Jheronimus Bosch, El Bosco

Mesa de los siete pecados capitales

Óleo sobre tabla 120 x 150, 1475 - 1480, Museo del Prado, Madrid.

 

la disposición circular de la pintura medieval es muy rara hasta la aparición de este cuadro de El Bosco. Nos encontramos con un círculo central rodeado por cuatro círculos más pequeños, los superiores representan el momento de la muerte y a su derecha el juicio final. El círculo de la parte inferior izquierda representa al infierno siendo el útil círculo una representación del paraíso. No es de extrañar la presencia de esta simbología en torno a los pecados capitales si consideramos la fuerza moralizante del medioevo, relacionada siempre, con la salvación como fin y sentido de la vida humana. En el centro un ojo vigilante que por cierto es de Dios  En el centro un Cristo erguido saliendo del sepulcro y venciendo a la muerte, se rodea por un iris que nos conecta con una divinidad solar que toma de el astro rey toda su significación. Al rededor las escenas muy bien planificadas de los siete pecados capitales. En un lugar privilegiado: la ira, destronando a la tradición medieval que pone a la soberbia como el primero entre los pecados. Luego, de izquierda a derecha, y rotulados en latín, la soberbia, La lujuria, la peraza, la gula, la avaricia y, por ultimo, la envidia. No queremos obstaculizar la imaginación del lector dando una descripción e interpretación de cada escena. Las imágenes de El Bosco hablan por sí solas.

 

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