TALAYUELA Y SU FERIA DE SAN MARCOS

Por José Moreno Gómez

 

Extraído del libro “Navalmoral, 600 años de vida” de D. José Bueno Rocha

 

   Según nos cuenta José Bueno Rocha en su libro “Navalmoral, 600 años de vida”, la más celebérrima feria de toda la comarca fue la Feria de San Marcos (25 de Abril), que se celebra en la dehesa del mismo nombre, conocida también por San Benito, propiedad del Marqués de Mirabel, situada en término de Talayuela... Coincidía con la fecha en que concluían los arriendos de los pastos de invierno y cuando comenzaba la trashumancia hacia el norte.

Finca de San Marcos   Nos sigue diciendo el citado investigador que esta feria pudo tener su origen en algún privilegio concedido por el Emperador Carlos V en 1.535 a D. Luis de Zúñiga y Dávila... Ciertamente se celebraba en la primera mitad del siglo XIX. Y fue durante este siglo cuando la feria alcanzó auge y adquirió la importancia que se le ha conocido incluso durante el primer cuarto del siglo XX.

   Hacia el 1.924 y en los días 21, 22 y 23 de abril se inauguró en Navalmoral de la Mata la Feria de Abril, llamada también de San Marcos. Durante algunos años se celebró en la finca de El Espadaña, a unos 2 Km. de Navalmoral. Tuvo mucha aceptación, celebrándose corrida de toros, fútbol y otros festejos. Y desplazó en parte a los que concurrían a la tradicional feria de San Marcos.

Por su parte, TALAYUELA también quiso atraer hacia  así la feria y lo consiguió por cesión del Marqués de Mirabel ( al que hizo hijo adoptivo del pueblo), celebrándose los días 25 de abril y siguiente.

Por nuestra parte, aseguramos que a partir de este momento, al mismo tiempo que la feria de Talayuela adquiría renombre así iba disminuyendo la misma en Navalmoral; no obstante, una y otra han ido desapareciendo paulatinamente debido en parte a la mecanización de la agricultura y al auge del cultivo del tabaco. Sin embargo, en cuanto a festejos, Talayuela siempre se ha volcado con su feria. Siguiendo a José Bueno Rocha en el libro mencionado nos dice que David Casado describe la feria así:

 

   “Se celebrara en el millar de la ermita, entendiendo aquí por millar el terreno donde podían pastar hasta mil cabezas de ganado, y en el que se reunían tal cantidad de gente que no había un solo claro en todo el extenso terreno. La Feria de San Marcos era algo increíble. Primero la cantidad de ganado que allí se congregaba, y en segundo lugar por la clase y cantidad de gente que a ella acudían. Tenían allí su representación todas las localidades de la comarca del Arañuelo, todas las de La Vera, del Valle del Jerte, del Ibor de la Hoya de Talavera de la Reina, de Ávila, de Salamanca, de León, Palencia, Guadalajara y Valencia.

   Era una feria de un tipismo y una policromía admirables.

   Había que trasladarse a ella en caballería. Allí se compraba de todo se vendía de todo. Allí iban los novios a comprar las donas o ajuar. Había a modo de calles cada una de las cuales ofrecía exclusivamente una mercancía comenzaba los tratos... abundaban los “descuideros”. No hay que olvidar que en aquellos tiempos el dinero se llevaba en las fajas bien cosido a ellas.

   Para vigilar, guardar el orden y cuidar el ferial, se trasladaba de Navalmoral la Guardia Civil. Como no había cárcel se improvisaba. A un tronco de un árbol serrado se le daba forma prismática y en el centro una oquedad donde el delincuente metía su pierna, se cerraba una distancia conveniente y quedaba aprisionado hasta que la autoridad determinase”. Esta feria aparece también relacionada con el tema del Toro de San Marcos, estudiado por Julio Caro Baroja, como refleja un dictado tópico recogido por Moñino:

 

“Ven conmigo a Talayuela

a la feria de San Marcos

allí veras un torito

arrodillado ante el santo”

 

   En dichos alude a la conversión de un toro bravo  en manso que, según la tradición, se realizó en la feria de San Marcos, en termino de Talayuela, haciéndole ir en procesión, detrás del santo, y asistir a la misa.