Nota: hoy lunes 8 de septiembre a las 11h00 se realizó una conferencia de prensa en la oficina del General René Vargas Pazzos, en la ciudad de Quito, con la significativa asistencia de periodistas y medios de comunicación social. El siguiente documento fue leído y entregado a la prensa por los tres expositores.


GRUPO DE MONITOREO DE LOS IMPACTOS DEL PLAN COLOMBIA EN EL ECUADOR

 Quito, septiembre 8 de 2003

Gral. René Vargas, Cnel. Jorge Brito y Alexis Ponce al país y la comunidad internacional:


APOYAMOS SANCION DEL DELITO DE TRAFICO DE ARMAS Y REPUDIAMOS INTENCIONES DE INTELIGENCIAS DE COLOMBIA Y EEUU PARA QUE EJÉRCITO ECUATORIANO SE INVOLUCRE EN CONFLICTO COLOMBIANO

Los firmantes: General (r) René Vargas Pazzos, ex-Jefe del Ejército Ecuatoriano y ex-Ministro de Estado; Coronel (r) Jorge Brito Albuja, héroe del Cenepa, miembro de la MOMEP, Subdirector de Operaciones de la Fuerza Terrestre y protagonista del 21 de Enero del 2000; y Alexis Ponce, vocero de la APDH del Ecuador, en nuestra condición de integrantes del Grupo de Monitoreo de los Impactos del Plan Colombia en el Ecuador, exponemos l siguiente:

1. Las denuncias de presunto robo y tráfico de armas de FF.AA. a los actores armados del conflicto colombiano, deben ser investigadas con rigor por los organismos competentes y sus autores sancionados severamente de acuerdo a las leyes ecuatorianas.

2. En nuestra condición de miembros del Grupo de Monitoreo de los Impactos del Plan Colombia, desde el año 2000 nuestros expertos habían señalado en distintos documentos, foros, exposiciones, eventos y entrevistas de prensa, que el Ecuador era un “sitio de tránsito” del tráfico de armas para varios de los actores del conflicto colombiano (especialmente fuerzas insurgentes de las FARC y paramilitares de las AUC), y que a lo largo de los 600 kilómetros de la frontera colombo-ecuatoriana se habrían detectado alrededor de treinta pasos clandestinos de armas, en su gran mayoría provenientes del poderoso mercado negro internacional.

3. Empero, Ecuador jamás ha sido el “principal sitio de tránsito” de tráfico de armas ni “el mayor abastecedor de armamento” destinado a los actores del conflicto colombiano, pues la enorme frontera amazónica de Colombia con Brasil y Perú, más la zona del Darién, fronterizo con Panamá, aún son las principales rutas del tráfico de armas que adquieren y negocian los distintos actores del conflicto colombiano, siendo éste un asunto de conocimiento de cualquier experto en el tema militar, incluso de las Inteligencias de Colombia y EE.UU. que saben perfectamente que los recientes casos de armas descubiertas y requisadas en nuestro país, en  cantidad no servirían para sostener ni siquiera un mes de combates a cualquier ejército regular o irregular del mundo.

4. De esa realidad se desprende que no hay vinculación alguna entre el Ecuador y sus Fuerzas Armadas, con los actores del conflicto interno colombiano, ni mucho menos “acuerdos tácitos” con aquellos, como lo señalan tendenciosos informes dados a conocer por organismos militares, policiales y de Inteligencia de los EE.UU. y Colombia, que han sido  tomados como fuente o difundidos en serie en grandes medios masivos de comunicación de la región andina y especialmente en Colombia, Ecuador y Venezuela, cuya prensa inculpa de similares hechos a las Fuerzas Armadas venezolanas.

5. Nos llama la atención la poderosa campaña mediática desatada en el ámbito internacional, particularmente en EE.UU. por el diario “Nuevo Herald” de Miami, de reconocida difusión de las tesis más conservadoras en relación al tema latinoamericano, así como por los grandes mass media  de Colombia, Venezuela, Panamá e incluso del Ecuador, que han enfilado en las dos últimas semanas noticias diarias alrededor de las Fuerzas Armadas ecuatorianas a las cuales, en grandes titulares, reportajes y “exclusivas” entrevistas a militares, policías, inteligencias, paramilitares y presuntos “ex-guerrilleros arrepentidos”, se inculpa de estar vinculadas a la insurgencia colombiana a través del tráfico de armamento de dotación del Estado, y de tener “acuerdos bajo la manga” con fuerzas guerrilleras del país vecino.

6. Lo que nadie repara es que esta ofensiva publicitaria coincidentemente subió de tono apenas se produjeron tres hechos:

a)       La promoción del llamado Plan Colombia II en Bogotá, en el que sin tapujos se reclamó la participación activa de los países vecinos y fundamentalmente el Ecuador.

b)       La visita del Secretario de Defensa de EE.UU. Donald Rumsfeld a Bogotá para consolidar la llamada “línea dura” en la región andina. El mismo día de la visita de Rumsfeld a Bogotá, el Departamento de Estado “denunciaba” a través de Diario “El Tiempo” de Colombia la “porosidad” de la frontera ecuatoriana y la supuesta “debilidad” del Ejército y la Policía ecuatorianas ante la insurgencia colombiana.

c)       La llegada del Presidente Uribe al Ecuador, país al que negó la existencia de impactos ambientales de las fumigaciones y al que, sin embargo, llamó a que se involucre más a fondo en la estrategia de regionalización de la línea militar alrededor de Colombia.

7. Uno de los principales espacios de la publicitaria ofensiva, el conservador diario de Miami “Nuevo Herald”, fue uno de los que más promocionó en los últimos años noticias tan traídas de los cabellos como “la existencia de una base terrorista de “Al Qaeda” en la frontera colombo-ecuatoriana”, informada por “una fuente” del Departamento de Estado americano que jamás tuvo empacho en desmentirse. Junto al citado diario, en estos últimos cuatro años son numerosos los medios masivos en la región andina que han promovido espectaculares publicaciones (caso Cononaco, hoy en el olvido) y reportajes acerca de la supuesta “vinculación” del ejército ecuatoriano con las guerrillas (presunto tráfico de misiles aire-aire a las guerrillas, sin preguntarse lo obvio: si la insurgencia colombiana tiene fuerza aérea), llegando a promover como “analistas” consultados hasta al jefe paramilitar Carlos Castaño y algunos de sus hombres en el Putumayo, que incluso  se dieron el lujo en el 2000 de llamar “cobardes” a nuestros soldados y a los soldados venezolanos por no involucrarse en el conflicto colombiano. 

8. Por tales razones, exhortamos:

a) A la prensa del país que sostenga una línea responsable y autónoma de análisis e informaciones que, sin olvidar la impostergable tarea de transparentar los recientes casos de robo y tráfico de armas y exigir como el resto del país exige, sanciones a todos sus autores, permita desentrañar los grandes intereses geopolíticos y geoestratégicos de los organismos de Inteligencia de EE.UU. y Colombia que se esconden tras los ataques generalizados a las FFAA del Ecuador, a las que se busca debilitar y cercar para presionarlas por una participación mayor en el conflicto colombiano a través de la llamada estrategia de “líneas exteriores” y la militarización del lado ecuatoriano, necesaria para el cumplimiento del Plan Colombia II.

b) A las Fuerzas Armadas que transparenten estos casos y sancionen con severidad a sus responsables, respetando el debido proceso, evitando caer en la trampa de la “cacería de brujas” en su interior y, más aún, el buscado viraje de su política institucional que durante décadas ha posibilitado al Ecuador no involucrarse en el conflicto interno de Colombia, objetivo que hoy en día ansían poderosos actores supranacionales ajenos a los objetivos nacionales del Estado ecuatoriano. De igual manera, expresamos nuestra firme solidaridad a nuestras FFAA, ante una clara estrategia supranacional que, con el apoyo tácito o involuntario de sectores locales, busca debilitarla para exigir su participación en el conflicto interno de otro país y en el llamado Plan Colombia II.

C) Al gobierno y sociedad civil del Ecuador, a los gobiernos y opinión pública de la región andina, demandamos una posición consecuente en defensa de la paz, de las soluciones pacíficas a los conflictos, de defensa de los ejércitos nacionales ante las poderosas campañas que intentan incorporarlos en tareas de policialización y en la agenda geopolítica que las grandes potencias tiene para la región andina. Demandamos que se investigue y dé a conocer públicamente cuántos agentes, de qué Agencias de Inteligencia de países extranjeros y qué tareas realizan hoy en día en la región andina y, particularmente, en el Ecuador. Es obvio que una “inestable” zona como la andina, ha posibilitado en los últimos tres años la llegada y presencia de indeterminadas agencias de Inteligencia en nuestra región, como en los ochenta lo fuera Centroamérica, cuyas operaciones de propaganda y acciones sicológicas a gran escala, tienen un objetivo: ablandar a las instituciones y a la opinión pública de la región y el país, para que acepten la siguiente fase de intervención militar. Estas intenciones, de las que nadie habla en medio del ruido ensordecedor anti-FFAA, lo aprendimos como expertos militares formados en los EE.UU. y debido a nuestro trabajo colectivo entre civiles y militares, en defensa del país durante los últimos años con el Grupo de Monitoreo.

General René Vargas Pazzos            Coronel Jorge Brito             Alexis Ponce

GRUPO DE MONITOREO DE LOS IMPACTOS DEL PLAN COLOMBIA EN ECUADOR