¿Cambios en los patrones cíclicos de la industria?
Las cifras provisorias del Indice de Producción Industrial (IPI) de FIEL para junio muestran un incremento del 0.4% respecto de junio de 1999 y una caída del 6.6% si la comparación se realiza respecto de mayo de 2000.
De esta forma el segundo trimestre de 2000 se ubica un 3.2% por arriba de igual período de 1999, mostrando una desaceleración en relación a la tasa de crecimiento industrial observada en el primer trimestre (9.9%).
El incremento observado entre los primeros seis meses de 2000 e igual período de 1999 alcanzó el 6.3% para el conjunto de la industria. En ese período fueron 10 los sectores que presentaron incrementos de produc-ción: Aluminio (52.1%), Autos (35.9%), Químicos Minerales (27.0%), Agroquímicos (26.6%), Insumos Plásticos y Caucho (19.2%), Hierro y Acero (15.6%), Insumos Textiles (estimado en 10.9%), Papel y Celulosa (estimado en 10.0%), Neumáticos (7.1%) y Petroquímicos (0.4%).
Otros 6 sectores mostraron tasas de variación negativas pero que no alcanzaron al –10%: Bebidas (estimado en -0.4%), Alimentos (-1.8%), Cigarrillos (-3.7%), Petróleo Procesado (-5.7%), Insumos y Bienes de Capital (estimada en –6.6%) y Línea Blanca No Eléctrica (estimado en -7.5%).
Los restantes 3 sectores presentaron reducciones en sus niveles de producción muy pronunciados: Línea Blanca Eléctrica (estimado en -14.1%), Cemento (-18.7%) y Tractores (-41.9%)..
Si se analiza la clasificación por tipo de bien, se puede observar el siguiente comportamiento: Bienes de Consumo Durable (26.2%), Bienes de Uso Intermedio (7.0%), Bienes de Capital (-1.2%) y Bienes de Consumo No Durable (-1.7%).
La coyuntura cíclica de la industria presentó, en junio, señales claras de encontrarse en una nueva fase recesiva. Las medidas simples sobre el IPI ajustado estacionalmente, presentan contracciones si las comparaciones se realizan respecto al período inmediato anterior. En efecto, la variación porcentual con respecto a mayo resultó en una contracción del 2.0%, y el nivel del segundo trimestre se presentó un 4.3% por abajo de los niveles verificados en el primer trimestre del año. Si bien se observan variaciones interanuales positivas, ya sea la frecuencia mensual (0.8%) o trimestral (3.5%), cabe recordar que aún se continúa comparando la actividad con los niveles bajos de la primera mitad de 1999. En términos de ubicación del mes de junio, se puede observar que se encuentra 9.2% por abajo del pico de febrero de 2000, 3.8% por arriba del menor nivel de la anterior recesión observado en diciembre de 1998, y un 11.3% por abajo del máximo pico alcanzado en las dos últimas décadas, fechado en junio de 1998.
En término de los componentes del IPI se puede observar que solo los Bienes Intermedios industriales dedicados a la exportación presentan niveles de producción aceptables, en relación a los otros sectores y en término de los precios que se han encontrado en el mercado internacional, pero no lo suficientemente fuerte para permitir un incremento de la producción industrial como un todo.
Para una mejor observación del ciclo clásico de la industria se presenta la Tasa Anual de Cambio Suavizada (TACS) del IPI SA. En efecto, la observación del mes de junio, generó un valor negativo de su TACS. Es de esperarse, más allá de la inestabilidad que el X12-Arima genera en los coeficientes de ajuste estacional en las colas de las series, que el valor de julio confirme la recesión industrial con un tercer valor negativo en dicha medida.
Cabe señalar que la actual fase recesiva, junto con la anterior expansiva, cumplen las condiciones de ciclo que el National Bureau of Economic Research explicita: ser mayor a 15 meses; la longitud de cada fase mayor a 5 meses; y una amplitud significativa dentro de cada período.
Una vez presentada la coyuntura cíclica de la industria es interesante destacar ciertos hechos estilizados. Si entendemos al Ciclo como Pico-Valle-Pico, puede observarse que el último ciclo completo concluido en el mes de febrero de 2000, es el de menor duración de las dos últimas décadas. A su vez, puede observarse el quiebre de recurrencias cíclicas en sus fases expansivas. Esto último se pone de manifiesto en que la característica de las fases expansivas consecutivas es que terminaron siempre con picos en niveles superiores a los observados en los picos de las fases expansivas previas. En el pico de febrero de 2000 se observó un nivel un 2.3% inferior al observado en junio de 1998. Otra característica del ciclo anterior, es que si bien la fase expansiva fue mayor a la respectiva fase contractiva, las longitudes de ambas fueron muy similares; hecho que no se verificaba en los ciclos anteriores, donde en promedio, la longitud de las fases expansivas duplicaba a la longitud de las correspondientes fases contractivas. Por otro lado, la fase expansiva no llegó al tercio del promedio de las longitudes de las fases expansivas de los ciclos anteriores (38 meses).
En términos generales, se suele dividir al ciclo en tres fases. La primera es la fase contractiva, la cual se determina claramente desde el pico al valle. La segunda es la fase de recuperación de actividad, determinada desde el valle hasta el nivel del pico inmediato anterior. Y por último, la fase de expansión, delimitada por el nivel del pico inmediato anterior y el máximo nivel que se alcance desde el valle. En esta forma de clasificar las fases cíclicas, se pudo observar que la industria en estas últimas dos décadas se destacó por fases cíclicas que una vez alcanzado el valle, tenían el suficiente estímulo, no solo para recuperar la actividad, sino también como para expandirla más allá de sus límites superiores previos. Es interesante destacar que la última reactivación de la actividad industrial alcanzó su pico en la fase de recuperación, hecho que es de alarmar si es que se profundiza aún más la actual fase contractiva. Sin lugar a dudas este comportamiento abre grandes interrogantes con respecto a los factores que hicieron cambiar las características cíclicas de la industria dado que estas se han manifestado en regímenes distintos tanto en los años ochenta –crisis de la deuda, inflación, fuertes déficits fiscales, etc.- como en los años noventa –apertura económica, desregulación económica, convertibilidad, etc.-.