.

Hemos expresado a las autoridades con las que nos hemos entrevistado la necesidad de que exista una reparación integral que incluya el derecho a la indemnización, la atención médica y, por supuesto, la reparación del buen nombre de las víctimas fatales y el acompañamiento material, simbólico y espiritual que el pueblo de Bolivia debe realizar a esas familias y víctimas.

Hoy en horas de la tarde hemos dialogado con el señor ministro de Gobierno para indicarle lo que hemos escuchado, visto y vivido hoy en la ciudad de El Alto, le hemos expresado que urge de manera emergente la intervención humanitaria del estado boliviano y de su gobierno en defensa, socorro y auxilio de los ciudadanos de la Ciudad de El Alto que hoy, hemos constatado, se encuentran en total abandono y desprotección del estado frente a sus demandas básicas y elementales de salud, atención médica y alimentación.

Por esas razones hemos pedido a través del Ministro de Gobierno, al Señor Presidente de la República de Bolivia que, apelando a su sensibilidad humana, proceda este mismo día, esta misma noche, a declarar la emergencia humanitaria del Estado en beneficio de todas las víctimas de las jornadas de Octubre y específicamente, en este caso, de las víctimas de la ciudad de El Alto. 

Esta Misión está absolutamente consciente de que es necesario establecer un juicio de responsabilidades a todos los autores intelectuales y materiales de la masacre que ha padecido Bolivia, y apuntalamos otro mandato de la sociedad civil boliviana, el que se constituya  una Comisión de la Verdad para establecer todas y cada una de las responsabilidades del Estado Boliviano.

La democracia no puede de ninguna manera basar su estabilidad en la muerte y la sangre y por ello, porque la justicia es el fundamento de toda sociedad democrática y civilizada, es necesario que se atienda este pedido y  reclamo de familiares, víctimas y organizaciones de derechos humanos.

Queremos indicarles que el parlamento europeo ha procedido a tomar una medida que nosotros saludamos: ha señalado su solidaridad con el pueblo boliviano, ha desentrañado las causas estructurales del estallido social, pero sobre todo ha procedido a señalar a los culpables y advertir que no podrán fácilmente entrar a su territorio, por eso es que a la comunidad internacional procedemos a solicitarle que haga justicia al pueblo de Bolivia y que no actúe como en el caso ecuatoriano,  donde tenemos presidentes prófugos, ministros prófugos, banqueros prófugos, y todos ellos se encuentran en un país donde ahora también están las altas autoridades que a Bolivia enlutaron. Es necesario que la comunidad internacional mantenga coherencia, especialmente en el continente americano, que no se confunda apoyo a la democracia con apoyo a las bayonetas y la sangre. 

Finalmente queremos indicar que esta Misión ha establecido que es evidente que en el caso de Bolivia se refleja, y resulta paradigmática, la crisis de América Latina. Más estallidos sociales de similar magnitud o peor  que la de Bolivia se sucederán en el continente americano porque hay un responsable concreto y ese es el modelo económico que desafortunadamente sigue sembrando crisis y muertos en Bolivia y América Latina. Es necesario que los poderes constituidos, las autoridades y los sistemas regionales procedan a reflexionar sobre lo que ha implicado la 
 llamada democracia representativa y sobre su desgaste, para dar paso a la participación ciudadana donde el concepto fundamental sea el respeto a la vida humana y a los derechos humanos como elementos sustanciales de nuestras sociedades. 

Ahora bien, en esta tarde cuando le indicábamos al Ministro del Interior aquella petición, recordábamos a una de las tantas víctimas que estaba en el hospital de El Alto:  un chico de 17 años de nombre invisibilizado y rostro desconocido: Alex Jacomi, un ciudadano de 17 años, que apenas en esa edad decía algo que nosotros suscribimos: “He sido herido por defender mi país y estoy en el hospital por mi pueblo, por Bolivia”.

Que así sea...  

Esta Misión Internacional se compromete a continuar el seguimiento desde nuestros países y redes internacionales para que la justicia, y la sanción, efectivamente se cumplan en Bolivia y se proceda a la reparación a todos los ciudadanos victimizados.

NORA CORTIÑAS – MADRE DE LA PLAZA DE MAYO (Línea Fundadora)

Hoy realmente llegamos impactados de este diálogo de la gente que fue herida y vemos que los ejércitos que tenemos en nuestra América Latina, otra vez son ejércitos de ocupación de su propios pueblos. Terminan asesinando a sus propios pueblos, terminan mostrando una ferocidad que nosotros no concebimos entre los seres humanos. Hoy repetimos que toda esta gente que fue víctima de esta brutalidad tiene que ser atendida ya, inmediatamente, que antes de irnos todos, haya autoridades que vayan al lugar donde están internados los heridos, donde están los familiares de los que fueron asesinados y les otorguen un apoyo que tenga que ser ahora,  en este momento,  en todo lo que requieren. Nosotros exhortamos a los políticos que hay en este Palacio Legislativo que gobiernen para su pueblo y que ayuden a que la gente que está sufriendo tanto, salga cuanto antes de este profundo dolor.  Un hijo no se reemplaza con nada, no se calma con nada,  pero si se puede calmar la desesperación de estas familias que han quedado en esa situación con algo de voluntad.

Debemos pensar que no podemos dejarlos ni un minuto más abandonados a esta desgracia y agradecemos por permitirnos participar de esta Misión Internacional. Agradececemos a ese periodismo que durante esos días de esta masacre estuvieron a lado de las víctimas, a lado de su pueblo. El periodismo tiene que tener humanidad para estar a lado de su pueblo.