El Fary: «Mi «Cambridge» es el asfalto»
                                   
Hace tiempo que a José Luis Cantero se le ha dejado de conocer por ese nombre. Probablemente desde que en su mocedad empezó a deleitar a sus amigos con imitaciones del gran Rafael Farina, de ahí le quedo el apodo familiar «El Fary» que, de manera indeleble, se ha incrustado en nuestras vidas.

Eso se refleja en el título del nuevo disco del cantante, «Ese Fary!!»: «Es producto del cariño de la gente cuando me ve, es la expresión con la que con más frecuencia me llaman». Con esa afabilidad tan suya, del que camina por la vida sabiendo que «se lo ha currao» recibió a ABC para hablar de su nuevo lanzamiento: «En el nuevo disco hay rumbas frescas, baladitas, incluso un bolero que trata de lo que nos sucede con el amor... Todas mis canciones son vivencias de la gente normal, son puros hechos reales».

¿Puede que su anterior profesión de taxista le haya hecho un gran conocedor del alma popular?

«Sin duda, mi «Cambridge» es el asfalto, de ahí que mis enseñanzas las haya sacado de la propia calle, que en mi caso me hizo mejor, porque la calle tiene dos caminos, o te hace más cruel o más sensible, y en este caso yo opté por coger las cosas positivas».

Esos son los consejos que El Fary quiere dar a los nuevos talentos que está promocionando, como en los casos de Melody o el de su hijo Javi Cantero.

Su nueva faceta de cazatalentos la atribuye a sus aprendizajes en la calle:

«Nadie me puede negar que mis vivencias me sirven para saber dónde hay arte. Normalmente, veo si hay un valor interior, que a veces la gente no sabe apreciar. Es lo contrario de las casa discográficas, que lo quieren todo hecho. A los artistas hay que pulirlos muy poco a poco».

Aunque en el caso de un hijo las cosas no pueden ser tan sencillas:

«La primera persona que me dijo que mi chaval cantaba divinamente fue mi mujer. Yo en un principio no le di mayor importancia, pero un día le escuché y mi sorpresa fue mayúscula, ¡mi madre, cómo canta!, porque una cosa es que escuchéis lo de la moto y otra lo que él canta. Cuando lo hace por bulerías o por tangos es insuperable. En este disco canto con él un rap muy gracioso».

Nada que ver ese mimo y cuidado que el Fary pone en sus nuevos valores con el «interés» que, según él, mueve a otros productores, como los de OT:

«Allí les exigen un contrato. No son los medios naturales y eso que las criaturas se defienden... Esos artistas, que se han hecho en dos meses, no sé si soportarán luego la cuesta abajo. Creo que irán perdiendo fuerza y a ver luego quién se acuerda de ellos».

Y El Fary, que ya es consciente del rosario de dichos populares que se han creado en torno a su apariencia, ni se inmuta:

«No me afectan, porque soy realista. Muchas veces me veo al espejo y me digo: "Oye, Fary, estás flojito". Pero, con todo, muchos guapos querrían haber triunfado como yo. Con decir que el Rey me saludó un día que estaba por la calle. Y yo, sin saber qué es ser monárquico, me di cuenta de la gran persona y lo sencillo que es Don Juan Carlos».

G. DE SANTIAGO