¿Queremos un país maquilador? Entonces hagamos técnicos para usar una máquina y apretar los tornillos. [Entrevista a Guillermo Almeyra]
Praga, Seattle: la mundialización de la lucha, eso es lo nuevo
Entrevista a Guillermo Almeyra por la Oveja Negra
Oveja Negra: desde hace ya varios meses se han reunido miles de activistas de todo el mundo a protestar contra los organismos financieros internacionales. Se trata de un movimiento peculiar: feministas, ecologistas, sindicalistas, están por la Autogestión social... ¿cómo podemos interpretar este síntoma, qué hay de nuevo en esta forma de resistencia?
Guillermo Almeyra: las resistencias son múltiples; la resistencia ecológica es vieja, la de la mujer es vieja, la de los desocupados también la de la juventud, la resistencia de los indígenas también; lo que es nuevo en este caso es que los movimientos que hasta entonces estaban separados han comenzado a unirse y a elaborar programas comunes contra un enemigo común. La mundialización de la lucha, eso es lo nuevo.
Era muy frecuente que los trabajadores de una industria contaminadora en busca de mantener sus centros de trabajo hicieran una huelga por mantenerse ahí, es decir por seguir contaminando, y que los ecologistas en cambio pidiesen el cierre de esa fábrica, ahora lo que es común es que hay un plan que incluya a todos los que se oponen y además haga posible ordenar la producción no en nombre de la ganancia, sino en nombre de las necesidades, reduciendo los horarios, suprimiendo los privilegios del capital, haciendo que las tasas de productividad sean hacia los trabajadores, etcétera. Esto se empieza a hacer común; se expresó en Seattle, en Praga y de un modo muy importante se volverá a expresar en el Foro Social por la Alternancia Social en Puerto Alegre en enero del año que viene y eso va creciendo.
Ahora aterricemos un poco en América Latina, en la producción del conocimiento. ¿Qué papel están jugando las universidades en América Latina actualmente?
Bueno, las universidades nunca han sido centros de formación de pensamiento crítica, sino centros de formación de profesionistas mediante la difusión de conocimientos siempre para el mercado determinado por el capital; Las universidades nunca se dieron como tarea la liberación del espíritu humano, se dieron como tarea la formación de técnicos del sistema, aunque siempre en su seno se forma gente que va más allá y eso habla a dolor de esa minoría que busca precisamente desarrollar el pensamiento crítico y no solamente adquirir conocimientos, sino adquiere el método que le permita analizarlos, conseguir nuevos conocimientos y ponerlos al servicio de los pueblos, de los trabajadores.
Por otro lado lo esencial no es la información sino la formación. Una Internet te da una gran cantidad de información, pero si tú no la sabes analizar eres un analfabeta informado y entonces no tienes capacidad creativa ni crítica. Se trata entonces de pensar sobre ese conocimiento, la forma de adquirir nuevos conocimientos y la forma de enfrentarse a problemas que no están presentes hoy, ese es el papel que deben tener las universidades.
Para eso las universidades deben ser públicas, pero no basta con que lo sean, deben ser gratuitas, deben dar conocimiento, pero no basta con eso, deben dar también pensamiento crítico. Por eso deben ser absolutamente independientes, no sólo de las empresas, sino también del Estado.
Precisamente en nuestro país con un recién electo presidente que no disimula su proyecto empresarial, con base en la experiencia que ha analizado en otros países ¿qué perspectivas tiene en torno a la universidad?
Yo veo que la Universidad está bajo un gran ataque. En la versión más grosera sería la sirvienta, la doméstica de las empresas; es decir, subordinada totalmente al capital privado. En la versión de la ANUIES está todavía la Universidad pública, sin embargo se le impondría un criterio de competitividad y de excelencia que estaría dictado por el capital privado, el eje de la currícula y de la selección de los profesores estaría en manos de las empresas.
El problema de la enseñanza tiene que ver con qué enseñanza se necesita para cuál país. ¿Queremos construir un país maquilador? Entonces hagamos técnicos, aprender a usar una máquina y apretar los tornillos. Necesitamos investigar las necesidades del país y trabajar para éstas. Es muy dudoso que el medio empresarial vaya a encara la construcción de un país pensando como eje la enseñanza al sujeto, es decir, a los estudiantes, a la población.
O
N: hace un par de meses en algunos de sus artículos recordamos que escribió de la experiencia en Córdoba, describía el papel de la comunidad universitaria en este movimiento. ¿Cuál sería su apreciación, su perspectiva con respecto al Congreso Universitario?El Congreso Universitario es absolutamente necesario, incluso un mal congreso es mejor que el caos, incluso un congreso apandillado por las autoridades es mejor que un no Congreso, si uno sabe que de ese Congreso Universitario no van a salir las necesidades de renovación de la Universidad, eso es lo primero; lo segundo es que para evitar que sea él que legitime las conquistas que de hecho ya se están llevando a cabo en la destrucción de la Universidad Pública, tiene que haber una participación real, elaborativa, creativa por parte de los que están en la Universidad.
No puede ser un Congreso dominado por los estudiantes, tampoco por la gerontocracia al mando, los académicos y aún menos los funcionarios. Tiene que haber un papel importante de los profesores y de los egresados también en la discusión de qué tipo de profesionistas se necesitan, para que debe servir la educación. Eso se debe discutir como materia fundamental, todos los días en cada aula, en cualquier materia, para qué se quiere estudiar y cómo se estudia.
El gobierno tripartita de Córdoba fue fruto de un movimiento de base, todos los universitarios estaban hasta el gorro de la oligarquía del conservadurismo de la Iglesia y decidieron cambiar la currícula y la forma de poder; impulsaron no sólo el gobierno entre estudiantes, egresados, profesores con el apoyo de los trabajadores, sino también de la plena autonomía frente al Estado, la comunidad nombra a los rectores por voto secreto.
Ahora aquí tendría que ser el fruto de una discusión pública, porque la universidad es del país y debe de pronunciarse sobre para qué se destinan los fondos que se dedica a la formación de cada estudiante y el sueldo de cada profesor o funcionario. No se puede hacer un Congreso a espaldas del país.
ON: creemos que con la fragmentación del movimiento estudiantil y la izquierda no se puede salvar mucho dentro del Congreso.
Pero deben de ver que el movimiento estudiantil no es únicamente el CGH.
ON: indudablemente, eso lo tenemos claro nosotros... pero no todos...
Entonces hay que ver que el problema no es quienes se muevan, ni porqué lo hacen, sino porqué los demás no se mueven.