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Ventajas y ¿desventajas? de ser un país agroexportador

Marcela Cristini y Juan Pantano

La reforma económica de la Argentina durante la década del 90 no logró borrar del todo los elementos de la política económica pasada, atada a una estrategia sustitutiva de importaciones industriales que se financiaba gravando al sector agropecuario exportador. Sin embargo, bajo su impulso se llevó adelante, en gran medida, su desarticulación y se logró la eliminación de las retenciones y la desregulación de los mercados. En respuesta, el país se benefició de un rápido crecimiento del producto agropecuario.

La Argentina cuenta con una clara ventaja comparada para la producción agropecuaria que se desprende de su dotación relativa de tierra y se refleja en sus bajos costos comparados con otros países productores como los Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Las ideas que llevaron a la adopción de políticas económicas sesgadas en contra del agro se basaron en teorías sobre el deterioro de los términos del intercambio entre productos agrícolas e industriales (Tesis Prebisch-Singer) en América Latina y en la generalización del llamado "problema agrícola" de la literatura norteamericana que indica que el aumento de la productividad agrícola empuja por sí mismo una caída de los precios de las commodities que no puede compensarse por aumentos del consumo debido al lento crecimiento de éste cuando aumenta el ingreso. Esta visión, extremadamente esquemática del funcionamiento del comercio internacional ha sido revisada y reformulada en los 90.

Por un lado, las commodities aseguran una base de ingresos permanente cuyas fluctuaciones pueden morigerarse con una adecuada diversificación. Por otra, los productos industriales que se encuentren sujetos a los denominados ciclos de producto no están exentos de sufrir declinaciones de precios mayores que las commodities. (ver Indicadores de Coyuntura Nº 414).

Crecimiento y Productividad en el Sector Agropecuario

y en la Economía Privada

(excluído el sector agropecuario)

 

 

 

 

 

 

 

Tasa de Crecimiento

del valor agregado

 

Tasa de Crecimiento

de la PTF

 

 

 

 

 

 

 

1981-1990

1991-1999

 

1981-1990

1991-1999

Sector Agropecuario

1,3%

3,1%

 

2,2%

Economía Privada

(sin agro)

-1,85%

5,54%

 

-2,02%

2,20%

 

 

 

 

 

 

Fuente: para el sector agropecuario elaboración propia en base a datos de de Cuentas Nacionales, SAGPYA, AFAT. Para la economía privada excluyendo agro se tomaron las estimaciones de FIEL (2001)

El pesimismo exportador agropecuario (y de recursos naturales, en general) se reeditó hacia mediados de los 90. Algunos trabajos influyentes mostraron resultados en los que los países productores y exportadores de bienes basados en recursos naturales exhibían un crecimiento relativamente menor. Como respuesta a él, una serie reciente de nuevos estudios corrigieron esos resultados basados en evidencia indirecta y los reemplazaron por nuevos resultados utilizando evidencia directa sobre el proceso de crecimiento. Para un conjunto amplio de países avanzados y de desarrollo medio, se estudió el crecimiento del producto más allá del que es atribuible a la nueva inversión y al aumento del empleo. Esa parte del crecimiento corresponde generalmente al factor tecnológico, o, interpretado desde la óptica de los negocios, a la capacidad de los empresarios para operar reduciendo sus costos reales y se denomina como la "productividad total de los factores" (PTF). Los estudios recientes muestran que el crecimiento de la PTF es más alto en la agricultura que en casi todos los sectores manufactureros y más permanente en el tiempo.

Las estimaciones de un estudio reciente de FIEL[1],indican que la PTF agropecuaria creció al 2,23% anual, con cierta aceleración desde fines de la década del 80. En comparación, el total de la economía de negocios (excluido el agro) presenta una tasa de crecimiento de la PTF del 2,2% anual en los 90, pero una tasa negativa del 2,02% anual en los 80. El crecimiento de la PTF agropecuaria es semejante al del resto de los sectores en los 90 pero es anterior al cambio de régimen, indicando un crecimiento persistente aún en condiciones muy adversas.

Existen varios países ricos en dotaciones de recursos agropecuarios cuyos resultados en términos de crecimiento y bienestar han sido superiores a los de la Argentina. Entre los 70 y los 80 esos casos fueron los de Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Entre los 80 y los 90, Chile, Malasia e Indonesia tuvieron desarrollos similares con resultados que en los últimos dos casos están en consolidación. El primer grupo de países es más semejante al caso local al tratarse de producciones de agricultura templada. Según el análisis, los resultados de crecimiento económico y desarrollo exportador fueron marcadamente inferiores a los de los países comparados hasta los 80. En los 90 la Argentina experimentó un proceso de convergencia hacia los estándares de los países mencionados que aún está en proceso de completarse.

Los mercados internacionales y el proteccionismo agropecuario:

El escenario internacional sigue caracterizado por el proteccionismo comercial hacia los productos agropecuarios y agroindustriales por parte de los países productores avanzados. Los balances disponibles sobre los efectos de la Ronda Uruguay del GATT señalan beneficios modestos en el capítulo agropecuario. Con todo, se ha registrado un avance efectivo en el método de Solución de Controversias comerciales, cuyos fallos se han transformado en obligatorios para las partes ganando mayor disciplina para el comercio internacional. Sin duda, la posición argentina para una eventual nueva ronda de negociaciones (en discusión hacia fin del año 2001) debería insistir sobre la liberalización del comercio agropecuario de commodities, una mayor disciplina y transparencia en las barreras sanitarias al comercio y, además, incluir reclamos sobre el escalonamiento arancelario que afecta a las exportaciones agroindustriales en los países avanzados.

 

En el escenario regional el MERCOSUR introdujo un cambio favorable para el sector agroindustrial con mayores precios para algunos productos y nuevas oportunidades para productos agroindustriales, aunque sujeto a oscilaciones bruscas en el volumen derivadas de las crisis nacionales recurrentes de Brasil y la Argentina. El avance de las negociaciones del ALCA y el lanzamiento de un acuerdo 4+1 tendrán implicancias para el desarrollo agropecuario local. En el caso del Nafta, por ejemplo, si bien se fijaron plazos de 10 a 15 años para la liberalización de productos agropecuarios, las consecuencias del libre comercio afectaron significativamente a la inversión en todos los sectores, incluyendo al agro.

Limitantes locales al crecimiento sectorial y política agropecuaria

La revisión de la experiencia internacional (Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Chile) indica algunas características comunes en la organización agroindustrial y en las políticas aplicadas:

•prevalecen arreglos contractuales entre productores y procesadores/comercializadores;

•los riesgos de producción también lograron administrarse contractualmente;

•los mercados spot mantuvieron su importancia;

•los costos de acceso a nuevos mercados fueron compartidos por los gobiernos;

•desarrollo del mercado local de consumo sirvió como plataforma;

•la industria procesadora exportadora es generalmente, concentrada;

•la provisión de los procesadores al mercado en base a contratos o por vía de comercio intrafirma.;

•rol creciente de supermercados en la comercialización de productos agroindustriales;

•la competitividad dependió del costo de la materia prima y de la calidad del producto;

•rol importante de los gobiernos en la organización de la infraestructura básica, no se involucraron en la producción y aunque algunos inicialmente actuaron en distribución, ahora ya no lo hacen;

•la actividad de suministro de tecnología se derivó de los sistemas de investigación y extensión agrícola ya existentes, luego creció la participación privada;

•los gobiernos intervinieron sobre todo a través de políticas de crédito. En los últimos años de la década del 90 Australia y Nueva Zelanda lanzaron reformas integrales de la comercialización agropecuaria, desarmando sus sistemas públicos y transfiriendo la responsabilidad a los productores;

•en Australia y Canadá las facilidades para la reestructuración agroindustrial incluyen planes para ayudar a la salida de los productores que así lo deciden

La revisión de la política agropecuaria de la Argentina en los últimos años muestra iniciativas que no reflejan el alineamiento de las mencionadas en la lista anterior. En efecto, sigue existiendo un sesgo en contra del sector en la política comercial; el diseño tributario no se adapta al funcionamiento del sector (impuesto a la renta presunta, impuesto inmobiliario progresivo); subsisten problemas muy serios en la organización del mercado de crédito (oferta volátil de la banca pública desplaza el crecimiento de la banca privada); no se ha completado la modernización de la comercialización agropecuaria; la adopción de tecnología podría enfrentar problemas de largo plazo por insuficiencia del marco regulatorio; los gobiernos locales apelan a políticas tributarias y de cobro de tasas dominados por necesidades fiscales; la infraestructura de caminos y transporte y en menor medida, algunos puertos presentan deficiencias de funcionamiento o costos excesivos; la organización de la cadena productiva presenta obstáculos debido al grado de informalidad de algunos de sus participantes (mercado de ganado y carnes), hay graves problemas sanitarios mal atendidos por el sector público (aftosa) y limitaciones logísticas, entre otros.

Como se desprende de la lista anterior la mayoría de los problemas pueden solucionarse sin mayores erogaciones públicas y en algunos casos, hasta se podría pensar en ahorros fiscales.

En síntesis, sólo el uso pleno y eficiente de todos los recursos productivos garantiza el crecimiento; las políticas distorsivas tendieron a limitar el rol del agro en el crecimiento internacional y sobre todo en el caso del los países latinoamericanos hasta los 90; el sector agropecuario exhibe altas tasas de crecimiento de la "productividad total de factores", y por lo tanto, si no se limita arbitrariamente la inversión en el sector su rol como fuente de crecimiento está entre las más dinámicas en la comparación sectorial.

[1] El agro y el país: una estrategia para el futuro. Trabajo presentado en el XVI Congreso de AACREA.

Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) Córdoba 637 4to piso - (C1054AAF) Capital Federal - Argentina -

 TE: 54-4314-1990 Fax 54-11-4314-8648

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