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 Huele
        a mito adolescente 
         
         
        Mayo,
        2005 .... 
        Un año clave fue 1989 cuando Sub Pop Records da a conocer una obra
        rudimentaria pero que sería decisiva. Su nombre era Bleach y
        había sido grabada por Nirvana, grupo originario de Aberdeen, un pueblo
        de leñadores cercano a Seattle. Kurt Cobain, su líder, había pasado
        la adolescencia embebido con el rock y la guitarra eléctrica; en la
        música encontró un refugio al mundo real desde el que muy joven se
        sentía rechazado, extraño. Desde entonces el rubio guitarrista hizo
        migas con Chris Novoselic, producto, como él, de un hogar desecho. Muy
        pronto se les unió Pat Smear. Ni con mucho Bleach fue un éxito
        pero tuvo efectos importantísimos en la comunidad indie (1) que
        afanosamente buscaba nuevas --pero también talentosas-- figuras en la
        escena de Seattle. ...... 
        En agosto de 1991 terminaron las sesiones de grabación de un disco que
        se pensaba sería de mucha fortuna si se encontraba con un público
        masivo. El álbum fue producido por Butch Vig, quien junto con Steve
        Albini se habían convertido en artífices del sonido grunge a
        inicios de los noventa. Vig fue escogido personalmente por el líder de
        esa organización. Naturalmente ese personaje era Cobain y Nirvana era
        el nombre del grupo. Así pues, para octubre Nevermind salió a
        la venta pero no sorprendió a los críticos quienes estaban más
        enfocados en el gangsta rap de Snoppy Dogg, Ice-T e Ice Cube. 
        El que soltó la bola de nieve, como era de esperarse, fue MTV, canal
        que mandó a Nirvana a la estratosfera de popularidad, y con ello
        arrastró a todos los grupos que estaban cultivando el grunge. El
        video del tema “Feels Like Teen Spirit” no tardó en convertirse en
        uno de los más solicitados mientras que Nevermind subía sin
        cesar las escaleras del Billboard. Desde un principio el sonido
        de Nirvana cautivó a los críticos dado que esas canciones comenzaban
        con cierta suavidad y de repente estallaban como ataques de rabia y
        volvían a ser apacibles (el efecto puede apreciarse no sólo en “Teen
        Spirit” sino en “Lithium” aunque en “Territorial Pissings”,
        por ejemplo, la furia nunca disminuye). Estos mismos críticos
        calificaban al sonido de Nirvana como “un reflejo de los jóvenes
        asqueados de su entorno social”, por citar un ejemplo, aunque la
        realidad no tenía tantos retruécanos: la música de Nirvana era
        solamente un reflejo de la personalidad de Cobain. 
        Para fines del 91 Nirvana ya estaba de gira en Europa, donde fue
        recibido con más furor que en su propio país. Nevermind
        alcanzó altísimas ventas en Alemania, Italia y España y aun los
        Balcanes, región que por entonces atravesaba por una espantosa guerra
        civil. También en Suecia, Holanda, Dinamarca y Gran Bretaña Nirvana
        demostraba que el grunge era un lenguaje internacional aunque hay
        que reconocerlo --y dado que ninguno de sus imitadores alcanzó a
        hacerle sombra-- su manifestación químicamente pura era producto
        exclusivo e irrepetible de Kurt Cobain. ....... 
        Nirvana siguió aprovechando la fama que les había traído el Nevermind
        y que los hizo famosos en sitios como Israel y la India. Para Cobain
        había sido un año de claroscuros: se casó con Courtney Love,
        vocalista de Hole y con quien aparentemente tenía muy poco en común.
        Love había iniciado su carrera desde mediados de los ochenta con un
        grupo de corto alcance donde también procedía Kate Bjelland,
        integrante de Babes in Toyland. Poco después del matrimonio nació su
        hija Francis Bean lo que aparentemente traía por fin la felicidad a la
        atormentada alma de Cobain. Pero no fue así; este prodigio del grunge
        había recibido tan rápido la fama que nadie se dio cuenta de lo que
        presagiaba una de sus letras “me odio a mí mismo y quiero morir”. 
        Los problemas empezaron con su compañía disquera, la DGC, subsidiaria
        de Geffen Records, cuando ésta rechazó algunos títulos para su nuevo
        disco. La revista Newsweek difundió la nota y provocó al ira
        del grupo, que la calificó de “sensacionalismo”. Con todo, In
        Utero salió a la venta a mediados del 93 y contenía “Rape Me”,
        una de las canciones que aparentemente habían sido objetadas por la
        DGC. El disco fue devorado por los fanáticos ansiosos de nuevo material
        de Nirvana pero rápido detectaron que el In Utero era de calidad
        inferior al Nevermind, no sólo por la calidad musical sino en
        las letras. Un crítico refirió, en palabras que luego serían
        proféticas: “Cobain parece estar cansado de la música, e incluso,
        sin ganas de vivir”. 
        Ciertamente Cobain había perdido la brújula. Para sus fans iniciales
        que creían que se había “vendido” al establishment”, se
        fotografió para la revista Rolling Stone con una camiseta con la
        frase “Corporate magazines still suck” (las revistas corporativas
        aún apestan) como señal de que, si bien se estaba sometiendo a las
        reglas del showbizz, su alma rebelde se mantenía incorrupta.
        Pero al mismo tiempo no dejaba de firmar contratos que lo ataban más y
        más a ese mundo que él --como quedó asentado en sus diarios,
        publicados en el 2002-- decía detestar. 
        En 1994 Cobain concedió una entrevista a esa misma publicación. El
        reportero era Michael Azerrad, quien había publicado Road to Nirvana,
        una biografía autorizada del grupo. En la entrevista Cobain afirmaba
        estar “más feliz que nunca en mi vida” y agregaba que los problemas
        conyugales con Love así como un aparente intento de suicidio en Roma (y
        al cual su representante había llamado “una sobredosis accidental de
        licor”) “ya no tenían razón de ser”. Pocos meses antes Nirvana
        había grabado el Unplugged in New York para la cadena MTV --otro
        ente corporativo, a propósito-- y con el grupo mostraba una faceta muy
        distinta, cálida y distante del sonido del Nevermind. Cobain
        agregó estar “orgulloso de ese trabajo”, inspirado, “en el
        balance con lo acústico que ha logrado Michael Stipe” (el vocalista
        de R.E.M.) y con quien Cobain tenía proyectado colaborar para fines de
        ese año. 
        .... 
        En abril del 94 sucedió lo que muchos habían previsto: tras haberse
        escapado de un centro de rehabilitación, el cuerpo de Kurt Cobain fue
        encontrado en su casa de Seattle por un electricista. El cantante se dio
        un escopetazo en la cara; en su nota suicida afrimaba que “en todo
        este tiempo y por razones que no entiendo, no he podido disfrutar del
        aplauso y adoración de los fans como le sucedía a Freddie Mercury”.
        Su suicidio causó un shock en la comunidad grunge de
        Seattle, o más bien de todo el mundo. Quienes conocieron a Cobain le
        escucharon decir varias veces que quería quitarse la vida pero no
        creían que hablaba en serio. 
        Fue además un golpe devastador contra el género que de repente había
        perdido gran parte de su razón de ser: ¿valía la pena continuar con
        la bandera de alguien que siempre mostró su repudio a la sociedad
        convencional pero que fue el primero en renunciar a sus ideales? ¿Cómo
        era posible --argüían los críticos-- que un compositor que reflejó
        en su música con bastante claridad la desesperanza de millones de
        jóvenes en un entorno que no los toma en cuenta se haya despedido de
        este mundo de una manera tan contradictoria? 
        En el fondo, y en algo que coincide la mayoría de los perfiles de su
        personalidad, Cobain era un alma atormentada incapaz de evolucionar
        emocionalmente; el tema “Feels Like Teen Spirit”, lejos de ser un
        grito de batalla por la reivindicación adolescente, alude a un
        desodorante. 
        Kurt Donald Cobain creció en un hogar feliz hasta los siete años y
        pertenecía a esa clase media que resultó duramente golpeada por la
        recesión norteamericana de los setenta. Tras el divorcio de sus padres
        Cobain quedó al cuidado de su madre quien debido a su trabajo le
        prestaba poca atención a su hijo. Las mayores humillaciones las sufrió
        el futuro Nirvana en la escuela donde era visto como “bicho raro”
        dadas su vestimenta y comportamiento; Cobain dejó ese mundo desde la
        adolescencia para no volver más. Hay una fotografía de Cobain tomada a
        principios de los ochenta. En ella el guitarrista aparece sentado sobre
        una cama mientras, sonriente, ve directamente a la cámara. Tiene
        puestos unos audífonos conectados a la guitarra y a su alrededor se ve
        ropa tirada así como una caja de cartón que contiene muchos discos LP.
        Es el Cobain en camino de convertirse en músico profesional y no sólo
        un mero escucha. Su sonrisa también dejaba ver el idealismo y
        admiración que Cobain sentía hacia sus héroes. Aunque en su nota
        póstuma haya dicho que como estrella del rock no había encontrado la
        felicidad, lo cierto es que el haber tomado ese camino fue por decisión
        propia. 
        Cobain batalló mucho para superar el divorcio de sus padres y quizá
        nunca lo consiguió. En varias entrevistas su viuda Courtney Love ha
        aceptado que la relación con Cobain era a veces “de madre-hijo” y
        que a veces éste asumía actitudes de “niño malcriado”. El
        problema es que las riñas eran cosa seria y a veces implicaban amenazas
        con arma de fuego (Cobain fue multado por portarlas sin licencia) lo
        cual, azuzado por el consumo de drogas de ambos, vaticinaba un final
        trágico. 
        La carta póstuma de Cobain corrobora su inmadurez emocional: todos son
        culpables o responsables de que se haya pegado un tiro, ya sean su
        estómago, los fans, Freddie Mercury, la fama y sus desengaños, la
        prensa... Son más bien berrinches, corajes y pataleos de alguien que,
        en primer lugar, escapó de un centro de rehabilitación y, segundo,
        culpó a los demás por haberle permitido tener acceso a armas de fuego,
        Sin el devastador efecto de las drogas en su cabeza al momento de jalar
        el gatillo de la escopeta, ¿habría caído Cobain en lo insulso de sus
        argumentos como para no atentar contra su vida? 
        Apenas una semana antes del suicidio salió a la venta el nuevo álbum
        de Hole titulado Live Through This (Tener que pasar por todo
        esto). Era un esfuerzo, según la propia Love, que siempre contó con el
        apoyo de su esposo, sin embargo el título del disco adquirió tintes de
        sarcasmo tras el suicidio del guitarrista (y el álbum, a propósito, no
        es muy bueno; a ratos parece ser un producto que no terminó de cuajar). 
        El grunge había quedado huérfano, y con él también quedaba en
        evidencia que la búsqueda urgente de un sustituto. Mientras llegaba ese
        momento DGC Records anunció la salida del Unplugged in New York,
        disco grabado en octubre del 93 como producto de bajo perfil pero que
        tras la muerte de Cobain pasó a ser un documento que garantizaba altas
        ventas. La sorpresa del Unplugged era que mostraba a Nirvana en
        un proceso de evolución donde dejaba entrever las influencias del
        grupo, evidentes en su versión del “The Man Who Sold the World” de
        David Bowie y a la que Cobain le dio un giro muy personal; otras
        canciones como “Pennyroyal Tea”, “About a Girl” y “Where did
        you Sleep Last Night” fueron prácticamente reescritas para su
        versión acústica. Otra sorpresa fue su versión del “Jesús doesn’t
        Want me for a Sunbeam”, tema religioso donde el acordeón de Kris
        Novoiselic sobresale de manera notable. 
        Nirvana era mucho más que el grunge, y el Unplugged in New
        York mostraba que el grupo venía a ser un huevo de oro --para
        decirlo de algún modo-- dentro del rock internacional. Su propuesta
        musical expresada en este álbum prometía más gemas interpretativas
        que quedaron, tristemente, como mera conjetura tras la muerte de Cobain. 
        “Ahora
        ya se unió a ese estúpido club”, dijo la madre de Cobain después de
        su suicidio, en referencia a otras figuras del rock que atentaron contra
        su vida, entre ellos Janis Joplin, Keith Moon, Jimi Hendrix, Sid Vicious
        y “Bonzo” Bonham. 
        Es en este punto donde Cobain cumplió el ritual para convertirse en
        icono y que él mismo escribió en su nota póstuma con la frase “es
        mejor consumirse en el fuego antes que desaparecer”. Porque si bien
        Nirvana presentaba una asombrosa evolución, las relaciones entre
        Cobain,  Novoselic y Grohl
        habían empeorado desde la salida del Nevermind al punto en que
        ya se hablaba de una ruptura antes de ocurrir la muerte de Cobain.
        ¿Qué habría aportado un material de Nirvana sin este compositor? Otra
        pregunta que quedará sin respuesta. ---- (1)
        Término que define a los grupos, disqueras, público, revistas y clubes
        independientes de los grandes consorcios; indie es el apócope de “independent”. ---------- (Extractos
        del capítulo Los Tótems del grunge incluido en el CDROM-book Rock,
        Pop: sus facetas 1965-1995 por Oscar Fernández)  Copyright 2005
 
         
         
         
         
         
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