<LA EDUCACIÓN SUPERIOR DE COLOMBIA Y DE AMÉRICA LATINA FRENTE A LAS REGLAS DE JUEGO DEL SIGLO XXI> Conferencia central de la V Asamblea General de la Asociación de Universidades Latinoamericanas para la Integración AUALCPI, Quito (Ecuador) 19, 20 y 21 de mayo de 1999 Fragmento Tal vez la condición más fascinante de la Prospectiva es su necesidad de analizar y manejar el cambio. Michel Godet, una de las luminarias mundiales de esta disciplina, la compara con el "vigía del barco" que desde su sitio de observación no deja de examinar las variaciones y cambios que descubre en el horizonte. Daniel Bell, el gran sociólogo norteamericano y uno de estos acuciosos vigías, precisa que estamos viviendo una época de transición entre una sociedad que no acaba de morir y otra que no acaba de nacer. Esto quiere decir que el mundo está cambiando sus reglas de juego a medida que emerge una sociedad diferente, sobre las cenizas de un sistema agonizante. Si tomamos la advertencia de Bell no nos será difícil constatar que está ocurriendo una importante transformación en el entorno transnacional. Cambio que afecta la ideología y por lo tanto la estructura. En consecuencia, es profundo y sustantivo. No superficial, circunstancial o adjetivo como se pudiera pensar. Los conflictos mundiales de 1914, 1939 y aún la "guerra fría" fueron enfrentamientos geopolíticos con un trasfondo ideológico. Estaban en juego doctrinas filosóficas como el nazismo en los 40, o la vigencia del comunismo frente al capitalismo durante la "guerra fría", es decir hasta la década de los setenta. Todo esto quedó sepultado por la historia. En este momento, el mundo vive otras reglas de juego y se enfrenta a otra guerra. Más sutil que las anteriores pero no menos peligrosa. Es un combate geoeconómico que se rige por las leyes del mercado, que tiene como marco teórico la doctrina neoliberal y que nos puede acompañar durante muchos años. La "guerra fría" que surge con el Pacto de Yalta organiza al planeta alrededor de cuatro polos de rivalidad: Este-Oeste, Norte- Sur. El conflicto Este-Oeste desapareció. Pero se podría decir que el capitalismo tomó la delantera con la institución del modelo neoliberal como forma de economía. Lo que anteriormente fue la rivalidad Estados Unidos - URSS, concluyó con el liderazgo actual de los primeros, superioridad que ha permitido a la nación americana ejercer cierta influencia en las decisiones mundiales, aún cuando hoy en día no cuente con la fuerza de tuviera durante los años cincuenta. También ha cambiado la oposición Norte-Sur, que en los años de la postguerra enfrentaba a un Norte, desarrollado y pudiente, ante un Sur pobre y homogéneamente subdesarrollado. En este momento, el sur ha dejado de ser homogéneo. De su entraña han surgido nuevas naciones industrializadas que podemos agrupar en países de la primera generación (Hong Kong, Taiwán, Singapur, Corea del Sur), de la segunda generación (Malasia, Tailandia, Indonesia) y las llamadas ballenas (China,India y Brasil) que se espera tengan un peso importante en el futuro en virtud a su crecimiento económico, a su población y a su extensión. Este contexto geopolítico, económico y social ha generado una dinámica propia que podríamos llamar "reglas de juego", las cuales apenas comienzan a despuntar, pero muy seguramente tendrán plena vigencia en los años por venir. Son las siguientes: · Un mundo globalizado · Una economía inestable y altamente riesgosa · Un mundo competitivo · Un mundo cada vez más desequilibrado · La constante debilidad del estado-nación · La aparición de nuevos actores sociales · La "revolución de la inteligencia" · La aceleración del cambio Científico y Tecnológico · El incremento vertiginoso de la información Nos espera un mundo con transformaciones significativas y con retos en todos los campos. Especialmente en el ámbito de la Educación Superior. La metamorfosis económica y social del mundo ha llevado a reconocer a la educación como un factor eficaz de cambio. Jacques Lessourne, ex-director del ilustre rotativo francés "Le Monde" escribió en 1988 una obra denominada "Educación y Sociedad los desafíos del año 2000". Intentaba demostrar que si se quería cambiar la sociedad era urgente transformar la educación y en particular la educación superior. Pero para ello se requería apostar a una "imagen de educación" 12 años adelante, año 2000, y comenzar a construirla desde ahora, y ahora era 1988. Se trataba de precisar los frutos que se quería cosechar y comenzar sembrando los árboles desde ya. Este es el papel de la Prospectiva. Metafóricamente llamada "ciencia de la esperanza", porque nos permite diseñar y soñar con el futuro que queremos para comenzar a prepararlo en el presente. Michel Godet , uno de los padres fundadores de esta disciplina y quien tuvo el mérito de proveerla de un método y unas herramientas, explica que frente al futuro se toman una de estas cuatro actitudes. Se obra pasivamente y se elude el problema. Es lo que suele hacer el avestruz. Se está pronto a obrar cuando se presente el problema. Es la actitud reactiva propia del bombero que se precipita a extinguir el fuego. Es evidente que ninguna de estas son actitudes prospectivas. Las actitudes prospectivas son las siguientes: La preactiva que consiste en prepararse para el cambio. Pero especialmente la actitud proactiva que se fundamenta en diseñar el cambio y construirlo libremente. Esta última posición constituye la auténtica edificación del futuro. Encarna la más auténtica práctica de la Prospectiva, porque supone el ejercicio de la libertad, pues como lo explicaba Maurice Blondel: "El futuro no se prevé sino se construye". Quiere decir que si no nos preocupamos por fabricar nuestro futuro nadie lo va hacer por nosotros. Y mientras más largo sea el camino más pronto hay que emprenderlo. El mundo nos acribilla con una abrumadora cantidad de desafíos. La globalización, la revolución de la inteligencia el mundo de la información. No tenemos otra opción que recoger el guante, como en la justa caballeresca. Delinear los escenarios en donde se iría a encontrar la educación superior latinoamericana y comenzar a colocar los primeros ladrillos desde ahora, para evitar, como dice Michel Godet que "el futuro nos sorprenda". Quito, 18 de Febrero de 1999