|
- Zamba de un chango
Un chango toca la caja
y me convida a cantar.
Yo tengo una pena vieja
que cuando se queja
la siento llorar.
La llevo en mi pensamiento
de tanto oírla silbar,
y la acunaron los vientos
el monte, el río
y el cañaveral.
De lejos se oye una caja,
y me parece que están
prendidos como apasancas,
pesares que arrancan
del pecho un cantar.
Por eso, cuando se anuda
en mi garganta un cantar,
en el tambor de la luna,
también con mis penas
yo quiero golpear.
Vida me piden los años,
yo pido la inmensidad,
como la zamba de un chango
mil noches de luna
para acompañar.
Chango Rodríguez
|