LA MEMORIA Y LAS MOSCAS por Fernando Castro Chávez.

LA MEMORIA Y LAS MOSCAS

La pequeña mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) ha sido objeto de amplios estudios genéticos durante todo este siglo, se debe a que sus larvas tienen cromosomas gigantes en sus glándulas salivales fáciles de analizar. Interesante es la forma en que aislaron los genes relacionados con la memoria en ellas; se meten las moscas en un recipiente con una sustancia aromática, se retira ese aroma y se introduce otra sustancia con un aroma diferente, el cual va acompañado con una ligera descarga eléctrica; se pensó que si las moscas aprenden a asociar el toque eléctrico con un aroma acompañante y no con el otro, entonces deberían alejarse del primero.

Precisamente ese alejamiento se observa al colocar a las moscas en una cámara central conectada a dos compartimentos con los dos aromas, éstas se dirigen preferentemente al espacio del aroma no asociado con los choques eléctricos.

¿Cómo detectan los investigadores cuáles son los genes que permiten éste comportamiento?, para lograrlo, se someten los huevecillos a un tratamiento que dañe un poco a los genes, de tal forma que algunas moscas nacen con los procesos de la memoria alterados, las cuales son incapaces de recordar el olor que se asocia a las descargas, otras moscas sí asocian el aroma a las descargas eléctricas inmediatamente después de haber sido sometidas a ellas, per rápidamente lo olvidan. Finalmente se comparan los cromosomas y sus bandas en una mosca sana, con los de una mosca olvidadiza y con los de una mosca amnésica.

Los trabajos genéticos en ésta mosca (Drosophila melanogaster) los inició Thomas Hunt Morgan a principios del Siglo XX, y en ellos pudo comprobar las Leyes de Mendel así como descubrir otras muchas cosas más (la herencia ligada al sexo, etc.).

Referencia:

COMUNICA - CIATEJ - CONACyT 9(11), Junio 23 de 1997. Guadalajara.

Nota adicional:

Es muy importante recordar que Mendel señaló que: "Las especies han sido prefijadas con límites más allá de los cuales no pueden cambiar", y ya son muchos los años en los que los científicos trabajan con incontables generaciones de mosquitas de la fruta y de bacterias, obteniendo siempre mosquitas de la fruta y bacterias, lo cual comprueba lo que escribió Mendel. Sí, los científicos les insertan genes artificialmente (produciendo organismos transgénicos), pero siguen siendo lo que son. Pretendiendo inicialmente rebatir las leyes de la herencia descubiertas por Mendel, T. H. Morgan terminó siendo quien más contundentemente las confirmó.

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