La literatura del futuro
La imaginación humana siempre quiere ver para adelante. Qué será del futuro. Qué tipo de tecnología habrá. Máquinas teletransportadoras, autos que vuelan, robots y aparatos que hidratan una pequeña pastilla redonda y la convierten en una pizza son algunos de los testimonios de esa curiosidad. Nunca falta quien dice que todo está inventado. Tampoco falta un nuevo invento que lo refute, pero aun así esa gente sigue existiendo. ¿Por qué? Porque no podemos mirar el futuro desde los ojos del presente así como no podemos comprender el pasado si no nos despejamos de nuestra visión actual de las cosas. El ser humano atrapado en la instantaneidad del momento. Si a un chico se le ofrece un chocolate ahora o dos en diez minutos, el chico preferirá uno ahora. Con el tiempo borramos esa forma de ver el mundo y construimos una nueva de cálculo, previsión y racionalización. Pero en el fondo, detrás de toda esa arquitectura ficticia seguimos siendo ejemplares de la especie humana. Seguimos siendo animales y seguimos manteniendo un instinto que cuando menos esperamos nos sorprende con su aparición.
Ante todas esas imaginaciones del futuro se dejó sin embargo siempre de lado algo que en la historia humana es crucial. La producción verbal narrativa. Un vistazo a la historia nos muestra que la tecnología influencia más a esa producción de lo que la producción misma influencia a la tecnología. No fue a raíz de la producción verbal oral narrativa que se inventó la escritura, sino que la escritura permitió que esa producción pudiese ser pasada por escrito. A medida que la escritura discontinua, la letra itálica y otros avances facilitaron la producción escrita, comenzaron a escribirse crónicas y obras en prosa que sólo podían ser trasmitidas y compuestas por escrito ya que no podían ser memorizadas como las canciones antiguas. La música había nacido para suplantar la falta de escritura y por alguna razón afortunada para nosotros perduraría hasta nuestros días. No fue la novela la que motivó la creación de la imprenta, sino la imprenta la que motivó la expansión de la novela, que cuando el papel era más caro y el método lento de difusión manuscrita estaba en pleno auge era inconcebible. La tecnología no ha dejado de cambiar desde entonces. En la actualidad, los medios electrónicos se perfilan como el futuro medio de comunicación por excelencia y ha reemplazado muchas veces al papel. Sin embargo aun no se ha explotado todo el potencial que este soporte material tiene para con la producción verbal. Muchos libros han sido digitalizados, la computadora ha cambiado la forma de componer libros y hoy día los blogs son un fenómeno en expansión. Sin embargo aun no se ha desarrollado una literatura enteramente digital. Nuestra hipótesis es que una explotación de ese campo podría darnos una idea de cómo sería la producción verbal escrita con finalidad artística o literatura (vamos a obviar los problemas que la palabra literatura nos presenta) en el futuro.
A diferencia del libro, con su carácter lineal, principio y fin, los medios electrónicos permiten un manejo más fragmentario de la narración. Permite que el lector navegue por la obra de la misma forma en que navega por Internet o hace zapping en la televisión, viendo los fragmentos que le apetecen de cada cosa. A su vez, los medios electrónicos permiten una obra rizomática, sin fin ni comienzo sino con líneas de fuga. Un complejo entramado narrativo que no tiene por qué leerse completo ni en un orden específico y que no tiene por qué tener una visión unificadora e individual de la narración. La literatura posmoderna, como podríamos llamarla (la literatura moderna sería la que tiene formato en el libro), es plural. Por eso hemos formado un grupo de cinco escritores para llevar adelante este experimento. El autor individual da paso en esta literatura a la pluralidad. Si la literatura del futuro será como este experimento es algo imposible de saber, pero esperamos que este trabajo plantee la pregunta y se aceptarán todo tipo de trabajos críticos y teóricos que enriquezcan este debate al que nos gustaría dar aquí lugar, con la sola intención de apostar a una nueva literatura de la misma forma en que algunos autores medievales apostaron a la literatura en lengua vulgar, a pesar de los prejuicios de la gente que por escribir en latín se daba a llamar sabia, fundando así una tradición literaria que perdura hasta nuestros días.
(08/06/07)