Artículo del alcalde del pueblo
de Anchuras, Santiago Martin, en el que
agradece el decisivo apoyo de Antonio Herrero en defensa de ese pueblo que iba
a convertirse en un campo de tiro militar... fue publicado en el diario “el
mundo” el 27 de noviembre del 1.999
A partir de hoy, el pueblo de Anchuras va a destinar su calle
principal a la memoria y homenaje del periodista Antonio Herrero.
Intentar
encerrar, en pocas palabras, las razones de tal decisión, no es tarea fácil
para el que no está habituado a esta labor de articulista de prensa, pero, para
mí, para todos los que, durante 10 años, hemos defendido que Anchuras no debía
ser un campo de tiro, es evidente la importancia que tuvo contar con
profesionales de la talla de Antonio Herrero que, lejos de sectarismos y de
preferencias políticas, sólo defendían la verdad, tuviera las consecuencias que
tuviera.
Al
tomar esta decisión, hemos pretendido rendir el tributo que merece un
periodista, una persona que, con el paso del tiempo, va agrandándose, y que
cobrará su verdadera magnitud cuando la perspectiva de la Historia nos permita
borrar los escrúpulos partidistas de aquellos que, desde la mezquindad de su
actitud, intentan eliminar cualquier recuerdo de la época que Antonio marcó en
los medios de comunicación españoles.
Anchuras
estaba sentenciado. En 1988 eran pocos, muy pocos, los que estaban dispuestos a
permitir que, desde sus tribunas periodísticas, se nos diera la voz y la
palabra a los que no contábamos con más poder ni padrino que la verdad desnuda de
nuestros argumentos.
Queríamos
salvar nuestro pueblo, explicar a todos que no había diferencias sustanciales
entre Anchuras -proyecto de campo de tiro- y Cabañeros -flamante Parque
Natural-, salvo una: en Anchuras vivían personas.
Y
lo explicábamos desde la fuerza que da el saber que aquello que se defiende
coincide con una realidad que cualquiera podía confirmar con sólo alejarse 200
kilómetros de Madrid. Pero había un problema: había que enfrentarse al poder y
éste era un riesgo que muchos no quisieron correr. No fue el caso de Antonio.
Antonio,
como el director de este periódico, no sólo aceptó el reto, sino que lo asumió
como propio, como hacía siempre que creía que los derechos de los ciudadanos
podían verse aplastados por la fuerza del poder.
Así,
una vez obtenida toda la información y de conocer personalmente el problema,
Antonio no dudó en hacer suyas nuestras reivindicaciones y en difundirlas. Y
así surgió la relación, profesional y afectiva, de Antonio Herrero con
Anchuras.
En
efecto. A pesar de que todos conocíamos lo importante que eran cinco minutos en
el programa líder de la radio española, el más escuchado e influyente, Antonio
siempre hacía un hueco en el mismo para que, a través de él, Anchuras, yo
mismo, llegara a millones de personas en toda España en los peores momentos
para nosotros, como cuando nos invadieron los militares, o cuando las
declaraciones oficiales daban por hecho que Anchuras era ya un campo de tiro.
Entonces,
cuando el paso del tiempo nos dificultaba mantener la atención de la opinión
pública, Antonio recordaba a sus oyentes, es decir, a todo el país, que el caso
de Anchuras seguía ahí, sin resolverse.
En
sus visitas a Anchuras, tuvimos la oportunidad de mostrarle nuestro
agradecimiento más sincero. Recuerdo muy especialmente la última vez que nos
visitó, en la que recorrimos los terrenos donde se pretendía instalar el campo
de tiro, la finca Rosalejo. Allí, a pie de campo, le explicamos que nuestro
deseo era que, una vez que el proyecto de campo de tiro desapareciera,
pretendíamos que dichas tierras fueran aprovechadas por el pueblo, haciendo
compatible la explotación racional de sus recursos y la conversación de sus
contrastados valores ecológicos.
Yo
creo que él entendió perfectamente nuestras aspiraciones y estoy seguro de que,
si siguiera despertándonos en la mañana, estaría satisfecho de ver cómo estamos
cerca de convertir en realidad nuestro sueño.
La
pena, la inmensa pena que hoy nos embarga, es que Antonio no pueda disfrutar de
una victoria que, en gran medida, le pertenece.
Y
es que, pese a quien pese, para nosotros no hace 75 años que nació la radio en
España, hace 18 meses que perdimos a nuestro amigo, nuestro gran amigo, Antonio
Herrero Lima.
Santiago
Martín es el alcalde de Anchuras.
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