La coyuntura cíclica de la industria

Lindor Esteban Martin Lucero

 

Las cifras provisorias del Indice de Producción Industrial (IPI) de FIEL para abril muestran un incremento del 3.9% respecto de abril de 1999 y una caída del 3.1% si la comparación se realiza respecto de marzo de 2000. Desde el cambio de estacionalidad en 1995 (las paradas de mantenimiento de planta se realizan con mayor frecuencia en enero) todos los meses de abril presentan niveles de actividad superiores a los de marzo, excepto en abril de 1995. Si bien en el 2000 se observa un nivel de abril menor al de marzo, esto se puede explicar en parte por la estacionalidad generada por los días laborables, teniendo abril 3.6 días laborables menos que marzo de 2000 y 1.3 días laborables más que abril de 1999, y posiblemente por la reversión a los esquemas de vacaciones que se observaban hasta 1995. Este es el sexto incremento consecutivo si la comparación se realiza con respecto a igual mes del año anterior, lo que indica que el proceso de recuperación de la industria iniciado en el segundo trimestre de 1999 continúa operando en los primeros cuatro meses de 2000, aunque se observa una desaceleración en este tipo de medición

El incremento observado entre el primer cuatrimestre de 2000 y el primer cuatrimestre de 1999 alcanzó el 8.3%, porcentaje que resulta elevado debido a los bajos niveles que se utilizan como base de comparación.

La comparación por sectores del nivel de actividad del primer cuatrimestre de 2000 respecto de igual período de 1999, muestra que 12 sectores presentaron incrementos en su producción, presentando 9 de estos, crecimientos mayores al de la Industria: Aluminio (55.3%), Agroquímicos (46.7%), Automotores (45.3%), Químicos Minerales (estimado en 32.1%), Hierro y Acero (21.7%), Insumos Plásticos y Caucho (14.7%), Neumáticos (13.6%), Insumos Textiles (estimado en 13.4%) y Papel y Celulosa (estimado en 12.2%). En tanto 3 presentaron incrementos en sus niveles de actividad por abajo del observado en el IPI: Bebidas (estimado en 0.7%), Alimentos (estimado en 0.6%) y Línea Blanca No Eléctrica (estimado en 0.2%). Los restantes sectores mostraron caídas en la producción: Petróleo Procesado (estimado en –6.0%), Línea Blanca Eléctrica (estimado en –6.1%), Tabaco (-6.2%), Petroquímicos (-6.4%), Insumos y Bienes de Capital (estimado en –8.7%), Cemento (-15.9%) y Tractores (estimado en -55.9%).

Si la comparación se realiza por tipo de bien se observa que fueron tres las clasificaciones que presentaron crecimiento en el primer cuatrimestre del año con respecto a igual período de 1999: Bienes de Consumo Durables (38.6%), Bienes de Uso Intermedio (7.6%) y Bienes de Consumo No Durables (0.3%). La única clasificación que presentó una contracción en el período analizado fue la de Bienes de Capital que lo hizo en un 10.7%.

La actividad industrial se puede monitorear desde el punto de vista de su estructura cíclica, tanto por medio del enfoque clásico como del de crecimiento. El estudio clásico se refiere a los niveles de actividad, pudiéndose detectar a los máximos (picos) y mínimos (valles) relativos, a partir de los cuales se inician fases de contracción y de expansión respectivamente. El estudio de crecimiento se refiere a los máximos y mínimos de los desvíos del ciclo respecto de la tendencia de largo plazo, observándose períodos de desaceleración y aceleración respecto de la tasa de crecimiento de la tendencia.

De esta forma, si entendemos que una serie de tiempo comprende, en una forma multiplicativa, la tendencia (T), el ciclo (C), la estacionalidad (S) y un componente irregular (I); podemos desarrollar indicadores simples para poder observar la actual coyuntura.

A partir del ajuste estacional de la serie en bruto (X), podemos utilizar la tasa anual de cambio suavizada (TACS) para el monitoreo del ciclo clásico y analizar la posible ocurrencia del punto de giro (máximo o mínimo relativo). En este aspecto, es importante trabajar contemplando la serie con la componente irregular, ya que éste incorpora información importante del nivel de actividad que no se produce con una frecuencia estacional y está contemplando factores como paradas fuera del período de vacaciones, catástrofes, etc..

La componente tendencia-ciclo es la relevante para el estudio cíclico desde el punto de vista del enfoque de crecimiento. Es importante destacar que aquí se utilizará esta serie sin separarla en tendencia y ciclo, dado que este aspecto implica un estudio más profundo sobre la estructura cíclica que esta fuera del alcance de esta nota. Para el estudio de este enfoque se utiliza la tasa de variación porcentual que nos permitirá observar los períodos de aceleración y desaceleración del ciclo, suponiendo una tendencia relativamente suave a lo largo de todo el período analizado.

A los fines de visualizar lo anteriormente expuesto, se muestra en el gráfico donde se presentan el IPI ajustado estacionalmente (por X12-ARIMA) y sus Puntos de Giro (TP), su Tendencia-Ciclo, y las dos medidas simples que se comentó arriba.

Desde el punto de vista de la señal que la TACS nos proporciona sobre el análisis clásico, se puede observar que la primera señal de recesión se manifiesta cuando ésta comienza a contraerse. La segunda señal se encuentra cuando ésta corta de arriba hacia abajo a la TACS de largo plazo. Y la tercer señal que podría ya confirmar la presencia de la recesión, es cuando la TACS se hace negativa por más de tres meses consecutivos. Con respecto a las señales de expansión, podemos observar una primer señal cuando la TACS comienza a crecer por tercer mes consecutivo, pero aún ésta es negativa. La segunda es cuando ésta se hace positiva, y la tercer señal que podría finalmente confirmar la presencia de la fase expansiva, es cuando la TACS corta a la de largo de abajo hacia arriba. Estas señales fueron claras en las dos recesiones que la industria afrontó en la década de los noventa, y los puntos de giro, que se extraen a partir de aplicar una secuencia de filtros sobre la serie ajustada estacionalmente, concuerdan con el inicio de las señales que esta medición proporciona.

Desde el punto de vista del significado de la variación porcentual mensual sobre la tendencia-ciclo, se pueden observar dos aspectos claros. El primero tiene que ver con la velocidad de caída o de crecimiento que la tendencia-ciclo presenta en sus fases de aceleración y desaceleración; y el segundo está relacionado con los valores máximo y mínimos que ésta presenta en niveles absolutos. De esta forma se puede observar que, cuando la TC sigue su trayectoria ascendente, en niveles, pero a una menor tasa, el cambio de esta velocidad se ve reflejada en un máximo de la tasa de variación mensual, hasta que se iguala a cero cuando la TC alcanza el máximo en niveles. A partir del máximo, la serie presenta una desaceleración en la velocidad de caída cuando la tasa de variación mensual alcanza el mínimo y es negativa, alcanzando el menor valor relativo de la TC en niveles cuando se hace igual a cero. Estas observaciones se reflejan claramente en las dos recesiones de los noventa.

Es clara la complementariadad que los dos enfoques tienen para el monitoreo conjunto de la actividad industrial, permitiendo verificar que, como es de esperarse, los máximos y mínimos de la variación mensual de la TC antecede a los máximos y mínimos del enfoque clásico, respectivamente. Es igualmente verificable, que los máximos y mínimos de la TC en niveles anteceden o coinciden con los respectivos picos y valles del IPI SA.

A partir del entendimiento de estas medidas sobre los indicadores que se exponen se puede observar que la actividad industrial presenta una primera señal de debilitamiento sobre la TACS, y que su TC muestra una desaceleración desde octubre de 1999, sin haber alcanzado aún su máximo en niveles. Desde el punto de vista de la clasificación por tipo de bien, se puede observar que la clasificación de Bienes de Capital se encuentra en una etapa débil de expansión clásica desde julio de 1999, estimulada por la producción de automotores pesados (Cat.C.); y se encuentra en la etapa descendente de su TC. La clasificación de Bienes de Consumo Durables presenta una TACS negativa, para el mes de abril, siendo ésta la primera con este signo. Cabe señalar, que la tasa de variación mensual de su TC ya alcanzó un máximo (mostrando la disminución en la velocidad de crecimiento), y que en el mes de abril registró el primer valor negativo. Los Bienes de Uso Intermedio se encuentran en los niveles de fines de 1997, donde se registraron los máximos de la serie ajustada. Su TACS está presentando en abril la segunda caída consecutiva, siendo esta aún positiva; mientras la tasa de variación mensual de su TC se desacelera a partir de octubre de 1999. En esta clasificación, que corresponde a la mayor participación en el valor agregado industrial, cabe la aclaración que se encuentra con buenas condiciones, dada por los precios, en el mercado internacional para la colocación de la mayoría de sus productos. Es por esto último que parecería entrar en juego la capacidad de producción del parque industrial de los Bienes de Uso Intermedio transables. Por otro lado, es de remarcar que en esta clasificación, se encuentran incluidos algunos sectores como el sector cementero, cuyos sectores demandantes se encuentra en una etapa de debilitamiento de sus niveles de actividad.

Los Bienes de Consumo No Durables, se encuentran en los niveles de 1999, que fueron los máximos de la serie ajustada por estacionalidad. Su TACS presenta un debilitamiento, que se podría interpretar como un amesetamiento de esta clasificación, similar a la observada con los Bienes de Uso Intermedio, pero con la salvedad que en los No Durables la tasa de variación mensual de su TC se encuentra en crecimiento.

A modo de conclusión, se desprende de este tipo de esquema de análisis, que el nivel de actividad industrial, en el agregado, presenta signos claros de debilitamiento en tanto su ciclo de crecimiento, y no aún por ello esta en una fase de desaceleración del mismo. Desde el punto de vista clásico, si bien es cierto que la TACS presentó la segunda caída consecutiva (sin ser aún negativa), aún no ha cruzado la TACS de largo. Desde el punto de vista de los cuatro grupos de sectores que la componen, los Bienes de Uso Intermedio y de Consumo No Durable, que conjuntamente representan aproximadamente 75% de la industria, se encuentran en niveles muy elevados, presentando el primero, signos no concluyentes de debilitamiento. En tanto las restantes dos clasificaciones, Bienes de Consumo Durable y Bienes de Capital, sí están mostrando claras señales de debilitamiento de sus niveles de actividad.