2o día de viaje.  
Una vez fuera de profundas quebradas comenzó el desenfrenado descenso. Alcanzando los 120 Km/H en un terreno que no siempre es benevolente con nuestros vehículos y donde el polvo se ensaña con algunos.
Aun así, tuvimos que cruzar pequeñas quebradas durante el regreso a casa. Alejandro en la Luv, en un pequeño pero pedregoso descenso.
Vistas como ésta pudimos logras en en innumerables ocasiones, aunque el esfuerzo es grande, vale la pena pagar el precio por llegar a lugares como este. Indescriptible hermosura, donde solo algunos llegaran.