Dr. Angel Rodriguez Kauth (*)
El Siglo XX no ha sido otra cosa -en el decir en que se expresa la filosofía popular a través del tango- que un Cambalache, según lo afirman los sabios versos de Enrique Santos Discépolo; es decir, un amontonamiento de objetos de diferentes calidades y sustantividades, unos junto a otros, sin ton ni son, sin orden ni concierto alguno; pero, como dice la letra del tango, dónde todo "es igual y nada mejor", "lo mismo un burro que un gran profesor", como lo testimonia algunos versos de la letra de un tango paradigmático que se escribiera durante la primera mitad del Siglo XX en la porteña Buenos Aires. Este expresión del sentir y pensar popular significaba, allá por los lejanos años '30 que los valores existentes hasta entonces -los valores que valían hasta ese momento, en la tautología desarrollada por la concepción estética de M. Geiger (1941)- habían arribado a un punto de disipación y confusión total con respecto a lo que podía llegar a considerarse su autenticidad, si es que alguna vez tuvieron algo de auténticos.
Es necesario hacer la aclaración que aquella sabiduría de la que hacía gala la "filosofía" popular ha tenido una feliz -y no casual- coincidencia con los dichos y afirmaciones de los "sabios" contemporáneos de la intelectualidad instalados en el Primer Mundo, especialmente de los pensadores provenientes del continente europeo, lugar geográfico que no puede dejar de reconocerse -desde una lectura histórica- como el del nacimiento y desarrollo de la civilización "occidental y cristiana"; de lo que más tarde dio en conocerse como el espacio de la modernidad; aunque, simultáneamente, fue el ámbito en el cual durante el último siglo se cometieron las mayores y más terribles atrocidades imaginables, en términos de violaciones de los derechos humanos elementales (1), que reconozca la humanidad a lo largo de toda su historia oral y escrita.
No es cuestión de creer que con el final de la Segunda Guerra Mundial y con la consecuente derrota del nazismo y del fascismo en el campo de batalla; ni que con el derrumbe estrepitoso del stalinismo primero y luego del modelo político soviético, que trajo aparejado el fracaso del comunismo real y la finalización de la Guerra Fría, el panorama político mundial se haya hecho más alentador en cuanto a la esperanza de la vigencia de una paz extendida y duradera. El tercer milenio comenzó con la matanza de un colectivo de rebeldes musulmanes en Chechenia -territorio que perteneciera a la Unión Soviética- mientras los burócratas sentados en sus cómodos sillones de las Naciones Unidas miraban para otro lado -como si nada ocurriera, haciéndose los distraídos y perdiendo el tiempo en largas y profundas disquisiciones acerca de la paz- en tanto dejaban vía libre a los sistemáticos bombardeos rusos. Más aún, el Presidente de los Estados Unidos, B. Clinton, llegó al extremo de comparar la campaña militar rusa en Chechenia con los esfuerzos de A. Lincoln -en su momento- por preservar la integridad del territorio norteamericano.
Simultáneamente, se acentuaban las violaciones de los derechos de los derrotados serbios, que continuaban sucediéndose en la península balcánica. Y no se está hablando de sucesos ocurridos en el Africa negra ni de los territorios insulares de la remota Asia oriental, lugares dónde se los puede observar como "naturales". Todo eso ocurrió en el territorio de la "civilizada" Europa, a las puertas de una cultura que se considera la más exquisita de todas las producidas hasta la fecha y que no se detiene en afirmar que ella vela para que no se produzcan atentados contra los derechos del hombre en todo el mundo (2), aunque pareciera que puertas adentro de su territorio las violaciones a los derechos humanos terminen en expedientes vacíos y empolvados por la prescripción del tiempo, el que es ayudado por la complicidad de los funcionarios políticos de turno que -en más de una oportunidad- pareciera que hubiesen perdido la memoria, o que ésta discurriese por extraños e insolutos senderos que conducen a un punto muerto. Entiendo que ya es hora que en el Tercer Mundo también nos pongamos a realizar tareas como las que llevó adelante el Juez madrileño Baltasar Garzón, pero no con ánimo de revancha -que él no lo tuvo en los casos de Pinochet, ni en el de los militares terroristas argentinos de la última dictadura (1976-1983), que reclamó internacionalmente para su juzgamiento efectivo-, sino como una forma legítima y de estricta justicia por mantener la continuidad histórica a las pesquisas por los horrendos crímenes que han cometido los Estados en nuestro Tercer Mundo.
No se trata de enfrentar a Europa con el resto del mundo, no es mi intención la de poner negro contra blanco (3), sino simplemente observar con sentido crítico como en todas partes "se cuecen habas" y que las habas que se cocinaron durante el último siglo en Europa no fueron precisamente habas, sino que se trató de hombres y mujeres de carne y hueso que eran cocinados en los incineradores que inventó el Tercer Reich; que sufrieron en los Gulags soviéticos y otros que, sin llegar a cocinarse, morían de hambre, frío y enfermedades curables, en los campos de concentración en los que se alojaba a los miembros de "razas perjudiciales" y a los "disidentes" políticos del régimen. Sobre esto fue paradigmático lo ocurrido en los campos de exterminio -entra tantos otros- de Auschwitz-Birkenau, Dachau, Buchenwald y Treblinka, como una forma de lograr la "solución final al problema judío en Europa", como también terminar con los disidentes políticos y con los prisioneros de guerra. Salvo el episodio de los luctuosos incineradores, del resto hubo ejemplos de tales aberraciones en todas las comarcas del planeta. Nadie está exento de culpas ni tiene derecho a arrojar la primera piedra (4).
Al reconocer el valor histórico y cultural de Europa en el nacimiento de la civilización occidental, no se lo hace en desmedro del valor de otras civilizaciones que existieron en el mundo conocido -y también en el desconocido por los europeos- de la antigüedad, en torno a lo que se le denominaba, por entonces, como el "Río", en alusión al actual Mar Mediterráneo. Fue en Europa dónde tuvieron lugar los grandes saltos cualitativos y cuantitativos del Renacimiento, del Humanismo y la Reforma; todos ellos movimientos intelectuales que tuvieron la intención de desacralizar de lo hasta entonces apreciado como sagrado, lo cual impedía a las personas la libertad de pensar con sus propias "células grises", hechos estos que condujeron, con posterioridad, al surgimiento de la Ilustración, también conocida como Iluminismo, es decir, de la "iluminación" de las mentalidades abotagadas entonces por una religiosidad oscurantista. Nótese que el término iluminismo, tanto en el idioma español, como en alemán, francés o inglés, tiene un significado pariente de "luz", o de "claridad". Es decir, servía para iluminar a la razón hasta entonces dormida por centenares de años, a la vez que despejaba las tinieblas intelectuales que cubrían a la época que salía del medioevo, merced a los esfuerzos del intelecto de quienes se inscribieron en éste pensamiento. El progresismo iluminista llegó a poner claridad ahí dónde era reina y señora la superstición, el fanatismo y la ignorancia, todos estos son los caminos seguros para la instalación de los perversos e insalubres prejuicios y los estereotipos, vale decir, en el reino de lo que sin eufemismo alguno se llamaba el oscurantismo.
Durante los siglos XVII y XVIII, al amparo del Iluminismo, surgió una filosofía que pretendió reemplazar a las tradicionales religiones judeocristianas a partir de la base del racionalismo. Se trataba del deísmo, que desacreditaba la versión religiosa de la revelación o de las enseñanzas bíblicas -o de cualquier texto religioso- para sostener que también era posible tener acceso al conocimiento religioso a través de la razón. En su racionalismo eran críticos acérrimos a las concepciones irracionales y sobrenaturales de las religiones en boga. Obvio es que tal presentación provocó reacciones intolerantes por quienes se vieron agraviados o cuestionados en la "verdad" de sus creencias, pero pese a todo ellos continuaron su "cruzada" liberadora contra la intolerancia y el fanatismo religioso, habiendo tenido los deístas una fuerte influencia en filósofos ingleses como J. Locke, D. Hume y, fundamentalmente, en el francés Voltaire. Sin embargo, como su nombre lo indica -deos, dios- seguían creyendo en la divinidad, aunque no con los atributos irracionales de las religiones de entonces en Occidente.
Para los intelectuales progresistas del iluminismo la suya era una tarea esencial de docencia, de enseñanza, con la que se abrirían las puertas del progreso no sólo a la sociedad francesa, desde donde se había lanzado la gran revolución política e intelectual, sino también hacia el mundo entero, pretendían una revolución universal. La misma tendría un objetivo preciso, cual era impulsar los contenidos de la ciencia que se estaba desarrollando para, con ella, lograr los objetivos de libertad, justicia y bienestar para todos. Más, cayeron en una trampa común a quiénes cometen la insensatez de la soberbia intelectual, ya sea porque se sientan "iluminados", al igual que los que creen que el Verbo divino les ha dado instrucciones para ejecutar en el mundo terrenal, ya sea en otros casos por la instalación del imperio de una racionalidad absolutista, o bien gracias a que momentáneamente cuentan con el apoyo mayoritario de la población. Todos ellos están -y han estado- transitando en los bordes de una concepción ideacional peligrosa: la de que el fin justifica los medios y, de esa manera, por ejemplo en el caso de los nombrados en segundo término -los racionales absolutos, que son los que aquí nos interesan- se arribó a la dictadura de los jacobinos que, al igual que cualquier dictadura, fue cruenta e impiadosa para quienes no pensaban o actuaban como ellos definían que era correcto; o, al igual que como "los iluminados", pretendían que se hiciera, o bien contra los que directamente se oponían a dicha forma de pensar y comportarse. Esto significó que en la propia Revolución Francesa -la de la libertad, igualdad y fraternidad- se pueda encontrar un antecedente sangriento de la imposición del pensamiento único que, por otra vías tanto o menos saludables, se han puesto de moda en la actualidad. Al respecto, C. Dickens (1859), hace una relato auténtico sobre las contradicciones de la Revolución de 1789, al expresar: "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, era la edad de la sabiduría, era la edad de la insensatez, era la época de creencia, era la época de la incredulidad, era la estación de la luz, era la estación de la obscuridad, era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperación...".
Con la filosofía de la Ilustración se acompañó de la mano un notable avance y progreso en los terrenos científico y tecnológico, desarrollos éstos que facilitaron la "conquista" del resto del planeta -por parte de los europeos- gracias a los progresos logrados en el campo de las comunicaciones terrenales -no satelitales aún- que permitió "... la explotación y conquista del planeta, el surgimiento del mercado mundial, las grandes olas migratorias, el crecimiento urbano, el intercambio de culturas extrañas y un consiguiente sentido de la unidad del género humano y de la universalidad de la historia" (Sebrelli, 2000).
Es imposible dejar de anotar que la conquista de los pueblos "primitivos y salvajes" no la hicieron los europeos bajo el signo de la tolerancia, concepto que se encuentra incluido dentro de una de las virtudes teologales del cristianismo -al cual adscribían devotamente los conquistadores de capa y espada-, virtudes aquellas como son la caridad y la misericordia, que son consubstanciales al concepto de tolerancia; más la misma no fue respetada con un criterio caritativo amplio y generoso. Agustín de Ipona, uno de los Padres de la Iglesia más notorios y con mayor influencia intelectual dentro de la misma, marcó el camino del principio "filosófico" práctico que decía "obligadlos a entrar", lo cual condujo a que durante el reinado del terror impuesto por el Tribunal de la Santa Inquisición se afirmara que con los infieles -judíos y árabes en la metrópoli ibérica- no era posible dialogar y, en consecuencia, lo mejor era "meter con fuerza la espada en su vientre".
Un conocido y reputado inquisidor del medioevo -Francisco Peña- llegó a reconocer públicamente el sentido político que tenían tales prácticas terroríficas, cuando dijo que "Debemos recordar que el principal propósito del juicio y la ejecución no es salvar el alma del acusado, sino lograr el bien público e infundir miedo a otros". La clave de esos ejercicios inquisidores estaba en el miedo, en transmitir e infundir miedo a los otros ... y hasta en ellos mismos, como una forma de evitar la temible herejía. Como se ve, poca diferencia existía entre tales afirmaciones y las prácticas de los genocidas europeos, americanos, asiáticos y africanos; debiéndose destacar que entre los dictadores latinoamericanos que asolaron la región y sin dejar territorio impoluto de sus cacerías humanas, la mayoría de ellos no perdieron oportunidad de comulgar -precaviéndose de hacerlo ante las cámaras de la televisión, para que el pueblo se enterase de cuán devotos eran- con sus rostros compungidos, como el de los más auténticos y moralinescos santurrones.
Esta conducta no es de extrañar en los laicos, si se tiene en cuenta que uno de los Papas considerados como uno de los más progresistas que han estado sentados en el Trono de Pedro, León XIII ya en el siglo XX, llegó al punto de justificar la pena de muerte dentro del ámbito de la Iglesia, diciendo que "La sentencia de muerte es un medio necesario y eficaz para que la Iglesia obtenga su fin cuando los rebeldes actúan en su contra". Es el mismo Papa que a finales del XIX redactara una Encíclica, la Rerum Novarum, estimada por algunos como un documento revolucionario, y por la cual fue considerado como el Papa social, por parte de los que todavía creen -con la ingenuidad propia de los cómplices, o de los imbéciles- que alguien va a incitar a una revolución, o rebelión, en contra de sus intereses por sólo escribir un documento donde dice que hay que proteger los derechos de los trabajadores. Su objetivo fue aparecer como una alternativa válida de salvataje en el seno del Partido Eclesiástico (Rodriguez Kauth, 1999) para así oponerse al progresivo y sistemático avance sindical y político de los movimientos obreros con bases anarquistas, comunistas y socialistas; los que no solo querían la revolución política, sino que también eran profundamente ateos y laicos en sus filosofía e ideología. Una prueba rápida de esto era que llegaban a proponer la expropiación de los bienes eclesiales, tal como lo hiciera en Argentina a finales del Siglo XIX, el Partido Socialista Obrero. Entre las argumentos centrales de esta filosofía política figuraba la confiscación de los bienes de la Iglesia hegemónica, y así lo expresó el preclaro pensador argentino José Ingenieros en múltiples textos, de los cuales es prudente consultar aquel que diera inicio al desarrollo de su pensamiento y que es útil para ejemplificar (Ingenieros, 1897).
Y así como desde la Iglesia Católica se perseguía, torturaba y mataba -generalmente en la hoguera- para proteger los intereses de la fe, también utilizaron otras estrategias espurias, como fueron la quema de libros y documentos que consideraban indeseables, cuya lectura calificaban de inconveniente, debido a que con sus letras interferían la "propagación de la buena fe". Algo semejante hicieron durante el Siglo XX los dictadores y tiranuelos de toda laya que asolaron a la historia contemporánea y, que en el caso de Latinoamérica, realizaron su propia Inquisición con el asesoramiento de los "catones" vernáculas -generalmente civiles ellos, ya que los militares poco y nada han leído en su vida, más allá de los manuales guerreros- que les eran provistos por el Partido Eclesiástico, que son quienes tienen la iluminación "divina" de conocer que es lo que la gente puede leer o, incluso, ver en un cinematógrafo o en el televisor, para lo cual utilizaban las tijeras a efectos de censurar las escenas impúdicas o ideológicamente inconvenientes, cuando no preferían evitarse la tarea de cortar el celuloide y directamente prohibían toda la película o la programación de la televisión.
Pareciera que el uso del fuego tiene un sentido mitológicamente purificador, de sus restos solamente se recogen cenizas y, a estas, las desparrama el viento. Además, el fuego tiene otra proyección, la de asustar, hacer sentir miedo a aquellos que tengan ganas de transgredir las normas eclesiásticas o traicionar al Partido. Esto lo vio así el Tribunal de la Santa Inquisición y por eso fue uno de los mayores consumidores de leña de la época. Quizás, la Inquisición se inspiró en el incendio que provocó Nerón en su Roma natal, para luego reconstruirla a su gusto. Pero ahí no terminaron los juegos del Emperador romano con el fuego, según cuentan los cronistas, él se anticipó a descubrir lo que luego se conoció como "los chivos expiatorios". A ellos los encontró entre los fieles cristianos de entonces, que eran una minoría de gente humilde que sirvió a sus propósitos como anillo al dedo, por lo que a muchos de los cuales no tuvo mejor ocurrencia que prenderles fuego para que ardieran como antorchas vivientes durante las noches de plenilunio, que servían de entretenimiento de los espectadores, que aplaudían y reían como lo hacían en los espectáculos del Circo romano, cuando los leones se devoraban a dentelladas a los cristianos sacados de las catacumbas.
Una figura semejante utilizó Hitler, casi dos milenios después, cuando ordenó el incendio del Reichstag, en febrero de 1933, por parte de las SA -siglas alemanas que significan Tropas de Asalto- y se culpó del hecho a un débil mental que transitaba por el lugar y que con un bidón de combustible había provocado la quemazón de un edificio de más de una manzana de diámetro, que era judío y, además, se le adjudicaba ser un comunista holandés. Y luego vendría el episodios conocido como "La Noche de los Cuchillos Largos", en 1934, dónde ya no se responsabilizó a judíos ni a comunistas, sino que se trató de una purga interna dirigida por Hitler, el Mariscal H. Goering y el jefe de las temibles SS -que significan "escuadrones de protección"-, H. Himmler, contra los opositores a la hegemonía que había adquirido Hitler en el movimiento nacional socialista para ese momento. A partir de 1934, las SS asumieron la conducción de todas las organizaciones policiales de Alemania, incluyendo a la policía secreta -la temible Gestapo- obteniendo el reconocimiento de independencia del resto de los poderes del Estado y del Partido, tanto que manejaron su propia estructura militar y de espionaje.
Hecho este largo paréntesis sobre el valor simbólico del fuego, retomaré las consideraciones de Sebrelli (op. cit.) acerca de las desviaciones iluministas de los progresismos de la época de entre guerras, señalando que también existieron hechos relevantes para el desarrollo del pensamiento creador y que no quedaron olvidados en la noche de los tiempos, aunque también es cierto que sus efectos se han ido larvando hasta nuestros días. Los valores humanistas en vigencia por entonces (5) fueron reemplazados por valores de contenido hedonista, materiales y -en consonancia con ello- el valor del hombre -en un cuadro eficientista en el marco contemporáneo del "endiosado" mercado- se encuentra en función de lo que sea capaz de producir y simultáneamente de consumir -una suerte de engranaje bien aceitado-, para que la cadena de enriquecimiento de unos pocos no se vea entorpecida por la falta de producción o consumo.
Es que desde que se dio por finalizada la "hipótesis de conflicto", existente entre el Occidente "civilizado" y la "barbarie" instalada en la ex Unión Soviética, pareciera que en lugar de ingresar al fin de la historia (Fukuyama, 1990), se está ante la presencia de un panorama psicosocial y psicopolítico pintado con altas dosis de pesimismo. Y ese pesimismo que transita el imaginario social no es fruto de la casualidad, como así tampoco es el producto de afiebradas mentalidades que perciben la presencia de demonios alojados por todos los rincones; no se trata de un estado paranoide que ha incubado en las fantasías delirantes y empezó a aquejar a la población mundial como un extraño virus de desarrollo espontáneo. Sino que los insistentes y reiterados episodios que se repiten permanentemente de exacerbada violencia racista -expresión de la xenofobia creciente que se está instalando en el cuadro de las diferentes sociedades- y la continuidad sistemática de testimonios de intolerancia nacionalista por parte de los separatismos, son preocupación hasta para los más ingenuamente optimistas.
Como ejemplo de esto último, recuérdese que el Siglo XX finalizaba con el triunfo del partido neonazi austríaco y que mostraba al Siglo XXI su inicio con dos hechos tenebrosos: a) los bombardeos contra la población de Chechenia por parte de los rusos y b) los tristemente célebres episodios de vandalismo xenófobo contra agricultores magrebíes en El Ejido, en la española provincia de Andalucía. Voy a dedicar una especial atención a éste último hecho.
El episodio fue tan "fuerte" que merece la pena de ser relatado con cierto detenimiento. Un joven magrebí de 22 años -L. F.- el 5 de febrero atacó a puñaladas a la joven española Encarnación López con el supuesto móvil de robarle: falleció en el acto. L. F. el día antes había sido asistido en un centro de salud mental, mientras sus amigos trataban de conseguirle un pasaje de regreso a Marruecos, ya que su estancia en España, según sus amigos, lo "desequilibraba". La noticia del episodio circuló rápido por el poblado y, poco después, miles de manifestantes encolerizados recorrieron las calles para atacar con palos y cuchillos a los inmigrantes, mientras destrozaban sus viviendas. Idéntica escena se repitió por tres días ante la mirada atenta de la policía -cómplice por omisión- contando además con la complicidad manifiesta del alcalde que, casualidades al margen, pertenece al mismo partido (el Popular) que gobernaba entonces y que tres meses después se impuso de modo indiscutible en las elecciones generales españolas. Algunos de los inmigrantes, ante el peligro que representaban las agresiones, se refugiaron en las montañas donde pasaron varios días sin comida y con agua no potable, hasta ser rescatados por la Cruz Roja. La mayoría de ellos se encerró en sus míseras viviendas esperando pasar desapercibidos para las hordas enfurecidas. Al segundo día se sumaron a la manifestación racista centenares de estudiantes secundarios de la zona y, todos juntos, recorrieron la ciudad quemando y destrozando las viviendas de los marroquíes que aún quedaban en pie. Centenares de vecinos nativos formaban piquetes para darle una paliza al primer "moro" que se cruzara por el camino. La inmensa mayoría del poblado -unos 50 mil habitantes- sin disimulo ofrecían sus simpatías a los agresores. Y la violencia comenzó a extenderse por la comarca, la cual contiene alrededor de unos cien mil habitantes más.
Por sus parte, del lado de los inmigrantes no todo fue pasividad y huida, después de ocurridas las primeras agresiones físicas y verbales dispusieron una huelga general e indefinida en las plantaciones (6). Pero no fue solo con huelgas que respondieron, también hicieron dos manifestaciones y quemaron seis invernaderos de propiedad de los lugareños. Con estos actos reclamaban que se pusiera fin a las agresiones de que eran objeto, a las amenazas de muerte recibidas, a la vez que repararan los daños a sus viviendas.
En este caso, se trató de dos comunidades que se necesitan económicamente de manera recíproca para su subsistencia, aunque se rechacen socialmente. Ni los españoles toleran a los "moros", ni estos soportan la explotación a que son sometidos. Debe tenerse en cuenta que aproximadamente el 55% de los marroquíes que trabajan en los invernadero del sur español carecen de agua corriente; el 57% de baño y cocina y el 31% no cuenta con luz eléctrica. ¡Y para eso es que se han ido a vivir al Primer Mundo!.
La lectura y análisis de estos episodios resulta ejemplar a fin de facilitar la demostración de cómo una comunidad rural, con tradición pobre -como lo era hasta hace pocos años la región en cuestión-, pudo enriquecerse merced al esfuerzo físico y psicológico de inmigrantes magrebíes que trabajaron en condiciones económicas deficitarias -y pueden considerarse de infrahumanas- en las plantaciones de los terratenientes locales; sobre todo si se trata de inmigrantes "sin papeles" -ilegales- en cuyo caso el salario es de la mitad del de los legales. A los ex campesinos españoles, ahora convertidos en prósperos empresarios, la riqueza les llegó como maná del cielo, convirtiéndose en un santiamén en ricos agricultores, gracias a la mano de obra barata -casi esclava- de los inmigrantes llegados del Magreb. Sobre los alojamientos dónde vivían los trabajadores, es posible añadir que solo un tercio de ellos podría ser considerado como humanamente "decente", la mayor parte de esas habitaciones eran construidos con techado de láminas de plástico, a la par que compartían esos pequeños espacios junto con los depósitos de herbicidas y plaguicidas (7). Sin embargo, el hecho de supuesta violación o robo y posterior muerte de una española dio pie a una "cacería de brujas" contra los magrebíes. Esas persecuciones atrajeron la atención -entre los incendios de las ruinosas viviendas de los magrebíes- del mundo entero con la vista puesta en aquella localidad, ignota comarca del planeta. Es preciso insistir en lo dicho: que la región de El Ejido debe su prosperidad económica precisamente a los inmigrantes norafricanos, con cuya fuerza laboral se pudo convertir en un emporio de alto rendimiento agrícola, sobre todo de frutos que adelantan su fecha de maduración para venderlos en el mercado con precios superiores a los de la estación. La actividad de los invernaderos suponen alrededor del 40% del Producto Bruto Interno de la Provincia y la cifra de mano de obra ocupada oscila en el 30%; además, el 40% de la producción en los invernaderos está destina a la exportación.
Estos tristes y lamentables hechos se produjeron en el mismísimo país que fuera bien descubierto y descripto por la mano maestra de Don Francisco de Goya, quien dejó con sus bellas pinceladas retratos imborrables -sobre todo en sus pinturas "negras"- del sufrimiento que padecía el pueblo español ante los atropellos de que eran objeto por parte de los poderosos de entonces, se llamaran estos Napoleón, Carlos, o cómo fuera.
Al iniciar un párrafo anterior se hizo de un modo que puede dejar en el lector la impresión de que los cambios de siglos, de años, de milenios o de lo que fuere, son una razón más que suficiente para que el orden -o el desorden- de cosas imperante se modifiquen mágicamente. Tan siquiera sospechar tal posibilidad es propio de un pensamiento troglodita, del tipo mágico-religioso que puede llegar a inferir que los saltos políticos y económicos se mueven al compás de lo que marcan los calendarios. Estos también son un invento humano y nada tienen que ver con las modificaciones o el mantenimiento de las condiciones de vida de los pueblos. Estos, los pueblos, son los protagonistas de la historia y, en todo caso, después de haberse producido las modificaciones sustanciales, se las recuerda con festejos que están reflejados en el calendario de celebraciones. ¿Porqué razón el 9 de noviembre de 1989 se produjo el alzamiento popular contra el Muro del Oprobio, en la dividida Berlín de entonces?. ¿Es que antes de ese episodio de protagonismo popular y soberano ésa fecha decía algo en la memoria histórica colectiva?. No, no decía algo que no solamente hiciera a las memorias individuales o familiares, recién después de 1989 ésa fecha va a ser celebrada por los amantes de la libertad.
Pareciera ser que a despecho de lo que tanto se ha escrito en innumerables artículos, libros y filmes (8) acerca de las necesarias enseñanzas que debiera dejar la historia de los hechos a la posteridad y del valor que las mismas tienen para que los pueblos -y los gobernantes- no vuelvan a repetir los errores semejantes a los que se produjeron en el pasado. Sin embargo, éste postulado docente ha caído en saco roto; da la impresión de que esas advertencias son sólo un delirio de intelectuales y que las mismas -las historias que atraviesan a hombres y a pueblos- no pueden ser fácilmente transferidas al sentir y al pensar de la gente común y corriente, como así tampoco son efectivas en muchos de aquellos que pretenden ser sus dirigentes políticos. Es que ésa "gente común y corriente", a la cual se admira desde una demagogia barata, resulta muchas veces insensible a los hechos que ocurren a su alrededor; los alemanes de la época del nazismo cerraron sus ojos ante el horror y el espanto de lo que ocurría en derredor de ellos, del mismo modo en que otras personas lo hicieron antes y después. Es que la gente común y corriente prefiere -por comodidad- no ver ni pensar en lo que acontece; además, hacerlo puede resultar peligroso para la cómoda vida burguesa que se transita cotidianamente.
Algo semejante a lo que ocurre en la contemporaneidad se vivió en el período comprendido entre la Primera y Segunda Guerra. Durante su transcurso parece que existió una suerte de menosprecio, de desdén, por los trágicos sucesos en Europa durante la Primera Gran Guerra y que tal menosprecio, tal ignorancia deliberada de lo que ocurre en las guerras -muertes, devastación, mutilados, huérfanos, desplazados, etc.- condujo a la entronización temporaria del nazismo (9) en Alemania, del fascismo en Italia, del stalinismo en la ex Unión Soviética, del franquismo en España y muchos etc., etc. más.
Para finalizar éstas líneas, es prudente aclarar que no soy de los que participan, ni comparten, la idea de que el mundo marche hacia una "derechización" política. Es verdad, existen indicios periodísticos de que así pareciera que es, como por ejemplo el triunfo del nazismo en Austria, o el éxito electoral de la Liga del Norte en Italia. Pero también cabe recordar que para la misma época se produjeron los triunfos electorales de una Alianza (10) en Argentina que en su discurso se oponía al estilo de gobierno conservador y de derechas que representaba el menemismo gobernante, aunque ellos a más de un año de gobierno son más de lo mismo -en lo social y económico- aunque con una discreción ética que el menemismo no tuvo; que en Chile ganaba el candidato socialista Ricardo Lagos contra los amigos del ex dictador Pinochet; y, que en el Perú, el Partido de derechas del cesarista Presidente Alberto Fujimori era virtualmente derrotado en su proyecto de fraude electoral para perpetuarse en el poder, merced a las movilizaciones populares y a la intervención internacional reclamando transparencia en el proceso electoral (11). Es decir, algunos trozos del mundo marchan en una dirección y otros caminan en el sentido contrario o -lo que es peor-la mayoría deambulan sin dirección alguna. Detrás de esta realidad no hay que ver la existencia de "manos negras" o de conjuras internacionales. Sin dudas que éstas últimas existen, pero tampoco se dude de que los propósitos de esas conjuras solo tienen éxitos momentáneos y puntuales. La voluntad soberana de los pueblos siempre se impone ante lis intentos de las corporaciones transnacionales que creen que mueven los piolines de la historia, solamente hay que esperar -y trabajar mucho, ya que con la sola espera no ocurrirán cambios- para que se produzca la consabida reacción popular contra tales intentos hegemónicos de lo que en la actualidad se ha llamado -eufemísticamente- Nuevo Orden Internacional, con sede central en la Casa Blanca de Washington, o en Wall Street que, con sus vaivenes bursátiles, mantiene en vilo la marcha de la economía mundial y, por ende, a las estructuras sociales que soportan el peso de las nada caprichosas "volatilidades" que se producen en los mercados.
Esta negación a las proclamadas derechizaciones no es una forma optimista ni pesimista de plantarse ante el mundo, sólo es realismo, simplemente es una metodología de trabajo que permite interpretar y analizar objetivamente los hechos sociales que se suceden; aunque no por ser objetiva la metodología, hay que perder de vista la posición política e ideológica de quien está produciendo tales análisis. Una cosa son los hechos y otra es la expresión de deseos de cómo se pretende que fuesen los hechos sociales y políticos. Si se guarda la debida distancia entre una cosa y otra, es muy probable que podamos avanzar no solamente en el tratamiento de lo que nos convoca en este escrito, sino que también en el logro de los propósitos políticos que nos animan a cada uno de los protagonistas de la historia.
A modo de colofón a estas divagaciones, intentaré hacer una cronología sucinta de los principales y más notables crímenes de Estado -y entre Estados, que produjeron víctimas que nada tenían que ver con los espurios intereses en disputa- que ocurrieron a lo largo del interminable Siglo XX:
-1900: Guerra anglo-bóer en Sudáfrica.
-1904: Guerra ruso-japonesa en el Extremo Oriente, murieron más de veinte mil combatientes, en su mayoría rusos.
-1905: Aparición de los Protocolos de los Sabios de Sión, en Rusia. Trataba sobre la conjura internacional de los judíos para terminar con la cultura occidental y cristiana. Sirvió de base no solamente para la defensa -en vano- del zarismo contra el comunismo, sino también para el futuro nazismo y la Aparición de personajes antisemitas como H. Ford en los Estados Unidos.
-1911: Genocidio y diáspora de un millón de pobladores de Armenia, por las tropas turcas conducidas por M. Kemal Ataturk.
-1914: Primera Guerra Mundial, con un saldo de treinta y siete millones de muertos, de las cuáles una cuarta parte eran población civil. Produjo un cambio fundamental en el mapa geopolítico europeo. Rusia presentó el porcentaje más alto en relación a los hombres movilizados -muertos, prisioneros y desaparecidos- el 76,3%. En el Ejército de los Imperios Centrales, Austria-Hungría tuvo la mayor baja: 90%.
-1922: Asenso al poder del fascismo italiano encabezado por B. Mussolini trás la exitosa Marcha sobre Roma que él organizó.
-1926: En Nicaragua tropas norteamericanas apoyan la instalación y de un gobierno de derecha en contra de los intentos revolucionarios y las propuestas de Reforma Agraria del General A. César Sandino.
-1929: Una oleada de disturbios sacuden a España, trás la caída del gobierno de Primo de Rivera.
-1931: Invasión japonesa a China.
-1932: Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, duró 6 años. Murieron unos 84 mil hombres, mujeres y niños.
-1933: Asciende el nazismo en Alemania, luego de elecciones en que el pueblo lo apoyara. Nombramiento de A. Hitler como Canciller.
-1936: Inicio de la Guerra Civil en España. A su término, habrán más de un millón de muertos.
- El los Juegos Olímpicos de Berlín un atleta negro gana la competición de los 100 metros llanos, provocando la ira de Hitler.
-1937: Bombardeo alemán sobre la villa de Guernica, episodio que más tarde sería inmortalizado por la mano maestra de Pablo Picasso.
-1939: Invasión alemana a Polonia e inicio de la Segunda Guerra Mundial, la primera medida genocida que tomó el invasor fue desplazar y deportar un millón de polacos. La hipocresía mostrada con tal invasión se puso de manifiesto cuando tropas alemanas de las SS, con uniforme polaco, se introdujeron en territorio alemán, cosa que justificó la invasión de aquellos que nada habían hecho.
-1940: Francia capitula ante la invasión alemana.
-1941: El momento en que alcanzó su cenit el Holocausto. Resultaron más de seis millones de judíos muertos en aras de alcanzar la "solución final a la cuestión judía en Europa".
-1943: Derrota del Ejército nazi en las puertas de Stalingrado.
-1945: Primer ataque con bombas atómicas de los Norteamericanos, con un saldo de más de 250 mil muertos, el 6 de Agosto sobre Hiroshima, la cual quedó prácticamente destruida. Tres días después harían un nuevo lanzamiento sobre Nagasaki: 40 mil muertos. Sobre ambos episodios no se cuentan los millones de muertos, heridos y lisiados que se fueron produciendo a lo largo del tiempo como efecto de la radiación atómica. El propósito explicito de usar tal armamento no convencional era que con ello se iban a salvar muchos miles de vidas ... norteamericanas.
- Finaliza la Guerra: arrojó una pérdida de vidas humanas de unas cincuenta y cinco millones de personas, sin contar a las víctimas del Holocausto. Más de la mitad de los muertos fueron civiles.
-1947: Estados Unidos y Gran Bretaña proponen y disponen la división de Palestina en dos Estados: uno árabe y otro judío.
- India alcanza su independencia. Se inicia la Guerra con Pakistán. Siete mil muertos en total.
-1948: Declaración del Estado de Israel.
- Primera Guerra árabe-israelí.
- Asesinato de M. Ghandi, aquel que puso en escena la viabilidad de la "resistencia pacífica", a manos de un fanático hindú.
-1950: Guerra en Corea entre las Naciones Unidas (mayormente por tropas norteamericanas) y la China comunista, por la partición del territorio coreano. El saldo de víctimas fue de 4 millones y las pérdidas económicas y sociales incalculables.
- Invasión de China al Tíbet.
-1953: Muere en Moscú el dictador J. Stalin.
-1954: El Presidente de Guatemala, Jacobo Arbenz es derrocado por un grupo de extrema derecha -que contaba con la complicidad de los Estados Unidos- debido a que resolvió confiscar las tierras no cultivadas de la compañía norteamericana United Fruit, para entregárselas a trabajadores rurales sin tierras.
- Comienza la Guerra por la liberación de Argelia del dominio francés; duró 8 años y finalizó con la derrota militar y política de los galos. Saldo: un millón de víctimas argelinas y un 10% de ésa cifra de franceses. Casi 2 millones de refugiados argelinos.
-1956: Segunda guerra árabe-israelí.
- Invasión y represión de tropas soviéticas en Polonia y Hungría por los levantamientos populares que se produjeron en ambos países contra el régimen de Moscú. En Hungría centenares de ejecutados, miles de encarcelados y 200 mil refugiados que huyeron a Austria.
-1959: Trás sangrientos combates triunfa en Cuba la Revolución encabezada por Fidel Castro y Che Guevara.
-1961: El pueblo cubano rechaza un intento de invasión por parte de tropas norteamericanas en Bahía de los Cochinos.
-1962: Crisis de los misiles entre Cuba y EE. UU. La misma puso en peligro la paz mundial por primera vez luego de la Guerra de Corea.
-1964: Apogeo de la Guerra en Vietnam, cuyo sector sur del territorio fuera ocupado por las tropas de EE. UU. La primera derrota notable en combate de fuerzas militares norteamericanas.
-1965: Estados Unidos envía a Vietnam un gran contingente de infantes de marina.
-1967: Guerra árabe-israelí, también llamada de los seis días.
-1968: Invasión soviética a Checoslovaquia: reprimir la Primavera de Praga, rebelión contra el régimen centralizado comunista de Moscú.
- Unos meses antes se produce una gran rebelión de estudiantes en Francia, lo que luego se conocería como "el Mayo francés".
-1969: Se produce la llamada "Guerra del fútbol" entre las centroamericanas repúblicas de Honduras y El Salvador.
- El hombre cumple con el sueño de Julio Verne: llegar a la Luna. Simultáneamente, en Biafra hay centenares de miles de muertos por la hambruna a consecuencia de la Guerra Civil en Nigeria.
-1970: Tercera Guerra indo-pakistaní. Se estiman en cien mil las bajas en Pakistán Oriental y en diez millones los refugiados que huyeron al Estado de Bengala Occidental.
-1972: Estados Unidos se retira derrotado del territorio vietnamita.
-1973: Asenso de Pinochet en Chile trás una lucha cruenta contra la resistencia del Presidente constitucional que murió en combate.
- Guerra del Yom Kipur entre árabes e israelís. Dio lugar a un embargo petrolero de los países árabes a Occidente.
-1975: Ocupación y anexión de Indonesia a Timor Oriental, matanza de millares de timorenses.
- Invasión de Marruecos al Sahara Occidental y genocidio de millares de nativos.
- Se inicia la guerra civil en Angola, luego de 25 años arrojó un saldo de 500 mil muertos y un millón doscientos mil desplazados.
-1976: En Argentina asume una Junta Militar que derrocó al gobierno constitucional. Dejó un saldo de más de 30 mil desaparecidos -la mayoría muertos- millares de torturados, niños que fueron adoptados ilegalmente y muchos más emigrados.
-1979: Finaliza la guerra de Camboya y se constata que el gobierno cometió genocidio en alrededor de 3 millones de camboyanos, por razones "ideológicas".
- Finaliza la Guerra Civil en Nicaragua. Triunfa el F. S. L. La misma dejó más de cien mil muertos entre la población civil.
- Israel devuelve a Egipto el territorio de Sinaí.
-1980: Guerra entre Irak e Irán. Durará 8 años y dejará más de un millón de muertos de ambos bandos y dos millones de heridos.
-1982: Nueva invasión y represión soviética en Polonia.
- Guerra entre Argentina y Gran Bretaña por las Islas Malvinas. Más de mil muertos entre ambas partes en los combates del Atlántico Sur.
- Israel invade El Líbano. Matanzas de Shabra y Shatila.
-1983: EE. UU. invade la isla de Granada, en las Antillas. Fue el comienzo de lo que se denominó "guerras de baja intensidad" (12).
-1986: Tras una serie de escaramuzas navales, el gobierno de R. Reagan ordena bombardear Libia. Enormes daños en la población civil.
-1987: Comienza la Intifada en las regiones de Gaza y Cisjordania.
-1988: El Gobierno de Irak recurre a utilizar la guerra química y bacteriológica para intentar exterminar a la minoría kurda.
-1989: Diciembre. EE. UU. -en consonancia con la política de guerras de baja intensidad- invade Panamá para secuestrar al General Noriega, acusado de narcotraficante. Se logra el propósito. Cerca de 2 mil muertos y 12 mil personas sin viviendas por los bombardeos.
- Los tanques del Ejército de la República Popular China reprimen con saña a manifestantes estudiantiles en la Plaza de Tiananmen.
-1991: Guerra en los balcanes. Fragmentación de Bosnia y de la ex Yugoeslavia. El Ejército yugoslavo, controlado por los serbios, bombardea y reduce a escombros a Dubrovnik.
- Primera Guerra del Golfo Pérsico, dirigida por las Naciones Unidas -y encabezada por tropas de los Estados Unidos- contra las tropas iraquís como represalia por haber invadido el territorio de Kuwait.
-1992: Recibe el Premio Nobel de la Paz la dirigente indígena Rigoberta Menchú. Atrajo las miradas sobre Guatemala, dónde han sido víctimas del genocidio más de 300 mil indígenas mayas y disidentes políticos a manos de los gobernantes partidos de la extrema derecha.
-1993: Guerra civil de los integristas islámicos en Argelia.
-1994; Matanza de civiles en la Ciudad de Sarajevo.
-1996: Guerra Civil en Afganistán, los fundamentalistas islámicos toman la Capital.
-1997: Guerra tribal en Ruanda, entre los hutus y tutsis. Más de un millón de muertos y otro tanto de desplazados.
-1998: Comienza "la guerra más estúpida de Africa", entre Etiopía y Eritrea -en el cuerno de Africa-, por un pequeño espacio de terreno sin valor estratégico ni de riquezas alguno. Ese año murieron decenas de miles de personas y más de 600 mil desplazados, mientras sus poblaciones padecen hambruna por las frecuentes sequías. Para el 2000 se calcula un gasto diario de un millón de dólares por bando.
-1999: Guerra en los Balcanes. La población que más sufrió el ataque de la OTAN fue la de Kosovo y, luego de la guerra, los serbios.
- Tropas rusas invaden Chechenia, provocan miles de muertos. La única razón justificable es que Rusia trata de demostrar que aún puede continuar siendo tan genocida como lo era en la época de los zares o del stalinismo; aunque esto escondido bajo la necesidad política de que el Primer Ministros V. Putin -heredero de Yeltsin- ganara las próximas elecciones recobrando el "honor" ruso.
- En Sierra Leona -ex colonia británica- guerra civil que al primer trimestre del 2000 dejó más de 50 mil muertos y 100 mil mutilados.
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Sin dudas que este breve racconto presentado ha de tener infinidad de falencias y falta de datos, simplemente he pretendido reflejar aquellos que a mi juicio fueron los más notables a la par que, consignar que a lo largo de la centuria se ha producido la paradoja de que el siglo pasado ha sido el de mayores avances tecnológicos a la vez que uno de los de mayores crueldades y brutalidades, por lo que se lo puede calificar como un siglo "sangriento". El autoritarismo de que han hecho gala los Estados ha provocado la muerte de más de 150 millones de sus propios ciudadanos. Solamente en la Unión Soviética se calcula que entre los setenta años que van de 1917 a 1987 han sido asesinadas más de 70 millones de habitantes por razones políticas o raciales. En la China comunista han sido matadas alrededor de 35 millones de personas desde su fundación, en 1949 y 1987, por idénticas causas a las soviéticas. Los alemanes se encargaron de asesinar a más de 20 millones, entre judíos, eslavos, checos, ucranianos, polacos, alemanes disidentes y demás "indeseables", entre los que cabe contar al horror que puede significar el hecho de asesinar a personas por su inclinación sexual "desviada" o sus enfermedades mentales. En Camboya cayeron, por los caprichos gubernamentales, alrededor de tres millones de personas y, en Pakistán, más de un millón y medio. En América Latina, los sucesivos gobiernos mexicanos de las primeras décadas del siglo mataron -por razones políticas- también a cerca de un millón y medio de ciudadanos.
Y toda esta brutalidad puede ser leída a la luz de las encarnizadas campañas por lograr la concentración del poder político en las manos de unos pocos a la vez que se ha descompuesto el sentido de la federalización de los Estados, lo que dio lugar a una mayor concentración del poder en la centralidad de los mismos. Esto ha restado poder a las autonomías locales y facilita los dislates de los gobernantes que se apoderan de la suma del poder público ignorando las limitaciones que en un sistema federal y representativo les imponen tanto a los gobiernos regionales, como a la Justicia y al Parlamento (13).
No puedo dejar de anotar aquí unas líneas escritas por el uruguayo E. Galeano y que fueran presentadas como apostillas en una Revista vasca (14), en las cuales dice: "Estados Unidos, cuyo territorio no ha sido bombardeado por nadie, ha bombardeado 19 países a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX: China, Corea, Guatemala, Indonesia, Cuba, Congo, Laos, Vietnam, Camboya, Líbano, Granada, Libia, Nicaragua, Panamá, Irak, Bosnia, Sudan, Afganistán y Yugoeslavia. El pasado septiembre el Presidente Clinton explicó: `Lamentablemente, no podemos atender a todas las crisis humanitarias que se producen en el mundo'". A todo lo cual Galeano agrega un lacónico "Menos mal".
Para finalizar con este detalle de hechos aberrantes, necesito hacer una aclaración. En varios pasajes he señalado un número de muertos que puede aparecer como espantoso. Sin embargo, aún resuenan aquellas palabras del genocida A. Eichman, cuando decía que cien muertos son una catástrofe, pero un millón son solamente una estadística. No es mi deseo terminar en un frío recuento estadístico. Cada muerto en estos acontecimientos representa en sí mismo una catástrofe para la humanidad. Una catástrofe ética que debe ayudarnos para ser capaces de movilizar nuestras energías en la campaña de decir ¡nunca más! a estos episodios de salvajismo. Aún a sabiendas que no vamos a tener un éxito pleno y absoluto, que siempre habrán guerras y ellas traerán consigo muerte y desolación; pero que al menos si hemos podido colaborar en evitar una sola muerte, ya estoy conforme -en lo que particularmente me atañe- con el cometido que me he propuesto al iniciar estas páginas.
Cada uno se fijará sus propios límites de mínima para la propuesta y no he de ser yo -por cierto, con un umbral inferior tan pequeño- quién ha de exigir un límite mayor a nadie.
Por último -y esta vez es verdad- el lector tendrá que esperar 98 años para un balance criminal del Siglo XXI. Más, dado que el mismo se ha iniciado bajo la advocación de la expresión terrorista a dos puntas, es decir, de los gobiernos que adhieren al Nuevo Orden Internacional y de los fundamentalistas, como así también de los reclamos universales por mejores condiciones de vida para los pueblos sojuzgados, es poco probable que se necesiten menos páginas para hacer la crónica del Siglo, seguramente hará falta un volumen muy grande para comentar las masacres con que ha tenido comienzo el tercer milenio.
BIBLIOGRAFIA:
DICKENS, C.: (1859) Historia de dos Ciudades. Tor, Bs. Aires, 1945.
FUKUYAMA, F.: (1990) "¿El fin de la historia?". Rev. Babel, Bs. Aires, N° 14.
GEIGER, M.: (1941) Estética. Ed. Argos, Buenos Aires, 1951.
INGENIEROS, J.: (1897) "Somos Socialistas". La Montaña, N° 1.
RODRIGUEZ KAUTH, A.: (1999d) "Sobre el Partido Eclesiástico". Rev. Iniciativa Socialista, Madrid, N° 53.
SEBRELLI, J. J.: (2000) Las Aventuras de la Vanguardia. Sudamericana, Bs. Aires.
(*) Profesor de Psicología Social y Director del Proyecto de Investigación "Psicología Política", en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina.
(1) Los definidos como derechos humanos de primera generación.
(2) Lo cual no es un óbice invalidante de la legitimidad que tienen para hacer tales tipos de reclamos.
(3) La metáfora fue casual, tampoco sé dónde ubicar uno u otro.
(4) Basta de arrojar piedras, el mundo está harto de tales prácticas "deportivas" que son ilustrativas para episodios como el de David y Goliat; pero de tirar piedras, balas, bombas, etc. ¡Basta ya!.
(5) Desmistificación de los dogmas religiosos, intentar ponerle un punto final a las respuestas mágicas ante las incógnitas por lo desconocido, una ilimitada confianza en el progreso científico, etc.
(6) Para desesperación de los productores agrícolas que veían la posibilidad de perder sus prometedoras ganancias.
(7) Que a nadie escapa el alto poder contaminante y dañino que tienen para la salud humana.
(8) Y de lo pintado, como el Guernica de Picasso, en dónde el genial pintor español dejó plasmados los horrores de la población civil ante el inesperado y artero bombardeo aéreo de aquella localidad.
(9) Si se observa con atención el término en cuestión no es más que una contracción de los vocablos nacional y socialismo, en realidad, Partido Obrero Nacional Socialista Alemán, que fundara en Munich en 1919, un obrero -Drexler- y al que rápidamente de incorporó Hitler, quién en poco tiempo lo reemplazó en la conducción y lo hizo olvidar. Es curioso como las organizaciones políticas de derecha mimetizan su nombre con evocaciones izquierdistas, con el objeto de confundir al proletariado. En sus orígenes, el nazismo tuvo poca significación política, debido a que representaba una mezcla de las ideologías más diversas. Tanto militaban nacionalistas y socialistas -no marxistas- que hicieron lo mismo que años más tarde ocurriera en Argentina con la organización Armada Montoneros, ellos también buscaban una forma de socialismo nacional, algo que resulta contradictorio con la propia definición de lo que es el socialismo: profundamente internacionalista y solidario con todos los pueblos del mundo, al menos en teoría. Según R. Hess, lugarteniente del Führer, "Hitler es Alemania y Alemania es Hitler".
(10) Unión Cívica Radical y Frepaso.
(11) Pero que no le duró mucho, ya que ocho meses de gobierno ha debido renunciar a consecuencia de los escándalos de corrupción que lo han corroído.
(12) Dijera el escritor norteamericano M. Twain "... el imperialismo norteamericano es tan matón y horrible como el de cualquier nación grande contra una pequeña".
(13) Esta es una expresión de buenos deseos, la realidad muestra que -en más lugares de los esperados- la independencia de los poderes judiciales y legislativos es una ficción de la retórica política. Obedece a que esos "poderes" no cuentan con recursos fiscales propios, por lo que dependen del Ejecutivo para su sobrevivencia, cosa que los convierte en títeres de los gobernantes de turno.
(14) Revista Hika, N° 109, 2000. pág. 25.