Un panorama estable con un posible escenario favorable

Fernando Navajas y Ramiro Moya

Durante el mes de julio la situación financiera permaneció estable en materia de comportamiento de agregados financieros y tasas de interés dentro de una tónica de alta liquidez de los bancos y todavía restringida demanda de crédito. El escenario externo se mostró cautelosamente favorable en parte por los desarrollos en la economía norteamericana que abren expectativas de que la Reserva Federal no eleve las tasas en su decisión de Agosto próximo, y en parte por un escenario de política monetaria más laxa en Brasil con expectativas de baja inflación, presión revaluacionista y demanda agregada en crecimiento.

La comparecencia del presidente de la Reserva Federal frente al Congreso (dos veces al año) trajo indicios de que el Board puede estar considerando que los indicadores macroeconómicos del segundo trimestre se vayan consolidando en una dirección de "aterrizaje suave" de la economía a un sendero de crecimiento estable y perdurable tal que implique un cambio de orientación de la política monetaria hacia un escenario neutro. Estos indicadores han sido la debilidad en la demanda doméstica incluyendo las importaciones, una moderación en el crecimiento industrial, el aumento de los inventarios minoristas y la desaceleración de la construcción de nuevas viviendas. Esto llevó a que el Sr. Greespan aludiera durante su informe al Congreso de que existe evidencia en torno a que la desaceleración de la economía podría ser sostenible –y no un mero artefacto estadístico temporario-. Esa evidencia según su visión se basaba en la tendencia estable en el mercado accionario, el impacto de los servicios de deuda y del precio del petróleo sobre el ingreso disponible de las familias y la posible saturación en el mercado de bienes de consumo durable luego de un ajuste excesivo con relación a datos económicos y sociodemográficos.

La bienvenida a estas declaraciones ha sido matizada por observaciones cautelosas de los riesgos que todavía subsisten y que se irán develando con la información a publicarse en las próximas semanas. Estos riesgos apuntan a un escenario en donde los datos de producto, inflación y desempleo traen noticias que o bien no indican un ajuste a un sendero más estable de más bajo crecimiento (por ejemplo la cifra esperada para el crecimiento interanual del producto en el segundo trimestre es 4% muy inferior al elevado 5.5% del primer trimestre pero todavía alto para considerarse como "aterrizaje"), o bien muestran presiones inflacionarias latentes (datos de la inflación minorista, ingresos horarios y desempleo). Las próximas semanas y de hecho la decisión de agosto que tome la Fed resultará crucial para determinar la evolución financiera en el segundo semestre en cuanto a tasas de interés, riesgo en los países emergentes y movimiento de monedas, todos ellos cruciales para la evolución esperada de la economía Argentina.

En función de este impasse en la política monetaria en los Estados Unidos y con un escenario más favorable (al del segundo trimestre) por delante, el Banco Central del Brasil se lanzó hacia una política monetaria de más rápida reducción de la tasa de interés Selic, en función de indicios de presiones inflacionarias muy adormecidas (6% para todo el año, proyectado al 4% para el año próximo). Así durante la tercer semana de julio se anunció la tercera reducción de la tasa Selic desde el 20 de junio, ubicándose la misma en 16.5% muy cerca del nivel comprometido en las metas con el FMI para fin de año. Esta reducción consecutiva (y teniendo en cuenta las anteriores reducciones de encajes bancarios que se tomaron desde marzo) no impactaron sobre el mercado cambiario y constituyen evidencia de una clara presión revaluacionista en el marco de ingresos de capitales. Un escenario en donde la tasa de interés caiga y también se aprecie el real –con un fuerte ingreso de capitales alentado por expectativas optimistas y por una inminente recalificación en el riesgo soberano del país- era algo poco probable unos meses atrás y puede ahora en cambio reforzarse si la política monetaria en Estados Unidos facilita este ajuste. Este ajuste va a impactar de modo directo en la velocidad de crecimiento de Brasil y en los flujos comerciales con la Argentina. En tanto la presión revaluacionista se consolide, y dado el ajuste deflacionario de la economía argentina, la expectativa de que la argentina empieza a corregir su desventaja competitiva se iría reforzando paulatinamente, aún cuando las señales de precios internacionales de los granos no ayuden.

Por el lado del mercado financiero local, los depósitos mostraron un vigor inusual en los últimos meses, con aumentos sustanciales para el ritmo de crecimiento de la economía, especialmente los depósitos en cuenta corriente y en caja de ahorro. En efecto, los depósitos totales del sector privado aumentaron al 0,5% acumulado mensual en el promedio de los primeros 7 meses, siendo el ritmo de crecimiento de los depósitos en cuenta corriente y en caja de ahorro superiores (0,8 % acumulado mensual en promedio). No obstante, la demanda de billetes y monedas por parte del público mostró un comportamiento levemente contractivo con una tasa acumulada anual de caída del orden del -0,2%.

Por el lado de la aplicación de los fondos bancarios, puede observarse que los créditos del sector privado continuaron contrayéndose según se desprende de las estadísticas oficiales sin corregir. Así, por ejemplo, los datos de los primeros días de julio muestran que los préstamos totales al sector privado fueron un 0,4 % inferiores a los del mismo período del mes de junio. En el promedio de los 7 primeros meses los préstamos estuvieron un 3% por debajo de los 7 primeros meses de 1999. Sin embargo, existe evidencia de que tanto la reforma impositiva que afecto el costo de fondearse del exterior por medio de líneas traidas por los bancos (y que obligó a muchas entidades a un redireccionamiento de esos pestamos directamente desde el exterior hacia sus clientes) como el desarrollo de los fondos fiduciarios, han generado un efecto de caída artificial sobre los créditos al sector privado no financiro que no sería tal una vez que se realzan los ajustes correspondientes. Ello no cambia el hecho de que la demanda de crédito se encuentra deprimida pero matiza o califica las observaciones directas de las series que indican en cambio una contracción crediticia más seria.

Si se observa el comportamiento de las reservas en el Banco Central de la República Argentina, se aprecia que las mismas se han mantenido con un crecimiento interanual del 6,7 % en los primeros días de julio.

Por su parte, el comportamiento de la bolsa argentina se mostró positiva. En efecto, desde fines de junio hasta el 21 de julio el índice Merval repuntó un 4,6%, siendo junto a la brasileña la que mejor perfomance tuvo en el mismo período. Las otras dos bolsas importantes de la región tuvieron un rendimiento relativo menos favorable, dado que la bolsa mexicana se incrementó levemente (despegada del comportamiento latinoamericano) manteniéndose sin cambios el índice de la bolsa chilena. Estos movimientos no deberían extrañar a la luz de la recomposición en el último mes del precio de los bonos argentinos en particular y latinoamericanos en general, implicando una reducción en la prima de riesgo país.

En conclusión, un escenario internacional que parece ser más favorable es acompañado por una situación sólida del sistema financiero local, con capacidad prestable excedente, que se encuentra en condiciones más que suficientes de proveer cualquier incremento de la demanda de crédito ante una probable reactivación de la economía real.