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¿Es suficiente el blindaje para que aumente el crédito al sector privado? Durante el año 2000 el sistema financiero presenció una significativa expansión en términos del crecimiento observado en los depósitos. Se puede estimar que el incremento acumulado durante el año de los depósitos alcanzó a los $2.050 millones. Este aumento provino de los depósitos en dólares, con un crecimiento de $3.790 millones mientras que los denominados en pesos se contrajeron en $1.740 millones. El segmento expansivo en moneda extranjera provino de los depósitos a plazo, mientras que las contracciones fueron observadas en todos los segmentos (a la vista, en caja de ahorro y a plazo fijo). Lo notable del comportamiento expansivo de los depósitos es que los mismos se concentraron en los tres primeros trimestres, dado que en el último trimestre se contrajeron entre ambas denominaciones (en pesos y en dólares) en $1.400 millones. Esto es una consecuencia, en parte, de la caída estacional de los depósitos a plazo fijo en el mes de diciembre pero también de la fuerte caída de noviembre en el conjunto de los depósitos (la reducción acumulada fue similar a la que podría esperarse para diciembre). Esta desaceleraciòn resulta preocupante en términos de lo que significa desde el punto de vista de la confianza en el sistema financiero argentino y que en los próximos meses deberá monitorearse ante el cambio en las expectativas que puede provocar el blindaje financiero del sector publico nacional. Recuèrdese, ademàs, que parte de los ingresos comprometidos por los bancos como participación en la operación depende del crecimiento de los depósitos. Ante la reducción en los depósitos, en octubre se observó un salto en la tasa de interés en pesos que no fue totalmente acompañada por un aumento en la tasa en dólares, aumentando el spread entre ambas tasas. Este incremento fue más marcado aún en los meses de noviembre y diciembre cuando la tasa en pesos registró máximos históricos (para tener una idea del nivel alcanzado por la misma, cabe señalar que los promedios mensuales superaron los 10,2% y 10,8% en cada uno de esos meses respectivos). Simultáneamente, los spreads en esos meses aumentaron significativamente alcanzando también máximos históricos. Claramente, mayores tasas de interés pasivas van asociadas mayores tasas de interés para préstamos. En efecto, el impacto fue aún mayor tal como puede observarse en el aumento de los márgenes de intermediaciòn (medidos como la diferencia entre las tasas de interés activa para empresas de primera línea y la pasiva para depósitos a plazo fijo a 30 días) que alcanzaron casi los 600 puntos básicos en noviembre y en diciembre. Este fenómeno de oferta significó una menor capacidad prestable del sistema y un aumento de la tasa para préstamos entre entidades financieras. Por el lado de los préstamos, los mismos descendieron durante el año. En particular, la fuerte caída de los préstamos al sector privado no financiero de alrededor de $3.000 millones fueron en parte compensados por un aumento de alrededor de $2.500 millones al sector público no financiero. La reducción de los préstamos al sector privado no financiero acumula ya 8 trimestres consecutivos y una caída cercana a los $3.700 millones entre los dos últimos años.
De acuerdo al comportamiento de la tasa de interés activa, no es fácil inferir si la reducción en los préstamos se debió a una caída en la demanda de crédito del sector privado o a un desplazamiento de la oferta disponible para el sector privado debido a la mayor demanda del sector público. Este punto adquiere relevancia dado que si se trató de un deplazamiento del crédito al sector privado, el argumento de que el sector público participaría menos en el mercado de crédito y, de ese modo, se liberarían recursos para el sector privado, es correcto. En cambio, si lo que prevaleció es, en efecto, una caída de la demanda debido a un cambio en las expectativas del sector privado (e.g. por la deflación de precios), la liberación de recursos del sector público no alcanzaría para reactivar el mercado crediticio. Aún cuando se pudiera suponer que lo que prevaleció fue una reducción en la oferta disponible debido a una demanda mayor del sector público (hipótesis del desplazamiento del crédito), lo que se necesita para una mayor capacidad prestable del sistema es un crecimiento de los fondos vía depósitos los que, tal como ha sido señalado, han mostrado sustanciales caídas. |
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