¿Acaso creés vos mientras recibís esta historia directo en tu computadora que por dar un ejemplo las revoluciones no pueden salir de un bar lleno de parias y depresivos bohemios? De los bares como esos no sólo salen las revoluciones sino que también salen buenas ideas, salen asesinatos, salen ideas horribles, salen deportistas, salen proyectos y por sobre todo salen borrachos.

Por supuesto que eso no es algo ligero. Detrás de un borracho hay, aunque a veces cueste pensarlo, una persona con una historia. A veces esa historia es la que condiciona la ingesta de bebida. A veces no es tanto el pasado sino el futuro lo que lo condiciona. A veces la alegría, a veces la tristeza. El alcohol en esta sociedad se ha transformado en un remedio. ¿Es el remedio peor que la enfermedad? Cuestión de cada uno. ¿Puede considerarse un progreso transformarse en un borracho? ¿O siempre debe ser considerado algo malo? Por lo menos el borracho da una respuesta. Eso lo convierte en mas valiente que un suicida. Pero el suicida decide no joder a los demás. Eso lo convierte en mejor persona que un borracho. Un borracho por alegría no le hace mal a nadie (por lo menos a nadie más que a sí mismo). Sólo hacen mal las exageraciones y el descontrol. Las exageraciones implican cálculo. ¿Es bueno ser cauto y calcular o eso lo convierte a uno en un cagón?... y no calcular ¿no sería ser un idiota y poco previsor?

La ingesta de etanol produce el emborrachamiento. El etanol se transforma en un aldehído denominado etanal, que a su vez se va transformando en ácido a medida que se oxida. Esa sustancia produce pérdida de equilibrio, lo que se aprecia en que la vista suba interminablemente, y reacciones fisiológicas que tienden a desconectar las reacciones concientes y hacen que llegado un punto uno luego no pueda recordar qué es lo que hizo, además de que puede producir vómitos. Posteriormente a una ingesta excesiva de alcohol se produce un malestar conocido vulgarmente como resaca. El uso muy continuado de alcohol produce una enfermedad denominada alcoholismo.

Todo esto es químico, fisiológico, determinado por una naturaleza de la que no podemos escapar. Detrás de eso hay algo que escapa a la ciencia exacta y que es la decisión personal. Las ganas de abstenerse, de tomar, la decisión o no de cuánto, la razón o no para hacerlo y la responsabilidad de ser uno quien decide sobre su propia vida y cuerpo. Y ahí es donde radican las revoluciones, los asesinatos, las ideas, los errores y los proyectos. No importa que se trate de un bar bohemio lleno de parias. Por el contrario. Allí es donde suelen ocurrir las cosas más interesantes porque sus miembros son los más alejados de los modelos ideales que las ciencias construyen para facilitar un estudio que pierde así legitimidad. En detrimento de lo racional y lo matemático, allí prevalece lo puramente humano, y una página escrita sobre esos lugares dice más que una enorme biblioteca científica llena de fórmulas y de leyes.