El descubrimiento del ADN cumple medio siglo, pero ¿Cuantos imaginan que detras de esta hazaña hay un cerebro femenino?
En el king`s college Rosalind Franklin era la única persona en el mundo, esa primavera, que estaba permanentemente trabajando en el problema de la estructura del ADN. Watson y Crick, en Cambridge, se inquietaban por ello de cuando en cuando, pero no se les permitía una búsqueda activa. Wilkins, en el King`s College, entendió el interés del problema, pero no hacia demasiado caso. Pauling, en Caltech, por lo que dice en sus propios relatos y por lo que recuerdan las personas cercanas a su trabajo en ese entonces, estaba todavía interesado principalmente en la estructura de las proteínas; en particular, en probar que las laminas plegadas, así como la hélice alfa, se podían encontrar como una estructura en los seres vivos. El problema que se presentaba a todos ellos era extremadamente sencillo: De que manera se unen los filamentos del ADN? Sin embargo, hay varias formas de replantear lo que eso significa, de tal modo que cuando esta interrogante volvía a presentarse, sus aspectos se aclaraban para después confundirse de nuevo.
Visto como un análisis excepcional en cristalografia pura, tal y como Franklin lo quería resolver, el problema era estático: exactamente, Donde estaba cada grupo de átomos y como estaban alineados? visto por Watson o Pauling, como la construcción de un modelo, los contornos correctos de las partes, y por lo menos, las amplias limitaciones en general tenían que ser resultados por el trabajo de bioquímicos y cristalografos y entonces la incógnita era geométrica: De que manera se podían unir todas las piezas sin romper ninguna de las reglas? en el terreno de la biología funcional, fue Crick quien mas claramente entendió el problema; aquí el dilema era dinámico: Como es que la estructura dictaba la reunión de replicas de si misma, para si misma, con tanta precisión que el ADN podía contener el mensaje hereditario? todas estas eran realmente versiones del mismo problema. La respuesta a alguna de ellas seria la respuesta a todas. “La cortesía - dijo Francis Crick, en una entrevista que dio en BBC de Londres, cuando recibió el PREMIO NOBEL EN FISIOLOGIA O MEDICINA EN 1962- es la ponzoña de toda buena colaboración en Ciencia. El alma de la colaboración es la perfecta franqueza, rudeza si es necesario. Su prerrequisito es la igualdad de rango para permanecer en la ciencia, ya que si una figura tiene mayor jerarquía con respecto a la otra, la serpiente de la cortesía se introduce sigilosamente. Un buen científico aprecia la critica casi mas que la amistad. El colaborador indica o aclara lo obvio con verdadera impaciencia. El detiene las insensateces”. Crick hablaba de James Watson, el científico norteamericano, doce años menor que el, quien había sido su colaborador una década antes en el laboratorio Cavendish, en la Universidad de Cambridge, en el descubrimiento de la estructura del ácido desoxirribonucleico o ADN, la sustancia con que estaban hechos los genes. por ese descubrimiento, Crick y Watson compartieron el premio Nobel juntos con Maurice Wilkins en el king`s college de Londres.
Rosalind Franklin, en los dieciocho meses que transcurrieron mas o menos desde el otoño de 1951 hasta la primavera de 1953, cuando ella también trabajaba sobre la estructura del ADN, en el mismo laboratorio de Wilkins en el King`s College, no tenia tal colaborador. Esta bien claro , a partir de sus apuntes, que ella necesitaba uno, y es también obvio por lo que sabemos de su carácter, que ella hubiera trabajado muy bien- abierta e intensamente si fuese necesario- con el colaborador adecuado. Franklin murió de cáncer en abril de 1958 a la edad de 37 años. Fue una de las cuatro personas mas cercanas a descubrir la estructura del ADN.
Es difícil formarse una idea de la personalidad de Franklin a partir de los recuerdos de quienes trabajaron con ella, y esto se debe principalmente a que, a diferencia de los otros tres, ella no tenia un gran temperamento. Firmeza de carácter y un profesionalismo científico minucioso, fueron las impresiones mas importantes que dejo franklin; era ante todo resuelta. Delgada, caminaba con una energía desgarbada. Tenia una piel aceitunada, cabello grueso, oscuro y brillante, buena dentadura y ojos vivaces; se vestía con sencillez, pulcritud y buen gusto. Algunos la encontraban encantadora; otros femenina o extrovertida. Para muchos era apasionada en sus opiniones y argumentos. Dejó estos vívidos recuerdos, pero solo entre unas cuantas personas. Era reservada, vivió su vida de tal manera para ser juzgada como una cientifica, o al menos asi es como la consideraron sus compañeros. Tenia treinta y un años cuando Watson la conoció en el otono de 1951, ocho años mayor que el y un poco mas joven y mas adelantada profesionalmente que Crick. Hasta que punto Franklin afectó realmente la extrema e irritable sensibilidad con la que Watson examinaba el panorama humano, después de todo no lo podemos decir. La “Rosie”, en el libro LA DOBLE HELICE publicado en 1968, es un grotesco armatoste con lentes apuntalados y medias azules, las cuales Franklin nunca uso en realidad; y el apodo que Watson tomo del laboratorio del King`s College se mencionaba a espaldas de ella.
Rosalind Franklin fue educada en la escuela de St. Paul para niñas en Londres, una escuela privada de nivel académico sobresaliente. Más tarde enseño química en Cambridge. Vino al King`s College después de caso cuatro años en el laboratorio en parís, donde había trabajado cristalografia del carbón y del grafito; sus investigaciones dejaron allí las bases o una buena parte de sus logros, lo que hoy se conoce como la tecnología de la fibra del carbono. Era una fisico-química talentosa cuando llegó al King`s College, pero toda su experiencia había sido con materiales amorfos como el carbón y el carbón animal. Fue contratada por John Randall, el director del laboratorio de biofísica en el King`s College en la primavera de 1950, y con la ayuda de Randall recibió una beca por tres años, por la época en que Maurice Wilkins y el estudiante graduado Raymond Gosling estaban obteniendo las primeras buenas fotografías de difraccion de rayos x a partir de fibras de ADN en forma cristalina. La beca comenzaba en septiembre, pero para poder terminar la parte experimental de su trabajo en París, retraso su comienzo hasta el año nuevo.
El cuatro de diciembre Randall le escribo a Franklin a París, sobre un detallado cambio en el programa para el trabajo que pronto comenzaría. Su carta decía, en parte: La verdadera dificultad ha consistido en que el trabajo de rayos x se halla en una etapa indefinida y el enfoque de la investigación ha cambiado algo desde que usted estuvo aquí la ultima vez. Después de una muy cuidadosa consideración y discusión con las gentes de mayor jerarquía ahora parece que seria mucho mas importante para usted investigar la estructura de ciertas fibras biológicas en las cuales estamos interesados, mas que continuar el proyecto original del trabajo. Por lo que se refiere al esfuerzo experimental de rayos x solamente estarán usted y Gosling, contando con la ayuda temporal de una graduada de Siracusa, la señora Heller. Gosling, en colaboración con Wilkins, ha encontrado que las fibras de ácido desoxirribonucleico deribadas del material entregado por el profesor Signer de Berna, proporcionan diagramas de fibra verdaderamente buena. Como sin duda usted sabe, el ácido nucleico es un constituyente de suma importancia en las células, y a nosotros nos parece que esto seria muy valioso si pudiera continuarse en detalle. En la carta existe un doble significado cuando se refiere a “consideración y discusión con la gente de mayor jerarquía” y “continuarse en detalle”, pero prueba, especialmente a la luz de ese momento, que Franklin no fue originalmente a trabajar sobre el ADN en particular, y que cuando se le asigno el material ella tenia buenas razones para pensar que seria directora de un grupo independiente. La carta es el único documento que sobrevive y que sirve de prueba en los términos por los cuales ella llego al laboratorio de King`s.
Aunque en la Inglaterra de esa época las mujeres a menudo eran discriminadas en ciencia, también es cierto que el laboratorio de biología de Randall les ofrecía mejores oportunidades que otros lugares. Como un laboratorio creado en la posguerra, este era notablemente informal en su organización y en la juventud de su personal. El numero de participantes fluctuaba; pero de treinta profesionales científicos en 1952, ocho o nueve eran mujeres y cuatro de estas estaban mejor preparadas que ella, su cambio al laboratorio de King`s tenia algunos inconvenientes como la de que siendo mujer se le negaba la beca del club de la cafetería, organizado para la comunidad de los profesores. ella no protesto abiertamente pero estaba muy enojada, según decían sus amigos, porque penso que Wilkins intentaba tratarla como a un ayudante mas que como a una colega.
Continuó trabajando para lo que consideraba que había sido contratada. En los últimos años de su vida Franklin trabajó en el laboratorio del cristalografo Desmond Bernal, en el Colegio Birbeck de Londres; allí se le unió un joven sudafricano, Aaron Klug, con quien colaboro estrechamente hasta su muerte. “Ella era una especie de persona firme - me dijo Klug hace algún tiempo -, no era para nada como un hombre, pero uno no pensaba en ella como si fuera particularmente una mujer.” Franklin no era tímida ni modesta, pero tampoco pedante. Emitía sus opiniones con firmeza, pero creo que la gente no estaba acostumbrada a tratar de estos asuntos con las mujeres, suponían que las mujeres deberían conducirse en forma diferente, es decir, mas tranquilas. Franklin confiaba en el dominio de la razón, era muy racionalista. En varias ocasiones tuve discusiones con ella pero nunca pudo ver la fuerza de un argumento que no fuese la racional.
Era muy resuelta, trabajaba bellamente. La clase de resolución que ella tenia, la convirtió en una investigadora experimental de primera clase, y este tipo de destreza requiere inteligencia y determinación, no es solamente un buen trabajo de costura. Crick conoció a Franklin posiblemente en 1952 o 1953. “Después de que obtuvimos la estructura del ADN llegue a conocerla mejor - me dijo Crick hace algunos años -. Nos hicimos muy amigos y hasta venia a consultarme a menudo sobre asuntos de cristalografia de rayos X. Ella y mi esposa se llevan bien pero, usted sabe, es muy difícil establecer como era ella exactamente, yo solamente la conocía como otro científico, realmente, y como a alguien que se convierte en una especie de amigo familiar. Encontré que era una buena Científica. Franklin había hecho una gran combinación con Aaron porque este era muy eficiente, era realmente un teórico sólido y Rosalind un verdadera experimentalista. Ella también era sólida, trabajaba duro, sabia exactamente lo que tenia que hacer. Siempre fue una teórica adecuada, aunque no lo que yo llamaría muy imaginativa”.
El único asociado de Franklin , cuando ya estaba trabajando sobre el ADN fue Raimond Gosling, quien preparo su tesis doctoral bajo su dirección. “Rosalind tenía esa coraza profesional bajo la cual podría ser encantadora y tranquila - me dijo Gosling en 1975- creo que usted debe recordar que entonces era difícil para las mujeres desarrollarse en la ciencia, mucho más de lo que es ahora. Ella era una persona muy intensa, se podría decir, casi excéntrica y muy interesada en su trabajo. Tenia interés en la música y en el arte, entre otras cosas; si bien tenia grandes aficiones estas no eran muy manifiestas hasta que usted llegaba a conocerla bien. Creo que Franklin era tímida, no era la clase de persona que permitiera que su imaginación se enfureciera abiertamente frente a las ideas estructurales de alguien como Wilkins. Sin embargo, juntos llegamos a tener terribles discusiones. Su gran fuerza estaba en que uno podría sostener una discusión muy franca sobre el trabajo, sin que ella lo tomara como un asunto personal, era objetiva y presionaba a lo largo de la discusión hasta llegar a algo. Franklin nunca actúo así con Wilkins, aunque lo hizo con migo. Si en alguna ocasión hubiera tenido a alguien de su propio nivel para sostener discuciones francas y acaloradas, eso podría haber ayudado.
En diferentes ocasiones sentí que Wilkings estaba tratando en varias formas de estimular a Rosalind a decir algo sobre la estructura, pero ella por su parte decía: “No vamos a especular, vamos a esperar a que las manchas en esta fotografía nos indiquen cual es la estructura”. Así pues, ya que aquí no había nadie que quisiera especular acerca de la estructura Wilkins hablo de estas con Crick y Watson. Franklin comenzó a trabajar sobre la cristalografia del ADN en donde Wilkins había terminado. Con Gosling, Wilkins había descubierto en la primavera de 1950 que las fibras delicadas del ADN preparadas cuidadosamente y mantenidas en la humedad, se comportaban como una sustancia cristalina y proporcionaban abundante información de patrones de difraccion de rayos x una de esas fotografías fue la que Wilkins mostró en la conferencia en Nápoles en la primavera de 1951, la primera vez que Watson se intereso en la estructura del ADN en el otoño de 1951, Franklin y Gosling continuaron trabajando hasta encontrar que cuando las fibras del ADN se mantenían húmedas mostraban una transición abrupta a una segunda forma en la cual se alargaban como por un cuarto y producían un patrón de difraccion mas simple y diferente, al que implicaba una estructura helicoidal.
Franklin utilizo las designaciones A y B para las formas cristalina y húmeda respectivamente. En la primavera de 1952, ella había obtenido excelentes fotografías de ambas formas; sin embargo, no sabia si la forma A o la forma B era la más importante en la naturaleza, así que en el verano de 1952 abandono su propio descubrimiento de la forma B, para intentar la retadora tarea de la forma A por medio de un razonamiento estrictamente cristalografico a partir de un patrón de difraccion. Ese verano Franklin y Gosling comenzaron con la molesta técnica matemática llamada síntesis de Patterson por medio de la cual intentaban lograr la estructura de la forma A. “El significado físico de la así llamada síntesis de Patterson es uno de los conceptos mas difíciles en cristalografía”, escribieron Max Perutz y John Kendrew en un articulo tres años antes del intento de Franklin. Ellos eran los miembros originarios de la pequeña unidad de investigación de las estructuras de moléculas biológicas en el laboratorio de Cavendish, bajo la dirección del profesor Sir Lawrence Bragg. Crick se les unió en 1949 cuando era un estudiante graduado de treinta y tres años de edad, y Watson llego en el otoño de 1951 con una beca posdoctoral.
Perutz y Kendrew sabían, también, como cualquiera lo difícil que era la síntesis de Patterson, pues habían utilizado todo su ingenio en oras incontables por aplicar este método a las proteínas con ligeros vislumbres de éxito suficientes para animarlos a continuar. No necesitamos seguir a Franklin, esta muy dentro de ese pantano. El matemático Henri Poincare dio una conferencia en París sobre la psicología del invento matemático en la cual, previniendo al publico señalo: “debo decirles que he descubierto la prueba de un teorema en ciertas circunstancias. El teorema tendrá un nombre bárbaro, el cual algunos de ustedes nunca han escuchado, pero esto no tiene importancia; lo que es interesante para el psicólogo no es el teorema, sino las circunstancias.” Nosotros podemos amararnos en esa idea de Poincare: la síntesis de Patterson es uno de esos teoremas bárbaros.
LA CRISTALOGRAFIA
De seguro que los partidarios de la cristalografia encuentran que esa dificultad es un hermoso bastago, un medio indescriptiblemente sutil de representar gráficamente la estructura de la molecula aunque no se tenga la suficiente información para hacerlo. Una sintesis de peterson inicialmente produce algo parecido a un mapa de contorno en geología, de una milla cuadrada, particularmente hacia arriba y hacia abajo como en las tierras bajas de Dacota. Sacar deducciones con base en este mapa sobre la estructura real, es asunto complicado. Existe la esperanza de que en el primer paso se revelarían ciertas características: la presencia de bastones o cadenas y algo entre ellas, o alternativamente la de una sutura en capas mas algo de eso, y así sucesivamente. Estas claves, si la estructura fuese insuficientemente regular, podrían definir su carácter de tal modo que el resto de los datos serian totalmente interpretados en tres dimensiones.
El ADN es muy regular mientras que las proteínas, como se vio, no lo son, al menos la mayoría de ellas. Irónicamente, en el momento en que Perutz, Hendrew y Bragg estaban investigando otro enfoque para interpretar los patrones de difraccion de rayos x de las proteínas, en especial la hemoglobina, Franklin estaba aplicando la síntesis de Patterson a la estructura del A del ADN. Las mediciones y cálculos que ahora se podrían hacer con aparatos Franklin y Gosling las hicieron a mano para el ADN. Escogieron las fotografías mas detalladas de la forma A y las proyectaron, las agrandaron aproximadamente 10 veces como si fueran diapositivas en un pizarrón blanco. Marcaron las posiciones de las manchas y estimaron la intensidad de cada una comparándolas, con una escala brillante sostenida a lo largo. De inmediato encontraron que el ojo humano puede hacer cálculos más precisos que ningún otro instrumento disponible.
A principios de julio, Franklin confirmo su conclusión a la que había llegado en el verano anterior, es decir, que los cristales tienen una forma simétrica a la que los cristalografos llaman monoclinica y centrada en la cara; sin embargo, le falto llegar a la conclusión de que a partir de esa simetría la molécula contenía dos cadenas que se dirigían en rumbos opuestos. El dos de julio, un miércoles, ella bosquejo en su cuaderno de notas los principales contornos del primer mapa de Patterson, bagamente crecientes y una especie de pico irregular mas grande que en una esquina que tenia forma de un tapete de lana de borrego. Franklin midió tres distancias. El bosquejo solo le produjo confusión. Ella escribió que la característica que mas le llamo la atención, se repetía a través del mapa en otras crecientes. podría ser que se acomodase a una curva calculada para una simple hélice de una banda con un diámetro de 13.5 A, alrededor de 50 billones y mas de una pulgada, pero ese diámetro era imposible de conciliar con otras dimensiones de cristal. Preocupada sobre las estructuras con hélice simples, las cuales pudo eliminar con facilidad, nunca recordó la idea de “2,3, o 4 cadenas de ácidos nucleicos coaxiales por unidad helicoidal”, la que ella había mencionado 5 meses antes en un informa de su primer año de trabajo del King`s: “si existe en la estructura una unidad plana como si fuere un plátano con dos ejes de este paralelos al eje de la fibra...” entonces la explicación debe ser “...mas bien una estructura de doble hoja”, y dibujo una docena mas de pequeños plátanos vistos desde arriba y de costado.
El cuaderno de notas de color rojo en el que había comenzado a escribir mientras hacia el registro fotográfico de los rayos x en su mesa de trabajo, fue el lugar en el que ella se refugio en un intento por dar a sus difíciles tanteos una forma coherente. Ese miércoles agoto el tema sobre hélices, plátanos y dobles hojas en un par de paginas. Al siguiente lunes los cálculos se habían extendido y sus notas se relacionaban con los picos que ella suponía observar pero que finalmente no había encontrado. Al décimo quinto día, en cinco líneas escuetas saco la conclusión de que “...no hay una cadena estrecha de alta densidad paralela al eje...” de las fibras. No volvió a escribir una línea mas en su libreta hasta el siguiente mes cuando volvió a las fotografías de rayos X, “... para buscar una orientación doble”. Este fue un intento de repetir el efecto que en la primavera anterior había producido un patrón que más que nada la había convencido de que la estructura A no era helicoidal. Tomo fotografías casi todos los días hasta el nueve de septiembre y una mas, la numero 78, el 14 de octubre, todo esto sin éxito alguno.
Ese verano el problema que estaba en las mentes de Crick y Watson aunque intermitente era conocer las fuerzas que podían sostenerse juntas, y cuales serian las bandas que componen cualquier estructura del ADN en el espectro, se sabía que cada banda era una tira de moléculas monótonas alternantes de azúcar y fosfato con un tercer componente, llamado base, prolongándose hacia un ángulo recto de cada azúcar. La base podría ser una de cuatro calces: dos grandes de doble anillo, llamadas adenina y guanina, por todos conocidos como purinas; y dos más pequeñas de un solo anillo llamadas citocina y timina, las que se conocen como pirimidinas.
El subensamblado de tres piezas de fosfato, azúcar y base fue llamado nucleotido. Las dimensiones de densidad probaron que una molécula de ADN tenia mas de una banda aunque ellos no establecieron si tenia 2,o 3. Las bandas podrían estar sostenidas por los enlaces entre las estructuras que forman la fundamental o entre las bases. Watson supuso que pequeñas cantidades de magnesio. Estaban presentes junto con el sodio, en las preparaciones del ADN, o de algún otro modo en la célula viva, para conectar los fosfatos de 2 o más estructuras fundamentales. A finales de la primavera, Crick había comenzado a tomar en serio la segunda posibilidad, acerca de que las bases que sobresalen a lo largo de la otra cadena. Las bases eran los componentes variables del ADN.
Para estar libres y llevar el mensaje genético, estos componentes tenían que variar, y por esto mismo era difícil concebir como se acomodaban y estaban juntas, ¿De que forma? , ¿Había alguna selectividad sobre la cual se unían las bases?, ¿Cual?. A mediados de 1952 Crick todavía estaba imaginando, no que las bases podían acoplarse a lo largo de un plano como los dominios en el juego, sino más bien que podía estar interfoliadas como dos pisos de cartas que habían sido barajadas. El rechazo los puentes de hidrógeno entre las bases no estaban unidos en forma estable, sino que podrían dictar hacia adelante o hacia atrás entre dos posiciones del anillo, en lo que se llamaba ‘cambios autonumericos’ .Intrigados acerca de otras fuerzas de unión, se preguntaban si las bases se atraían cuando eran parecidas la una a la otra. Aun así, al enumerar las opciones, me advirtió en una conversación que el las había visualizado mas claramente en aquel momento de lo que ahora estaba seguro que había hecho. “Realmente la pregunta era Había algún acoplamiento? De que forma?.
El interés de Crick fue irregular. No hizo los cálculos el solo, sino que casualmente e le pidió ayuda a John Griffith, un joven matemático en Cambridge, para que este encontrara de que manera las cargas eléctricas en cada base podrían causar que la adenina atrajera a la adenina, la timina a la timina y así sucesivamente, para mantener la estructura junta. Tal estructura explicaría tambien como la cadena se duplica así misma, es decir, lo parecido con lo parecido. Algo que Crick y Watson no supieron fue que Griffith había estado especulando sobre el acoplamiento de las bases, aunque no el de las similares, sino una purina unidad a la otra, y una pirimidina a la otra. Griffith, sin decir nada del acoplamiento, estuvo de acuerdo con probar la teoría de Crick.
LOS CALCULOS DE GRIFFITH.
Las bases en mecánica cuántica para tales cálculos, cuando las unidades eran tan grandes como las purinas y las pirimidinas, fueron tentativas y el mismo Griffith considero sus resultados solamente como aproximados. Varios días mas tarde, cuando los dos estaban haciendo cola para el te en cavendish, Crick le pregunto a Griffith si ya había completado los cálculos. Este respondió afirmativamente: “Encuentro que la adenina atrae a la timina, y la guanina a trae a la citosina “ y por su parte Crick como le dijo al historiador ingles Robert Olby en 1968 respondió “Bueno todo esto esta bien, esta perfectamente bien, A produce B, y B produce A, usted solo tiene una duplicación complementaria “. Entra ahora el espíritu inquieto de Erwin Chargaff.
Los acoplamientos de ademina con timina, y guanina con citocina, son la regularidad curiosa, en la composición del ADN obtenida de fuentes amplias y diversas desde la bacteria hasta el hombre, las cuales Chargaff había indicado por primera vez en 1950.
Lo que recuerda Watson aquí, difería de lo que Crick. Watson dijo en la doble hélice que conocía los cocientes de Chargaff y que los había mencionado a Crick un poco antes de la conversación con Griffith.” como yo no las conocí , estoy seguro de que yo no tenia conciencia de las reglas de Chargaff en esa época . si Jim me lo había dicho, ya lo he olvidado.”
En el trabajo de una colaboración exitosa algunas veces uno puede llegar a los enfoques contratantes que surgen del resultado compartido. Por esto uno puede darse cuenta en detalle de que manera lo que Watson y Crick en su intercambio con Griffith fue la idea de que la duplicación fuera completarais. Esta duplicación y el concepto referido a que las moléculas pueden tener superficies que actúen como moldes sobre las cuales otras se forman, han sido muy difundidas por la biologia de hoy con un inmenso poder de explicación. En 1952, estas fueron un par de nociones teóricas, pero todavía ausentes de sus primeros ejemplares.
Mas o menos en ese mismo tiempo Crick se dio cuenta de porque Rosalind Franklin intuyó que la prueba contra una estructura helicoidal para el ADN era forzosa, cuando menos para la forma A, o sea, la forma cristalina,. “Yo la conocí cuando hacíamos cola en una reunión en el laboratorio zoológico - me dijo Crick -. Tuve una ligera impresión de Rosalind antes de lo que acontecio en 1953. Después de que obtuvimos la estructura llegué a conocerla un poco mejor. Creo que siempre acostumbrábamos adoptar una actitud a priori protectora hacia ella. Cuando nos dijo que el ADN no podía ser una hélice, nosotros respondimos: “Bueno, pues estas equivocada”. Usted ve, esta era nuestra actitud”.
Yo le mencione la fotografía que tomo Franklin de la forma A mostrando una doble orientación, en la cual las intensidades eran demasiado asimétricas para encuadrar en una hélice. “Eso es correcto. esa fue”, dijo Crick. Él explico que con moléculas helicoidales eso podía ser fácil, con un empaque asimétrico pequeño y poco común, paralelo en las moléculas en la muestra, a fin de producir las calces de asimetrías que Franklin había encontrado en el patrón de difraccion de rayos x. O sea que el resultado podia ser artificial, como usted puede darse cuenta. Lo cual Rosalind y Gosling no entendieron. Yo no vi la foto en esa ocasión, ni la examine en detalle. Franklin me habló de ella cuando nos conocimos y yo solamente dije: “Sabe?, Yo creo que es engañosa, como Crick lo reconoció, sus modales podían haber sido protectores. Franklin mostró una torpeza dolorosa para responder intuitivamente, divida a su poca estimación hacia el hombre y hacia el consejo de Crick en ese encuentro. Entonces, inevitablemente, Chargaff llamo la atencion de Crick.
Llegó a Cambridge a fines de mayo. John Kendrew organizo una comida en el Peterhouse, su colegio, en la que presento a Watson y Crick con Chargaff. Una reunión de tres hombres más propensos al desprecio volátil seria difícil de imaginar. Los tres recuerdan vivamente el encuentro. “El hizo mofa de mi pelo y de mi acento, ya que yo venia de Chicago y no tenia posibilidad de actuar de otra manera - escribió Watson en la doble hélice -. El punto culminante en la burla de Chargaff llego cuando Crick no recordaba las diferencias químicas entre las cuatro bases...”
Sin embargo, a pesar de que pudo equivocarse en alguna ocasión, Rosalind demostró ser un verdadero ejemplo de una mujer preparada e incansable en un mundo en el cual era muy dificil que las mujeres intervinieran, el mundo de la ciencia.