Cinefils- The
Truman Show
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Dirección: Peter Weir.
Intérpretes: Jim Carrey, Laura Linney, Ed Harris, Natascha
McElhone. Guión: Andrew Niccol. Fotografía: Peter Biziou.
Música: Burkhard Dallwitz y Philip Glass. Nacionalidad: USA,
1998.
Escribir sobre una película como "The Truman Show" se me hace sumamente difícil y complicado, y considero necesario el tener que verla más de una vez, ya que al igual que volviendo a ver una película que no nos ha gustado le podemos sacar aún más defectos o se nos puede hacer aún más aburrida, ocurre todo lo contrario cuando volvemos a ver una película que si nos gustó. La cantidad de nuevos detalles y nuevas reflexiones que descubrimos es inmensa.
Y es que la capacidad de almacenamiento y reposición que posee el cine puede verse como el aspecto más comercial de éste, o como la única posibilidad de que llegue a una mayor cantidad de público, aunque buena parte de este dude de su interés artístico y sólo alcance a ver un mero espectáculo. La familia media que acude al cine una vez cada tres meses solamente como forma de evasión y entretenimiento es la primera en dudarlo. Los hermanos Lumiere ni siquiera llegaron a tanto, directamente dudaron de su interés comercial, y simplemente defendieron su interés científico.
Pero una vez reconocido el evidente interés comercial del séptimo arte se hace inevitable hablar del octavo arte, o lo que es lo mismo, el de hacer dinero con el séptimo. ¿Acaso no son los productos como camisetas, revistas, gorras, cromos etc., los que nos hacen dudar a la hora de tener que elegir entre comercial o artístico?, es decir, ¿es la publicidad la causante de esto?, pero acaso algo existe si no se hace público. Todo este embrollo hace que sea inevitable hablar del gran medio que informa, entretiene y convierte en dependientes a la mitad de habitantes de nuestro planeta: la televisión, que además ¿a que ya se imaginan gracias a quién subsiste?. Una vez alcanzado este punto en el que reconocemos que la televisión es uno de los factores más influyentes de la época en la que vivimos, convirtámosla en la protagonista de una historia, hagamos que sea un elemento más de comedia, intriga, o incluso drama.
Pues bien, de todo esto, y de mucho más es de lo que trata "The Truman Show", una de las películas más originales e innovadoras de los años noventa. Muchas son las películas que tratan sobre la influencia de la televisión, pero ninguna es tan original y real de forma que más de la mitad de la película es en si un producto televisivo creado por un magnate del "primetime" egoísta y orgulloso de su popular criatura. El show tiene dos públicos, nosotros y el público que ve la televisión pero dentro de la película, de forma que nosotros vemos al observado, y a los que lo observan. "The Truman Show" es la historia de un producto televisivo creado íntegramente para un público alimentado con la "Telebasura" y que necesita algo más real y sensacionalista sin preocuparse de las consecuencias que esto provoque. Después de treinta años atrapado en su pequeño pueblo natal Truman Burbank empieza a sospechar de todo y de todos, excepto de su amada Sylvia que le fue arrebatada sin sentido años atrás. Los cálidos y reales recuerdos que Truman tiene de su amada contrastan con las frías imágenes e hipócritas palabras que rodean el mundo en el que vive. Como si de un clásico se tratara Truman se embarca en un viaje hacia ningún lado con una foto imaginaria de su amor platónico y la necesidad de encontrar respuesta a sus dudas. No cometan el fallo de esperar a la televisión para conocer la respuesta, a estas alturas debería estar constituido como pecado.