Desalentadores números de actividad económica
El Ministerio de Economía ha publicado las estimaciones preliminares para el PBI del primer trimestre del año que arrojan una leve caída desestacionalizada con relación a las cifras del cuarto trimestre de 1999. Este dato, peor que lo insinuado hasta ahora (se esperaba una leve suba desestacionalizada), se suma a cifras negativas para abril y mayo en los índices desestacionalizados de actividad industrial y de la construcción, que sugieren que durante el segundo trimestre del año tampoco habrá una mejora en la actividad agregada. En este contexto continuarán las dificultades fiscales y será difícil cumplir con las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional.
Al mismo tiempo que el gobierno avanza en algunas reformas estructurales como la desregulación de obras sociales, se observan nuevas decisiones contradictorias de la administración. El reciente recorte en las horas extras dispuesto por decreto, acortando la jornada laboral y aumentando el costo laboral unitario, es un ejemplo en ese sentido. Parecería que el gobierno que ha optado por tratar de reducir el déficit fiscal con medidas poco populares, pretendería con algunas medidas regulatorias y proteccionistas "compensar" a los integrantes de la coalición de gobierno que pretenden cumplir con las promesas electorales. El hecho es que esas promesas son incumplibles porque el Estado enfrenta problemas de solvencia fiscal importantes, luego de una década en la cual el gasto público aumentó a tasas inusuales.
La economía argentina enfrenta un doble problema. Además del fiscal está el de la competitividad perdida por las devaluaciones del real y del euro y la caída en los precios de exportación. Eso ha generado una recesión profunda que lleva ya dos años y que aumenta la incertidumbre hacia el futuro. En ese contexto aparecen varios riesgos potenciales y escollos que sortear.
El círculo vicioso del ajuste deflacionario
Recuperar la competitividad sin que mejoren los factores externos exige una deflación que complica el cumplimiento de las metas fiscales y además alimenta expectativas negativas. Si se proyecta el futuro con estos precios externos de la Argentina y se descuenta un ritmo de crecimiento bajo, el consumo y la inversión se postergarán. En ese contexto lo único que ayuda a mejorar las expectativas es o bien una mejora en las condiciones externas o bien un crecimiento vigoroso de las exportaciones a tasas incluso superiores al 12% observado en los primeros meses del año. Ello señalaría que la capacidad de reacción del sector privado argentino es superior a la prevista y mostraría el camino para una salida más rápida de la recesión.
Equivocar las propuestas
Aún a riesgo de simplificar pueden resumirse tres mecanismos alternativos para enfrentar los problemas de la Argentina. La opción adoptada por Ecuador, la de Malasia y la salida ortodoxa.
La primera opción muestra un camino groseramente equivocado para enfrentar un problema de solvencia fiscal y del sistema financiero y de pérdida de competitividad por la caída en el precio del petróleo. Se decidió declarar una moratoria unilateral en los pagos de la deuda, causando una profunda recesión, una crisis institucional y una vuelta a negociar con los acreedores sumada a un intento desordenado de dolarización de la economía. En esta opción, se pagaron todos los costos posibles sin que se vislumbre todavía algún beneficio.
Datos seleccionados de la economía de Malasia |
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1993-97 |
1998 |
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Crecimiento económico (promedio anual) |
9.3% |
-7.5% |
Resultado fiscal (% del PIB) |
3.1 |
-1.8 |
Resultado de la Cuenta Corriente (% del PIB) |
-5.2 |
12.1 |
Stock de Deuda (fin del período en % del PIB) |
32 |
36 |
La segunda alternativa es la salida heterodoxa, a contramano de los organismos multilaterales, que encarna Malasia con su vuelta a los controles de cambios y una actitud desafiante hacia el mercado de capitales internacional. La economía de Malasia hoy se encuentra en un proceso fuerte de recuperación económica pero luego de pasar penurias importantes. El cuadro siguiente muestra los niveles de algunas variables económicas en el período previo y durante 1998.
Puede observarse que la economía de Malasia creció en el período previo a la crisis a tasas importantes, ayudada por una importante entrada de capitales del resto del mundo y en un contexto de gran disciplina fiscal (superávit en los flujos y baja deuda pública). La Argentina de hoy depende de la entrada de capitales en forma importante, está en recesión, tiene un déficit fiscal elevado y una deuda que orilla los 50 puntos del PIB. Si a esto se agrega que las exportaciones en Malasia representan alrededor del 70% del PIB comparado con el 10% de la Argentina se puede concluir que la salida heterodoxa podía tener alguna chance de éxito en Malasia y ninguna en la Argentina.
Claramente se observa que la decisión de Malasia resultó en una reversión en el flujo de capitales (de ser importador neto pasó a ser exportador neto). El año de tránsito de una posición a otra se dió en el medio de un receso del 7.5% aún a pesar de la gran apertura externa de la economía que facilita una salida vía mayores exportaciones. Además, estas medidas se adoptaron en una economía con una situación fiscal mejor que la Argentina.
Una decisión heterodoxa que desaliente la entrada de capitales a la Argentina agravaría profundamente la recesión, más aún que en el caso malayo dada la menor apertura externa de nuestro país. La Argentina necesita mantener la entrada de capitales para evitar una recesión todavía más profunda. Los intentos hetedoroxos chocan contra la realidad de los mercados internacionales que se preocupan por la solvencia fiscal y la productividad de la economía.
En la Argentina abundan hoy ejemplos de medidas desacertadas que se basan en redistribuciones entre sectores (mayores aranceles a las importaciones extrazona, impuestos a sectores no transables para financiar un seguro de desempleo). Estas medidas afectan en muchos casos a derechos de propiedad con su impacto negativo sobre las decisiones de inversión y van a contramano de lo que requiere la situación.
Si la actividad económica no mejora en el segundo semestre del año será necesario un shock de medidas que ayuden a despejar la incertidumbre y mantener la entrada de capitales. Estas medidas pasan por eliminar privilegios fiscales defendidos por los grupos de presión en el Congreso, por privatizar el Banco Nación y otros activos del Estado Nacional, por una nueva reforma laboral que elimine el unicato sindical y simplifique los costos de ruptura (indemnización o seguro de desempleo, pero no ambos), por un nuevo régimen de coparticipación que mantenga las transferencias a las provincias en los niveles del año 2000 hasta el fin del período presidencial actual y por una reforma del Estado a fondo que permita reducir el gasto inútil.