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TALAYUELA Y SU FERIA DE SAN MARCOS Por José Moreno Gómez Extraído del libro “Navalmoral, 600 años de vida” de D.
José Bueno Rocha Según nos
cuenta José Bueno Rocha en su libro “Navalmoral, 600 años de vida”,
la más celebérrima feria de toda la comarca fue la Feria de San Marcos
(25 de Abril), que se celebra en la dehesa del mismo nombre, conocida
también por San Benito, propiedad del Marqués de Mirabel, situada en término
de Talayuela... Coincidía con la fecha en que concluían los arriendos de
los pastos de invierno y cuando comenzaba la trashumancia hacia el norte.
Hacia el
1.924 y en los días 21, 22 y 23 de abril se inauguró en Navalmoral de la
Mata la Feria de Abril, llamada también de San Marcos. Durante algunos años
se celebró en la finca de El Espadaña, a unos 2 Km. de Navalmoral. Tuvo
mucha aceptación, celebrándose corrida de toros, fútbol y otros
festejos. Y desplazó en parte a los que concurrían a la tradicional
feria de San Marcos. Por su parte, TALAYUELA también quiso atraer hacia así la feria y lo consiguió por cesión del Marqués de Mirabel ( al que hizo hijo adoptivo del pueblo), celebrándose los días 25 de abril y siguiente. Por nuestra parte, aseguramos que a partir de este momento, al
mismo tiempo que la feria de Talayuela adquiría renombre así iba
disminuyendo la misma en Navalmoral; no obstante, una y otra han ido
desapareciendo paulatinamente debido en parte a la mecanización de la
agricultura y al auge del cultivo del tabaco. Sin embargo, en cuanto a
festejos, Talayuela siempre se ha volcado con su feria. Siguiendo a José
Bueno Rocha en el libro mencionado nos dice que David Casado describe la
feria así: “Se
celebrara en el millar de la ermita, entendiendo aquí por millar el
terreno donde podían pastar hasta mil cabezas de ganado, y en el que se
reunían tal cantidad de gente que no había un solo claro en todo el
extenso terreno. La Feria de San Marcos era algo increíble. Primero la
cantidad de ganado que allí se congregaba, y en segundo lugar por la
clase y cantidad de gente que a ella acudían. Tenían allí su
representación todas las localidades de la comarca del Arañuelo, todas
las de La Vera, del Valle del Jerte, del Ibor de la Hoya de Talavera de la
Reina, de Ávila, de Salamanca, de León, Palencia, Guadalajara y
Valencia. Era una feria
de un tipismo y una policromía admirables. Había que
trasladarse a ella en caballería. Allí se compraba de todo se vendía de
todo. Allí iban los novios a comprar las donas o ajuar. Había a modo de
calles cada una de las cuales ofrecía exclusivamente una mercancía
comenzaba los tratos... abundaban los “descuideros”. No hay que
olvidar que en aquellos tiempos el dinero se llevaba en las fajas bien
cosido a ellas. Para vigilar,
guardar el orden y cuidar el ferial, se trasladaba de Navalmoral la
Guardia Civil. Como no había cárcel se improvisaba. A un tronco de un árbol
serrado se le daba forma prismática y en el centro una oquedad donde el
delincuente metía su pierna, se cerraba una distancia conveniente y
quedaba aprisionado hasta que la autoridad determinase”. Esta feria
aparece también relacionada con el tema del Toro de San Marcos, estudiado
por Julio Caro Baroja, como refleja un dictado tópico recogido por Moñino:
“Ven
conmigo a Talayuela a
la feria de San Marcos allí
veras un torito arrodillado
ante el santo” En dichos
alude a la conversión de un toro bravo
en manso que, según la tradición, se realizó en la feria de San
Marcos, en termino de Talayuela, haciéndole ir en procesión, detrás del
santo, y asistir a la misa.
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