<EL COMERCIO HACIA EL NUEVO MILENIO: UNA VISIÓN PROSPECTIVA> CONFERENCIA PRONUNCIADA CON MOTIVO DEL CONGRESO DE COMERCIANTES (1999) EN EL AUDITORIO DEL HOTEL CARTAGENA HILTON DE LA CIUDAD HEROICA Cartagena 28 de octubre de 1999 Abstract Un análisis de las principales megatendencias mundiales nos lleva a precisar que el mundo se encuentra ante nuevas reglas de juego. Hemos presenciando un cambio substancial en el comportamiento de estos últimos años del siglo xx y podemos constatar que vivimos cara a un importante proceso de transformación, el cual no es circunstancial o periférico sino profundo y estructural, porque lo que se está removiendo son muchos de los cimientos y los paradigmas económicos y sociales de la humanidad. Durante los dos conflictos mundiales, lo que estuvo en juicio fueron los intereses políticos del mundo. Con el Pacto de Yalta se inició un período de confrontación ideológica que se denominó la "guerra fría". Hoy, esto ya no es importante. El mundo ha entrado en otro proceso donde lo que está en juego es la economía regulada por los principios de la oferta y la demanda. Es decir por las leyes del mercado. Sin embargo, la transformación hasta ahora comienza. El cambio no se ha dado con toda su fuerza. Daniel Bell explica que la antigua situación no ha terminado de morir y la nueva no ha terminado de nacer. Los nuevos paradigmas dan lugar a tres grandes líneas de fuerza de cobertura mundial que irán a afectar toda la actividad humana y especialmente los procesos de mercadeo de América Latina y de Colombia. A saber: 1. La globalización. La podríamos llamar también mundialización. Este fenómeno es el más envolvente de todos. Comienza con los pactos económicos continentales y actúa sobre todas las actividades humanas. Pero sobre todo afecta la oferta y la demanda de bienes y servicios. No es difícil comprobar el proceso de mundialización en el mundo. En Europa ocurre la magnífica integración de quince países alrededor de la "Unión Europea". En Norteamerica aparece el gran proyecto "Nafta" o "Tratado de Libre Comercio". En el Asia, la "Asociación de Países de la Cuenca del Pacífico" y el convenio "Ansea", donde sobresale el liderazgo del Japón. América Latina se encuentra integrada comercialmente con varios proyectos entre los que sobresalen: "Mercosur", "La Unidad Andina", "El Grupo de los Tres" y sobretodo el gran acuerdo de integración panamericana "Alca", adelantado por los Estados Unidos. Esta situación nos indica que el mundo del futuro estará aglutinado en torno a grandes procesos de unificación los cuales traen al menos dos consecuencias importantes. En primer lugar, una enorme competitividad a todo nivel, lo cual equivale a que cobre vigencia la máxima darwiniana de la "selección natural". Las especies mejor dotadas sobreviven y las menos dotadas perecen. En segundo lugar, el debilitamiento paulatino del estado-nación que busca ser competitivo disminuyendo el gasto público, para lo cual recurre a la privatización de los servicios, con lo cual cada vez se eclipsa su función de "benefactor" y dispensador de bienestar. 2. La preponderancia del conocimiento. El mundo del futuro se está distinguiendo cada vez más por el valor que concede al "conocimiento". Tradicionalmente, la riqueza había estado en manos de los países poseedores de materia prima, lo fueron luego los que pudieron generar importantes procesos manufactureros. En el momento actual, estas dos condiciones pasan a segundo lugar y toma el puesto de comando un bien intangible : "el conocimiento". Vale decir: la ciencia, la tecnología y las actividades del espíritu. Esta nueva "moneda del futuro" nos atañe a todos pues si no producimos "conocimiento" estaremos relegados a ser sociedades de primera o segunda ola, como lo vaticinó Toffler. En este punto, las universidades latinoamericanas, que son las generadoras " de oficio" de conocimiento científico y tecnología no juegan, infortunadamente, papel protagónico. La producción mundial de ciencia y tecnología corresponde en elevadísimos porcentajes al primer mundo. Para poner un solo ejemplo: el 94% de los científicos del planeta son nacionales de estos países. Las causas de nuestra discreta figuración en el ámbito mundial son dos: Por una parte, las exiguas sumas que se destinan para Investigación y Desarrollo, tanto por parte de los Gobiernos como de los Medios de Producción. Por otra, nuestros modelos pedagógicos, generalmente fincados en la memoria y poco permeables por la innovación y la creatividad. En esta segunda condición, las Universidades de nuestro continente tienen una importante tarea por cumplir. 3. La tercera gran línea de fuerza hacia el futuro es el auge vertiginoso de la información. Su catalizador habría que buscarlo en el florecimiento de la microelectrónica, de las telecomunicaciones y muy especialmente de la informática. El apogeo de la información no es solamente la enorme cantidad de datos que nos facilitan los medios modernos de comunicación, sino la constitución de redes a nivel mundial y la aparición de un nuevo espacio denominado "virtual" y la constitución de una nueva época que podríamos llamar "la era digital". Esta situación plantea retos incalculables al mercadeo del futuro, ya que las estrategias que se desplieguen tienen que tener en cuenta el "espacio virtual" que rompe fronteras y aglutina un número cada vez más vertiginoso de oferentes y de demandantes. Además se constituye una nueva economía que se llama la economía de redes, con leyes propias y condiciones sui generis, necesariamente diferentes de las anteriores caracterizadas por sus condiciones analógicas y su fidelidad al "espacio físico". La presencia de estas nuevas condiciones del mundo, que se irán a intensificar, una vez crucemos el umbral muy próximo del tercer milenio, ha de llevarnos a prepararnos para abordar los enormes cambios que se avecinan en el horizonte, asumiendo una actitud "preactiva", es decir de preparación para el cambio. O mejor aún alcanzando una actitud "proactiva" que consiste en construir libremente el cambio y el futuro y, de esta manera, evitar ser sorprendidos por el.