El sentido de las cosas

En una ciudad, a unos hombres que labraban la piedra en una plaza, les preguntaron un día:

- Tú, ¿qué haces?
- Estoy picando piedras -contestó el prrimer hombre sin levantar la vista.
- ¿Y tú? -le preguntaron al segundo. - Estoy trabajando -contestó alicaído.
- ¿Y tú que haces? -interrogaron al terrcero.
- ¿Yo? -dijo sonriendo con su rostro illuminado y la piedra entre sus manos- ¡Estoy construyendo una catedral!

Aquí esta el secreto más profundo para saber si la vida la vivimos nosotros gozosamente o si la amargura nos envuelve en lo que realizamos.

Podemos picar piedras todos los días. Podemos acudir a nuestros trabajos moviéndonos como autómatas. Podemos fatigarnos procurando el dinero o el pan de nuestros hijos. Podemos vivir neuróticamente creyendo que nuestras metas son las cuentas bancarias y las inversiones.

Sí. Podemos "sobrevivir" de ese modo. Pero permanentemente nos estaremos estrellando contra una roca que nos despedaza. Y además, una sensación de vacío habitará en nuestro interior.

La sabiduría de la vida está precisamente en tener el gozo de "construir una catedral", de tener proyectos y sueños amplios, de trascender a lo cotidiano.

Cada hombre debe soñar un proyecto de vida, y no desmayar hasta que ese proyecto se realice.

Convendría que cada uno de nosotros diariamente pudiera responder a esa pregunta: ¿Tú, qué haces?

De nuestra respuesta depende el gozo o la tristeza con que vivamos.


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