El Vampiro

Tú que, como un golpe de cuchillo,
En mi corazón plañidero entraste;
tú que, fuerte como un rebaño
de demonios, viniste, loca y engalanada
De mi espiritu humillado
hacer tu cama y tu dominio;
- infame a quien estoy atado
como el forzado a la cadena
Como el juego al jugador testarudo,
como la botella al borracho,
como los gusanos a la carroña,
-¡ Maldita, maldita seas!
Yo pedí la espada rápida
para conquistar mi libertad
y le he dicho al veneno pérfido
que socorra mi cobardía.
¡Ay! el veneno y la espada
me han rechazado con desdén y man dicho:
Tú no eres digno de que alguien te libere
de tu esclavitud maldita.
¡Imbécil! - de su imperio
si nuestros esfuerzos te libraran
tus besos resucitarían
el cadáver de ti vampiro.
Charles Baudelaire

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