Del progreso al atraso

20 de mayo de 2000

El 16 de agosto de 1996 significó para el pueblo dominicano el inicio del camino a la modernidad, el desarrollo y la prosperidad. Desde sus mismos inicios, el gobierno del Presidente Leonel Fernández puso en marcha una serie de reformas tendientes a la modernización y eficientización de todas las esferas de la Administración Pública y a la vez, la realización de proyectos de infraestructura, cuya construcción no podía esperar más.

Hoy, a casi cuatro años del inicio de ese Nuevo Camino, podemos ver los resultados. Entre estos, cabe destacar: La muy necesaria Ley de Reforma de la Empresa Pública, y la consiguiente capitalización de las empresas de Corde, la CDE y el CEA, los cuales consumian gran parte del presupuesto de la nación, sin ningún beneficio tangible. Al mismo tiempo, se logró una estabilidad macroeconómica, con un vertiginoso crecimiento de la economía, el cual alcanzó el 7.8% en el periódo 1996-1999, con una tasa de inflación que apenas rondó en un 6.3%. Asimismo, disminuyó la tasa de desempleo, de un 16.7% en 1996 a un 13.8% en 1999, esto como resultado de la creación de 440,000 nuevos empleos.

Esto trajo un aumento en el nivel de ingredo de la población, aumentando el PIB per cápita de US$1,700.00 anuales a más de US$2,200.00. También aumento significativamente la inversión extranjera y para asombro de muchos, la deuda externa de la República fue reducida en unos 1,071 millones de dólares.

Por otro lado, un excelente manejo de la política fiscal, y la modernización de los medios de recaudación dieron como resultado que los ingresos fiscales del Estado aumentaran de RD$23,188 millones en 1996 a más de RD$50,000 millones, sin que se haya tenido que recurrir a la creación de nuevos tributos.

Los avances en la política exterior son innegables. Se ha roto el aislamiento internacional en el que estaba sumido el país, pasando a tener una participación activa en las esferas internacionales.

El gasto social aumentó de un 5.2% del PIB a un 7.8%. Por ejemplo, en el area de educación, se ha logrado que el programa de desayuno escolar alcance las 1,200,000 raciones diarias, si olvidarnos que el sector salud fue beneficiado con la remodelación de los más importantes hospitales del país. Los sueldos de los servidores públicos crecieron, teniendo esto como resultado un incremento en el nivel de vida de este.

Las infraestructuras construidas y los servicios creados y/o mejorados fueron de gran trascendencia. Podemos citar la construcción del viaducto de la 27 de Febrero, obras similares en la avenida John F. Kennedy, la remodelación de hospitales y escuelas, de oficinas públicas, puentes y carreteras, como la que se contruye para unir a Santiago con Navarrete. Tampoco nos olvidemos del servicio de autobuses de la OMSA que benefician grandemente a los usuarios del transporte público; pero que dicha implementación le ganó al Gobierno el repudio de los secotres choferiles.

Las Fuerzas Armadas y la Policia Nacional fueron muy favorecidas en la gestión de Gobierno que concluye el 16 de agosto. Los salarios de los militares y policias aumentaron. La Fuerza Aerea, el Ejercito y la Policia adquirieron nuevos equipos, desde aviones y helicópteros hasta nuevas motocicletas y carros.

El sector Justicia puede quedar fuera de la lista de logros de este Gobierno. La profunda reforma del Ministerio Público ha ayudado a consolidar el Estado de Derecho. Hoy en día, hay Fiscales en casi todos los destacamentos, con la sola intención de proteger los derechos y prerrogativas de los detenidos. A la vez, en este grandioso gobierno se sentaron las bases para que en agosto de 1997 pudiera ser elegida una nueva Suprema Corte de Justicia, cuyo trabajo extraordinario se ha reflejado en una justicia más agil y transparente.

Ahora bien. Desde su inicio, el Gobierno tuvo que soportar una oposición hostil. Desde el Congreso de la República el PRD se esmeró en bloquear muchos proyectos de ley tendientes a nuevas y necesarias reformas, solo tenemos que recordarnos del préstamo para el acueducto de la linea noroeste, o de la ley de presupuesto de 1997. Dicho partido a la vez atacó incesantemente por los medios de comunicación todas las ejecutorias del gobierno, con la única intención de proyectar al pueblo una mala imágen de la presente Administración, y hacerles creer que las reformas que se han hecho son perjudiciales. Por ejemplo, lo relativo a la Ley 141-97, sobre Reforma de la Empresa Pública, la cual fue aprobada con el voto favorable de la bancada perredeista en ambas Cámaras; sin embargo, tan pronto fue puesta en práctica la ley, el PRD criticó severamente el proceso, alegando que se estaba vendiendo el patrimonio nacional a precio de vacas muertas.

Aprovecho este medio para felicitar el PRD por su excelente capacidad para manipular la opinión pública, sobre todo, a los sectores más empobrecidos, analfabetos e incultos de la nación (que por cierto, estos representan la mayoría).

Como resultado de todas las tergiversaciones, manipulaciones, señalamientos y ataces sin fundamentos, el PRD logró una gran acogida en el electorado nacional. Dicha acogida dió como resultado la elección de estos al Gobierno; los mismos que llevaron a Guzmán a suicidarse y destruyeron a Jacobo Majluta, los mismos que en 1982 prometieron manos limpias y terminaron en la cárcel, los mismos que en 1986, despues de su brillante gestión rehabilitaron políticamente a Joaquín Balaguer, los mismos que enfrentaron a tiros a un pueblo hambriento aquel funesto 24 de abril de 1984.

Sin embargo, el pueblo dominicano olvidó, y fruto de este olvido, prefirió erroneamente el 16 de mayo tragarse el veneno que el Partido Revolucionario ha venido colocando en sus 14 años en la oposición. El pueblo ha preferido cambiar el camino del desarrollo por el camino del atraso, lo que me lleva a creer que los dominicanos no tienen consciencia cívica y son incapaces de pagar el precio del progreso. Dentro de cuatro años verán que tengo la razón.

Para concluir, felicitó al Presidente Leonel Fernández por la brillante gestión de gobierno que realizó, y que este seguro de que el 16 de agosto se podra ir del Palacio Nacional con la frente en alto y la satisfacción del deber cumplido. Hoy, el pueblo le condena a usted y a su partido, PERO LA HISTORIA LOS ABSOLVERA.


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