Viernes 8 de noviembre de
2002
EL RINCÓN DE ...
El Fary
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DIANA
ARRASTIA |
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José
Luis Cantero, «El Fary», encuentra su refugio personal en
el calor de su mujer y sus hijos. / ANTONIO HEREDIA |
Queda todo de El Fary de las Tres maletillas (1969), del
de las primeras 500 copias, de aquél que un día, gracias a unos
ahorrillos y a la ayuda de sus amigos, se estrenaba en el mundo
de la música. Queda todo, porque 33 años después, a los 65 de edad
y con un nuevo título en su discografía, Ese Fary!!, con el que
ya suma 34, José Luis Cantero no ha cambiado en nada. «Por desgracia
ni he crecido ni se me han puesto los ojos verdes», bromea.
«Parece mentira que hoy siga teniendo la misma ilusión que cuando
empezaba. Lo que ocurre es que a veces uno ya piensa en quitarse
del medio. Pero, por otro lado, dice: ‘¡Bueno, si me está sonando
la voz como hace 30 años!’. La verdad es que es una suerte». Y resume.
«El Fary sigue siendo el de siempre, el amigo de sus amigos, el
hombre con sus problemas que sale a la calle con la sonrisa en la
boca para recibir sonrisas».
De las muestras de cariño de la gente, nació el título Ese Fary!!,
expresión que con más frecuencia utilizan sus admiradores cuando
le ven por la calle. «A veces me preguntan ‘Fary, ¿por qué te quiere
tanto la gente?’. Yo que sé señores. Será porque saben percibir
que lo que hago lo hago con entrega y siempre pensando en mi entorno
y en los demás».
De la realidad mundana, sorbió el contenido de los 11 temas que
integran el disco. «Algunas de las canciones fueron motivadas porque
me iban a operar. Se me había diagnosticado una enfermedad que está
totalmente superada gracias a Dios y siempre te sensibilizas mucho
más. Quiero decir a la gente que aproveche los momentos, que la
vida es de hora y cuarto y que ese cuarto de hora hay que aprovecharlo».
Siete de los temas han sido compuestos, letra y música, por él mismo.
«El verdadero artista tiene que hacer los temas suyos. Da igual
quién los haya compuesto. Yo creo que el intérprete que no sepa
captar lo que ha querido decir el autor nunca va a vender ese tema».
Y nacieron títulos como El que no tiene nombre, El cuponazo, Los
60 o Dime cuánto.
ENTORNO FAMILIAR
De su apego a su mujer, Concha, y a sus hijos, uno de ellos es Javi
Cantero, nace su peculiar concepción de la casa. «El entorno para
mí es lo más grande y lo que yo siento con mi familia es lo que
hace realmente que yo me sienta en casa. La envoltura no cuenta,
sino el encontrarme rodeado de la gente que yo quiero y que sé que
me quiere. Si tienes una buena casa, mejor, pero que yo me apañaría
teniendo lo de dentro. Y con una braserito me arreglaría». Porque
«los muebles terminan siendo muebles y los objetos son objetos».
Y por eso, de la decoración de la casa se encarga únicamente su
mujer, Concha.
«Soy una persona muy despistada y no me preocupa mucho la casa.
También puede ser por la confianza de que estás en buenas manos
y sabes que Concha es una mujer muy ordenada. Fíjate como será que
a veces me dice ‘Luis, qué despiste eres, no te has dado cuenta
de lo que he puesto ahí’». Y es que una original mesa de cristal,
instalada en el salón, es su única aportación a la casa.
El cuarto de estar es quizás el lugar donde más tiempo pasa. «Depende
del estado de ánimo. Si me he despertado con una melodía en la mente,
igual me encierro aquí en el cuarto de estar y rápidamente cojo
el magnetófono y empiezo a escribir y a grabar mi melodía. Otras
veces bajo con muy pocos ánimos, me encierro aquí y conecto la televisión
y a lo mejor ni la miro».
Dos sofás de cuero marrón, una mesa baja de madera y dos sillones.
Sobre el suelo, una alfombra. En una estantería, algunos CD y otros
cuantos libros. En el centro de la habitación, una televisión. Sobre
las paredes, algunos cuadros. Y entre los objetos más queridos por
José Luis Cantero, una fotografía de su madre que luce en la pared
de una habitación distinta. «Todos los días cuando bajo, la miro
y hablo con ella y le digo ‘guapa’. Es una de las cosas que no puede
faltar en mi casa, la foto de mi madre».
En la entrada de la casa lucen sus primeros discos de oro y platino.
«Hijo, a ver dónde guardamos esto ahora, no sea que nos los quiten»,
le comentó su madre cuando fue obsequiado con sus primeros discos,
que ella misma se encargó de entregarle. «¡La pobre se creía que
eran realmente de platino y de oro!».
Por último, la maqueta de un barco de madera y un cuadro con nudos
náuticos y una foto de El Fary, regalo de la fan número uno de José
Luis Cantero: Eva, una chica invidente de Santander que sigue su
trayectoria desde que tenía apenas dos años.
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