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Una oportunidad

Cynthia Moskovits

El déficit cero. El caso de la Nación

El déficit fiscal nacional (antes de privatizaciones) ha disminuido levemente en los últimos años, pasando de $ 8000 millones en 1999 a $ 7539 millones en 2000 y, probablemente, a unos $ 6500 millones en 2001. Sin embargo, ello ocurrió luego de fuertes incrementos en el período 1997-99.

A pesar de la reducción, el comportamiento explosivo de la deuda -no siempre sólo consecuencia de eventos económicos- ha compelido al gobierno, luego de sucesivos intentos heterodoxos (vg. planes de competitividad, convertibilidad ampliada, entre otros), a tomar una seria determinación: la consecución del déficit cero en forma instantánea, lo que significa acelerar la ley "original" de responsabilidad fiscal, del año 2003 al segundo semestre de 2001 o, en otros términos, la ley de responsabilidad fiscal modificada, del año 2005 al segundo semestre del presente ejercicio (para ser más precisos, al período agosto-diciembre).

Largamente se podrá discutir si la combinación de incremento de recursos/reducción de gastos prevista es la adecuada para el cumplimiento del objetivo propuesto. Largamente podrá discutirse, también, en cuánto deberá incrementarse el ajuste de gastos en el cuarto trimestre del año para lograr el déficit cero aún cuando, parece clara la decisión política por minimizar el incremento del ajuste.En cualquier caso, es inequívoco que, para que la Argentina no experimente un escenario traumàtico, el cumplimiento de la regla resulta excluyente.

También es evidente que, como fue planteado, el ajuste termina siendo fuertemente inequitativo, ya que ha avanzado sobre los sectores de menores ingresos(1), obviando, al menos por el momento, combatir privilegios sectoriales y/o regionales (Fondo Especial del Tabaco, promoción industrial, subsidios a las naftas en la región patagónica, reembolsos por puertos patagónicos, etc.) o aquellos que benefician a los sectores medios y altos de la sociedad (universidad gratuita).

Es de esperar que no se trate de una oportunidad perdida y que la Nación, finalmente, opte por un esquema racional para adaptarse a la situación de insolvencia. Dicho esquema incluye, sin lugar a dudas, además de la eliminación de privilegios arriba citada, la reforma estructural de la Administración Pública Nacional, poniendo particular énfasis sobre los organismos recaudadores.

La presentación del Proyecto de Ley de Presupuesto en los próximos días es una oportunidad que no debe ser desaprovechada en este sentido.

Por otra parte, se hace evidente que la puesta en funcionamiento de un mecanismo anticíclico (un fondo anticíclico fiscal) es otro de los instrumentos básicos necesarios dentro de un esquema como el de la convertibilidad, en el que los shocks de demanda no son fácilmente absorbidos.

El déficit cero. El caso de las provincias.

En el caso de las provincias, el planteo no es más sencillo.

Un elemento fundamental a este nivel de gobierno, se asocia con la dificultad que tienen las provincias por percibir la escasez de recursos. Ello sucede por cuanto es la Nación la que recauda por cuenta de éstas y, en momentos de vacas gordas, ha girado el porcentaje de recursos máximo nunca alcanzado a lo largo de la historia argentina, en tanto, en virtud de las modificaciones sufridas por el esquema de transferencias en los últimos años, la Nación muchas veces ha debido girar recursos propios para cumplir con la garantía acordada en los sucesivos pactos fiscales. Este ha sido el caso en lo que va del año.

La percepción por parte de las provincias de que son recursos propios los que la Nación les está negando, en caso de que ésta decidiera no cumplir con los acuerdos, pone sobre la mesa ineludiblemente, el tratamiento del tema de la coparticipación federal.

Y aquí, la conclusión es clara:

· la Nación Argentina existe porque las provincias se unieron para conformarla: esto es, las primeras preceden a la segunda;

· varios de los servicios públicos elementales son brindados -o financiados- por las provincias: educación, salud, vivienda, justicia provincial, etc. Del gasto público primario consolidado, Provincias y municipios se llevan el 53%.

Sin embargo, el 60% de los recursos provinciales provienen de la Nación. Es hora de que los estados provinciales recuperen -y asuman- su capacidad de recaudar. Para que ello sea posible, es condición necesaria, la transferencia de actuales potestades tributarias de Nación a provincias. Ello modificará el vigente, y perverso, esquema de incentivos, donde está claro quién recibe los recursos, pero donde el esfuerzo por recaudar, en caso de hacerse, queda en manos de un tercero.

Recaudación tributaria nacional

Las altísimas tasas de interés, la contracción del consumo y del nivel de actividad, la caída de precios, los paros generales, entre los factores principales, determinaron que la recaudación tributaria nacional alcanzara a apenas $ 3858 millones en el pasado mes de julio. Esta cifra representa una caída del 8.7% con relación a julio de 2000, del 5.3% respecto de julio de 1999 y del 12.1% en comparación con julio de 1998.

A su vez, la brecha de recursos llega hasta el 9.8% cuando se compara los ingresos efectivos con la meta contenida en la renegociación del acuerdo con el FMI realizada en mayo (para el mismo agregado de recursos).

Los elementos puntuales a tener en cuenta en la recaudación del mes de julio son los siguientes:

· Tanto IVA como Ganancias registraron devoluciones por el Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF). Las cifras aún no se conocen por cuanto no se tiene, todavía, el análisis del detalle de las declaraciones juradas. Sin embargo, podría estimarse que unos $ 70/75 millones hayan sido descontados.

· La disminución de los ingresos por IVA se ubicaría en torno del 20% antes de contabilizar el descuento -en lugar del 22.4% que muestran las cifras difundidas por el Ministerio de Economía- que, de todos modos, sería la caída interanual más alta desde que se iniciara el período recesivo a mediados de 1998.

· Antes de la deducción y corrigiendo por un menor número de días hábiles y mayores devoluciones, la disminución interanual se ubicaría por encima del 12%.

· No se contabilizaron deducciones impositivas en concepto de planes de competitividad que sí deberán esperarse para los próximos meses.

· El factor de empalme permitió mostrar un incremento significativo de los ingresos en concepto de impuestos sobre el comercio exterior (28.3%). La caída hubiera superado el 15% de no haber ingresado $ 105 millones pagados por los importadores, en tanto los exportadores recibieron sólo $ 31.5 millones.

· La disminución de los ingresos por impuesto a las naftas no hubiera sido tal, de no haber descendido el monto específico del impuesto.

· El aumento de la recaudación por impuesto al gasoil (19.5%, vinculado a la suba del gravamen) hubiera alcanzado casi al 28% de no haberse deducido las compras de los sectores transporte y agro.

· Nuevamente, la disminución de ingresos por contribuciones patronales obedecería, fundamental-mente, a un fuerte aumento de la mora. Si bien los ingresos no distribuidos (y que serán asignados en meses sucesivos) alcanzaron un monto significativo ($ 31.2 millones), éste es similar al registrado un año atrás.

En lo que va del año, entonces, los ingresos tributarios nacionales disminuyeron un 3.3% respecto de igual período de 2000, cuando hasta el mes de junio dicha comparación arrojaba una caída del 2.4%.

En el período agosto-diciembre, la recaudación tributaria nacional debiera ubicarse en niveles superiores a los de un año atrás para que el recorte de erogaciones del Sector Público se mantenga en los niveles planteados por el PEN en lo que resta del año.

El Sector Público No Financiero y el acuerdo con el FMI

Al finalizar los primeros siete meses del año, el Sector Público No Financiero registró un superávit primario de $ 870 millones, lo que significa una disminución del 57.7% con respecto a igual período de 2000. Como viene ocurriendo hasta el momento, dicha caída se explica, fundamentalmente, en virtud de la disminución de recursos en el presente ejercicio.

Los recursos totales acumulados a julio alcanzaron a $ 31954 millones, mostrando una caída del 4.1% con relación a igual período de 2000. La contracción de los recursos impositivos se originó en la caída del nivel de actividad -que aún no pudo ser compensada por los nuevos tributos-, mientras que la merma de ingresos no tributarios se explica por menores ingresos correspondientes a transferencias corrientes y rentas de la propiedad (vg. ingresos por las reservas del BCRA). Contrariamente, los ingresos por privatizaciones se incrementaron en $ 52 millones respecto de 2000.

En lo que va del año, el gasto primario ascendió $ 31085 millones, presentando una contracción del 0.5% en la comparación interanual (la contracción será sensiblemente mayor en lo que resta del año, atendiendo a la implementación de la Ley de Déficit Cero).

En cualquier caso, hubo partidas que registraron aumentos, en tanto otras presentaron caídas. Los incrementos en términos brutos alcanzaron a $ 103 millones, que se explican: 50% por gastos de capital, 33% por transferencias no destinadas a provincias y 17% por bienes y servicios no personales. Las reducciones ($ 270 millones) obedecieron a transferencias a provincias (64%), gastos en personal (30%), erogaciones a la seguridad social (4%) y otros gastos operativos (2%).

El pago de intereses alcanzó $ 6466 millones, incrementándose 19% en los siete primeros meses del año.

De acuerdo con lo hasta aquí expuesto, el Sector Público No Financiero registró un déficit global (sin privatizaciones) de $ 5652 millones, $ 2200 millones más que un año atrás. Descontando los efectos del último canje de deuda (516 millones), agregando el Fondo de Reestructuración Organizativa ($ 164 Millones) y el resultado cuasi fiscal del BCRA ($ 35 millones), el déficit consolidado alcanzó $ 6298 millones.

El nuevo acuerdo contempla desembolsos adicionales para el año en curso por aproximadamente $ 4.900 millones destinados, fundamentalmente, a fortalecer las reservas del BCRA, aunque parte de dicha suma podría eventualmente utilizarse en un nuevo canje o reestructuración de deuda.

Para el año próximo, los desembolsos adicionales alcanzarían a $ 3000 millones, con lo que el total de ingresos provenientes de este organismo ascenderían a us$ 16500 millones en el período 2001-2003.

Entre los principales compromisos asumidos por el gobierno nacional figuran:

Administración tributaria

· Poner en práctica planes de simplificación de los mecanismos de facilidades para el pago de impuestos.

· Poner en práctica el plan para fortalecer la recaudación de impuestos que se describe en el párrafo 8 del Memorando de Política Económica.

· Concluir 80.000 y 100.000 auditorías.

Reformas de la seguridad social

· Aplicar el plan de reestructuración de las asignaciones familiares.

Finanzas provinciales

· Presentar al Congreso un proyecto de ley acordado con las provincias para reformar el mecanismo de coparticipación de ingresos.

· Continuar la publicación por el Ministerio de Economía de informes públicos trimestrales sobre la aplicación por el Gobierno Federal y cada una de las provincias de los compromisos asumidos en virtud del Compromiso Federal.

Sistema financiero

· Fortalecer el cumplimiento de las normas prudenciales y de declaración de datos de la banca pública y solicitar la organización de una auditoría externa para el BPBA como se describe en el párrafo 17 del Memorando de Política Económica.

(!)La Ley de déficit cero establece que sólo serán alcanzados por el ajuste los salarios del Sector Público superiores a $ 1000 mensuales, siempre y cuando la disponibilidad de recursos así lo permita

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