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Exportaciones argentinas en la década del ´90: commodities o productos diferenciados?

Marcela Cristini y Guillermo Bermúdez

En la década del 90, las exportaciones argentinas experimentaron un marcado crecimiento y cambio en su composición. En 1990 las exportaciones de Productos Primarios y Manufacturas Agropecuarias (MOA) alcanzaban un valor de US$ 8,003 millones, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) sumaban US$ 3,364 millones y las exportaciones de Combustibles y Energía US$ 985 millones, representando participaciones de un 64.8%, 27.2% y 8% del total. Esta estructura de los rubros de exportación se modificó hacia el final de la década: sobre un monto total de exportaciones de US$ 26,251 millones, la participación de Primarios y MOA ascendió al 50.7%; las MOI, al 31% y los Combustibles y Energía, al 18.3%. (Cuadro 1)

En los 90 el valor de las exportaciones creció a una tasa anual promedio del 7.85%. El rubro más dinámico en términos de crecimiento fue Combustibles y Energía, seguido por las MOI con una tasa anual de 8.63%. En todos los casos las importantes tasas de crecimiento estuvieron determinadas por el comportamiento de los volúmenes, que fueron parcialmente compensados por un efecto negativo aunque pequeño de los precios.

Un análisis más detallado de los índices de precio, valor y cantidad de las exportaciones permite la observación de períodos diferenciados en el comportamiento de los rubros de exportación.

CUADRO 1

Rubros de Exportación: Tasas de Crecimiento y Participación

 

Rubro

Valor (US$ corrientes)

Participación

1990

2000

1990

2000

 

 

 

 

 

Total

        12.353,0

        26.251,0

   100,0

   100,0

 

 

 

 

 

Primarios

          3.339,0

          5.409,7

     27,0

     20,6

MOA (Manuf. de Orígen Agrop.)

          4.664,0

          7.902,0

     37,8

     30,1

SUBTOTAL

          8.003,0

        13.311,7

     64,8

     50,7

MOI (Manuf. de Orígen Indust.)

          3.364,0

          8.136,4

     27,2

     31,0

Combustible y Energía

             985,0

          4.803,1

      8,0

     18,3

 

 

 

 

 

Fuente: FIEL en base a INDEC.

 

 

 

 

Los cambios introducidos en las instituciones de la economía al comienzo de la década, tuvieron un impacto moderado hasta 1993 en relación con el desempeño exportador. En el período 1993-1997 el efecto conjunto de precios y volúmenes exportados muestra, tanto en el agregado como a nivel rubros, un cambio significativo. A los factores estructurales (estabilidad macroeconómica y apertura de la economía) se sumaron una multiplicidad de factores de corto plazo, tales como: la disponibilidad de saldos exportables luego de la crisis de Tequila ; el comportamiento de comercio administrado(1) y la fase del ciclo por el cual estaban atravesando los precios de commodities primarias e industriales a nivel internacional.

En los siguientes gráficos se presentan dos casos. Para las commodities alimentarias, sus precios alcanzan un valle en junio de 1993 (con un valor índice 1990=100 de 93.9) y luego de la recuperación alcanzan el pico en mayo de 1996 (con un valor del índice en 142.7), la contracción en los precios llevará a alcanzar un nuevo valle en julio de 1999 (77.36). Un comportamiento cíclico similar experimentan las commodities industriales, insumos agrícolas, metales y fertilizantes, cuyos precios alcanzan el pico en 1995. Los fertilizantes siguieron creciendo hasta 1997 y recién a fines de 1998 comienzan a reducir su precio. Para entonces, los insumos agrícolas y los metales ya habían alcanzado un nuevo valle.

Este comportamiento de los precios a nivel internacional tiene consecuencias importantes en el desempeño exportador argentino, de manera que en la última etapa de los 90 el fuerte crecimiento de los volúmenes llega apenas a compensar el efecto precio en los bienes primarios, pero no lo logra en el caso de las MOA y MOI cuyas caídas para el periodo 1997-2000 alcanzan el 4.6% y 2.6%, respectivamente.

La caída en los precios de exportación de las MOA y el impacto sobre su valor, a pesar del buen comportamiento de los volúmenes, ha dado lugar a la aparición de un pesimismo exportador en relación con estos productos que podría sustentarse en el análisis de la evolución del poder de compra de las exportaciones para el periodo 1997-2000. Este muestra una caída del 4% para las MOA y 0.2% para las MOI, sin embargo si se descuenta el impacto del Material de transporte, las MOI experimentan una mejora del 1.7% en su poder de compra. Además, mientras que en los subrubros de MOA experimentan una caída generalizada, sólo con excepciones en los productos lácteos, las bebidas y las frutas secas o congeladas; los rubros de MOI tienen un comportamiento más heterogéneo, con importantes incrementos en Plásticos y Productos Químicos. (Cuadro 4).

Como se observa, el valor de los productos exportados por la Argentina se ve fuertemente asociado al comportamiento de los precios internacionales.

Un argumento generalmente utilizado para marcar la debilidad de la canasta exportadora argentina es el de señalar, precisamente, que las commodities que la componen enfrentan una tendencia de largo plazo a la caída de sus precios. Adicionalmente, en el caso de los alimentos, el crecimiento lento de la demanda internacional, debido a la baja elasticidad de ese consumo con respecto a aumentos en el ingreso determinarían la imposibilidad de compensar la caída de precios con crecimientos en los volúmenes exportados. En contraste, los productos industriales permitirían aumentos simultáneos de precios y volúmenes.

Esta visión, extremadamente esquemática del funcionamiento del comercio internacional, ha sido revisada y reformulada en los 90. Por un lado, los commodities aseguran una base de ingresos permanente cuyas fluctuaciones pueden morigerarse con una adecuada diversificación. Por otra, los productos industriales están sujetos a declinaciones de precios mayores que la de las commodities. Este hecho se oculta en la estadística que no sigue una canasta fija de productos industriales exportables sino una canasta variable donde el ingreso de nuevos productos (o calidades de productos) sostiene un nivel de precios relativamente estable.

En efecto, los bienes industriales pueden exhibir un alto grado de diferenciación, otorgando al productor un poder de mercado que, potencialmente, lo aísla de fuertes oscilaciones de precios. Diversos factores tales como la formación y cambios de las preferencias de los consumidores y la experimentación tecnológica que introduce nuevos diseños alteran la característica del bien en el tiempo. Estos bienes están sujetos a un "ciclo de vida" del producto, durante el que se observa una convergencia a un número limitado de productos y diseños que capturan un nicho de mercado hasta perder sus características diferenciales y convertirse en verdaderas commodities. A partir de entonces los precios descenderán fuertemente por la presencia de competidores y comenzarán a estar sujetos simultáneamente a movimientos cíclicos. Para ilustrar este razonamiento en el siguiente gráfico se muestra el comportamiento de los precios de los equipos personales de computación que sufren una importante caída coincidente con una tendencia a la estandarización del producto y a la aparición de nuevos competidores. Los equipos de audio y televisión y los sistemas multimedia, que han incorporado tecnología nueva en los 90 han sido capaces de mantener cierta diferenciación que compensó la tendencia a la caída de los precios.

En síntesis, por un lado, el continuo proceso de introducción de nuevos productos manufacturados requiere una fuerte inversión en I&D por parte de las empresas, así como un aparato productivo capaz de adaptarse y adelantarse a los requerimientos de la demanda. La inversión y la innovación son piezas irreemplazables para lograr un nivel de desarrollo de productos que logre grados de diferenciación a lo largo del tiempo. Por otro lado, las commodities ofrecen una oportunidad única de rápida acumulación de excedente para economías intermedias debido a la incorporación de economías en desarrollo al consumo masivo. El caso de aumento del consumo de los países asiáticos a mediados de los 90 da una idea del potencial de crecimiento del mercado de commodities que seguirá a la incorporación de China y, eventualmente, India a esos mercados. Las experiencias de países intermedios exitosos como Nueva Zelanda, Australia y varios de los países del Este Asiático muestran que la conformación de un patrón exportador es el resultado de acciones descentralizadas en las que algunos proyectos prosperan y otros fracasan. Es muy difícil, prácticamente imposible, pronosticar con éxito cuáles serán los nichos redituables; en los hechos las empresas operan bajo aproximaciones de prueba y error que requieren mucha información y gran flexibilidad. Más exigente aún sería intentar establecer reglas o incentivos fiscales para elegir entre commodities o productos diferenciados, entre alimentos elaborados o centrales nucleares. Como se ha visto, estas acciones carecen de sustento en el análisis y en la experiencia.

[1] El rubro Material de Transporte (MOI) crece  en el periodo 1993-1997 un 287.5% en materia de valor.

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