Primera Parte:

El Presidente cava su propia tumba

Hay palabras que pesan por su contenido concreto y objetivo, otras por su odio y mala fe, pero las que más pesan y son extremadamente peligrosas, son aquellas verdades a medias, envueltas en el doble discurso y en los insistentes anuncios de “voy a rectificar”

 

Escribe:

Cristóbal Rodríguez Guerra

 

Quito, 9 de diciembre del 2003.- Y yo que por primera vez votaba por alguien que aparecía postulado a la presidencia de la República. Desde 1978 a excepción de las últimas elecciones o me llevaba las papeletas o las anulaba. Jamás entregué mi voto por alguien, pensando justamente en que todos los candidatos nos son impuestos y además porque responden a los intereses tanto de la clase dominante del país como de las élites del poder económico transnacional.

 

Podría decir de entrada, como una excusa viable y además verdadera, que todos tenemos derecho a equivocarnos, más aún cuando mi voto hecho público a través de varias vías lo declaré crítico. El coronel Lucio Gutiérrez, para sorpresa y espanto de él, y la alegría, más la ilusión contenida y los sueños reprimidos de millones de ecuatorianos ingenuos, alcanzó la primera magistratura del Estado.

 

La Constitución nos respalda

No es cuestión de buscar justificativos, tampoco es hora de saldar cuentas con odio y aires vengativos, aunque razones nos sobren para utilizar cualquier método, incluso aquellos del que ya hemos empleado y que permitió la huida de varios mandatarios como Abdalá Bucaram y Jamil Mahahuad. Y para ser un poco más Latinoamericano, Argentina y Bolivia con sus frescos acontecimientos. Es que la Constitución nos respalda aunque los encaramados en el poder no lo quieran aceptar.

 

Acá en el Ecuador hay un Presidente de la República que “nos engañó” de cabo a rabo; sí, entre comillas, porque más adelante explicaré sus razones:

 

Recordemos que se presentó como el salvador de la Patria, utilizando los métodos insurgentes (con el fusil en la mano). Ahora exige que sus opositores respeten el sistema democrático y amenaza con utilizar todos los métodos habidos y por haber para frenar a los desestabilizadores.

 

Como cualquier fascista amenazó a medio mundo

Sin medir consecuencias, como cualquier arrogante dictador y fascista amenaza a medio mundo, empezó por los trabajadores petroleros, con quienes se reunió más de una vez, antes de las elecciones, para pedirles “pos Dios” que le den el voto a cambio de una política petrolera nacionalista.

 

Tras llegar al poder continuó con la construcción del OCP, abrió la industria petrolera a las transnacionales y buscó duplicar la explotación del crudo, sin medir las consecuencias que causaría en un futuro inmediato, amén de los carcelazos a los dirigentes de Petroecuador y el despido obligado de cientos de hombres y mujeres de este sector, que han visto como una válvula de escape la venta de sus renuncias.

 

Muchos colegas “sesudos de la información”, que pronto se olvidaron del nepotismo que rodea al Primer Mandatario se sintieron felices por la humillación infringida en contra de los dirigentes petroleros, no se diga de los directamente interesados, como los Gutiérrez, Borbúas, Villas, entre otros que ahora se encuentras como topos en el poder. Claro, mi explicación del momento y que hasta ahora lo mantengo fue, que los trabajadores petroleros, tildados como “burócratas dorados”, más allá de los “suculentos” sueldos nunca podrán ser los dueños o empresarios de Petroecuador y que ahí atisbaba la realidad. En otras palabras, los trabajadores por más que ganen lo que ganen jamás serán propietarios de los medios de producción. Yo me congratulo por los sueldos que están o estaban ganando, a pesar de que mi sueldo no alcanzan los 250 dólares mensuales.

 

Ante todo la solidaridad y no la subjetividad con la que manejan sectores interesados en dividir a la clase obrera.

 

Preocupémonos por los 505 millones que se llevan los corruptos

Ha propósito. ¿Cuánto se llevan los empresarios que se encuentran como cuota política en las diferentes instancias del Estado? Según el libro “Dolarización y política” del analista económico Enrique Sierra, son por lo menos 505 millones de dólares, el 9% del Presupuesto anual que se va por un río interminable de sobornos, desfalcos y malversaciones: el 10% del Gasto Corriente que representa 79 millones de dólares; el 12% de Gasto de Capital, que llega a la apreciable suma de 199 millones de dólares; 91 millones de dólares en Aranceles que se estima es el 20%; y, el 5% corresponde a los empresarios que no pagan el Impuesto a la Renta, mientras que 6 millones son desviados en Pagos Diversos y 28 millones en Títulos y Valores.

 

Como bien nos alerta Enrique Sierra, los 505 millones solo se trata de los ilícitos cometidos dentro del presupuesto, mientras que las pérdidas en el resto del sector público podría acercarse a los 1 000 millones de dólares, en una década superaría dos veces el presupuesto anual que alcanza los 6 mil millones de dólares. 

 

Quieren quitarnos la palabra

Otro sector amenazado fue el de los comunicadores sociales y medios de comunicación. “El ingeniero”, como exigió que lo identifiquen luego de haber ganado las elecciones, abrió este nuevo frente, acusándoles de no dejarle gobernar y amenazó con desconocer el Acuerdo de Chapultepec que versa sobre la libertad de expresión. Bajo aquel argumento quería amordazar a todos los ciudadanos que amparados en este derecho pueden acceder libre e imparcial a las fuentes de información, así como hablar y escribir libremente.

 

Luego, como si estuviera haciéndonos un gran favor a los ecuatorianos, desistió de su amenaza, no sin antes emprender una campaña de desprestigio en contra de los periodistas, a quienes nos exigía que debamos agruparnos en una organización afín, de lo contrario no nos entregaría la autorización para cubrir la fuente de la Presidencia de la República. ¿Desde cuándo acá, el Presidente está por sobre la Constitución y la decena de acuerdos que sobre Derechos Humanos y Civiles se han firmado en todo el mundo?

 

No pasó ni un mes y nuevamente se fue contra los medios, esta vez impresos, principalmente del diario El Comercio, que denunció sobre la advertencia hecha por un alto oficial de la Policía Nacional al Presidente de la República sobre la presencia de narcotraficantes en su círculo íntimo, sin que el Mandatario haya hecho nada para frenar esta relación. Los supuestos vínculos de altos funcionarios gubernamentales con el ex gobernador de Manabí César Fernández, acusado de narcotraficante y detenido tras el operativo denominado “Aniversario”, era el pan de cada día en los informativos de radio, prensa y televisión, y todo porque los altos funcionarios incluido Lucio Gutiérrez, junto a su súper cuñado Napoleón Villa, director del Partido Sociedad Patriótica, en tono furioso dijeron que no conocían a Fernández, pero no paso muchos días y las fotos del Presidente junto a César Fernández y su hermano Luis, empezaron a circular como hojas volantes, como cromos, según el periodista Paco Velasco del noticiero La Clave que se transmite por radio La Luna, en el Congreso Nacional.

 

Las amenazas de juicio penal en contra de este periódico por parte del presidente Lucio Gutiérrez, más los subsiguientes desmentidos del Secretario de Comunicación del Palacio de Gobierno, marcaron el panorama político a lo largo del mes de noviembre, ocasionando inestabilidad en el Gobierno, donde, si hay algo que rescatar fue la provocada crisis de gabinete ocasionada por el Presidente de la República, aunque luego saliera Cevallos a decir que no es ninguna crisis sino la actitud honesta de sus colaboradores para que el Jefe de Estado decida si les mantiene o no en el cargo. Más adelante se supo que las esposas de los ministros arribaron al Palacio de Carondelet a pedirle al Presidente que no les eche del puesto.

 

Frente a esta nueva página negra del régimen gutierrista, el 18 de noviembre, el Congreso Nacional resolvió rechazar todo intento gubernamental de menoscabar las libertades de opinión, expresión e información en el país. La resolución, aprobada por 65 votos y tres abstenciones (las del partido de Gobierno, Sociedad Patrióticas), señala además su solidaridad con los medios de comunicación y periodistas, particularmente con diario El Comercio.

 

Mientras el documento era enviado a la Sociedad Interamericana de Prensa, el Presidente de la República dentro de sus continuos desatinos dijo que El Comercio “esta poblado de editorialistas de la Izquierda Democrática, partido que se ha dedicado a tratar de desprestigiar al Gobierno”.

 

El actual secretario de Comunicación, Marcelo Cevallos, por su parte continuaba desmintiendo, interpretando y  corrigiendo las declaraciones del Primer Mandatario en el ámbito social, político y económico, mientras que a inicios del mes de diciembre la popularidad del mandatario bajaba a un 14%. El 86% no cree en la palabra del Presidente, tanto por sus desatinos políticos como por lo que muchos catalogaron de deshonesto cuando buscó endosar todo el problema del narcotráfico al vicepresidente de la República, Alfredo Palacio, quien desde el primer momento aceptó los vínculos casuales y accidentales con el supuesto jefe del narcotráfico manabita, César Fernández, cuando éste era un próspero empresario y rodeado de prestigio.

 

Arremete contra los diputados

Pero ahí no queda la cosa, se lanzó contra varios diputados, especialmente de aquellos que embanderaron el esclarecimiento de la explosión registrada en el polvorín de la Brigada Blindada Galápagos, que dejó más de 40 mil damnificados en la ciudad de Riobamba, donde hasta la fecha los militares no han ayudado a los afectados y no se ha esclarecido por completo si se trató o no de un auto atentado para ocultar el contrabando de armas hacia la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Uno de los diputados, Guillermo Haro, se encuentra en medio de una seria amenaza que podría ocasionar que le quiten la inmunidad parlamentaria y así mandarle a la cárcel por sus “temerarias” acusaciones.

 

Recordemos que el pasado 4 de agosto de este año, el presidente del Congreso Nacional, Guillermo Landázuri, en el noticiero “24 Horas” aseguraba que el escenario político del Congreso “está absolutamente estable”, hoy no sólo que buscan la cabeza del diputado Haro sino la de Landázuri.

 

En lo económico empezó quitándose la careta

Pero vamos al campo eminentemente económico, por ejemplo, ni bien asumió el poder (15 de enero del 2003), a inicios de febrero el Presidente, que ahora busca que se le respete su majestad y investidura, se congratulaba por haber firmado en tiempo récord la Carta de Intensión con el FMI. De acuerdo con varios analistas económicos entrevistados en Radio Tarqui de Quito, consideran como una de las más duras que se han  firmado a lo largo de estos años de ajuste. Luis Maldonado Lince, recordaba lo dicho por el presidente Lucio Gutiérrez en la campaña electoral que estaba contra del FMI y que desde su gobierno se iba a llevar una política nacionalista en defensa de los intereses del pueblo y absolutamente en contra de los intereses de los Estados Unidos de Norteamérica y  de su geopolítica. “Llega a gobernar  el país y lo primero que hizo es desdecirse”.

 

Entre las principales prioridades de este régimen, sin lugar a dudas, es cumplir con los acuerdos establecidos en la Carta de Intensión, Muchos creen que busca un espacio económico favorable para las inversiones, pero su permanente erosión política conspira contra ese ambiente económico que el Presidente busca generar. Es más que seguro, que tanto el Jefe de Estado como los que lo rodean se han dado cuenta sobre los pedido de destitución del Presidente, generado de esta manera, una marcada crisis institucional. Ahora los únicos que le apoyan son los socialcristianos y el Partido Roldosista Ecuatoriano, PRE, este último condiciona su ingreso al Gobierno siempre y cuando lo boten al presidente del Congreso Nacional, Guillermo Landázuri. Así lo dio a conocer Abdalá Bucaram, a través del noticiero Televistazo, el pasado 9 de diciembre.

 

El Presidente contra las cuerdas

En definitiva, el Presidente de la República, se encuentra contra las cuerdas, es por tal razón que pide al pueblo a través del dirigente campesino Enrique Collahuazo que le demos otra oportunidad. El pueblo tiene la última palabra, sin embargo muchos creemos que el mismo está cavando su propia tumba.

 

Y como todo tiene su reacción, en el campo de la credibilidad, el régimen comenzó a caer vertiginosamente, aunque el coronel Gutiérrez empezó a defender las encuestas “de carne y hueso”. Para el 30 de septiembre de este año, de acuerdo con Informe Confidencial el 56% de los consultados en Guayaquil y el 70% en Quito respondieron que la situación del país está peor que antes de la dolarización. Sin embargo el 61% en Guayaquil y el 65% en Quito opinaban que estarían en desacuerdo con que el Gobierno reemplace el dólar por una nueva moneda. Esto decía a fines de septiembre, ahora la situación es distinta.

 

Varios han sido los analistas económicos que han vaticinado la caída irreversible del sistema monetario que mantiene el país. Para el Jefe de Estado, no hay vuelta atrás y por el contrario ha asegurado en múltiples declaraciones e intervenciones en foros tanto a nivel nacional como internacional que el Ecuador está cada día más fortalecido y por ende el sistema dolarizado. Sin embargo, pregunten a cualquier ciudadano común y corriente, a los de carne y hueso, si está conforme con el sueldo que gana, eso si es que está trabajando, porque el índice de desempleo a subido, a pesar que cerca de un millón de ecuatorianos que están fuera del país siguen constituyéndose en el principal ingreso de divisas luego del petróleo. Y los empresarios?, al igual que los banqueros buscan que sus deudas sean asumidas por el Estado.

 

¿Pero qué pasó con el coronel Lucio Gutiérrez revolucionario, con uniforme verde al estilo Che Guevara, Fidel Castro y Hugo Chávez? ¿Qué pasó con el candidato Gutiérrez que dijo no al Plan Colombia, a la Base de Manta, al FMI? ¿Qué pasó con sus mejores amigos los del MPD, Pachakutik, CONAIE, para que ahora sean los del PSC, PRE y PRIAN sus nuevos panas? ¿Dónde está la Legión Blanca, las Montoneras Gutiérristas y demás fuerzas paramilitares?, y finalmente ¿Qué va a hacer el presidente Lucio Gutiérrez, en febrero del próximo año en torno al Plan Colombia. Aceptará conformar las fuerzas binacionales entre los ejércitos de Colombia y Ecuador y se unirá así a la escalada bélica que ha anunciado Alvaro Urive, presidente del hermano país?

 

No es mi intención hacer de todo esto una novela, pero creo que es un buen momento para la reflexión y ante todo tomar partido. Le prometo que la Segunda Parte no pasará de este año.